La pregunta de esta tarde tiene que ver con seguir nuestro camino y aprender lecciones, abandonando antiguos patrones y desarrollando nuevos patrones de comportamiento en el seguimiento general de aquellas elecciones que se realizaron por el alma y el Yo Superior antes de la encarnación. ¿Cómo podemos conseguir abandonar antiguos patrones que hemos seguido durante tanto tiempo, que nos han proporcionado apoyo en gran medida, y adoptar nuevos patrones de comportamiento cuando sintamos que es necesario un cambio que hay que reconocer y reflejar en la forma de un nuevo patrón? ¿Cómo podemos asegurarnos de que el nuevo patrón constituye verdaderamente una senda congruente con las elecciones del alma, y cómo podemos liberarnos de los antiguos patrones de comportamiento?

(Canaliza Carla)

Soy Q’uo. Os saludamos a todos vosotros en el amor y en la luz del Creador uno, infinito, invisible, inteligente, creativo y lleno de gloria. Bajo la influencia de estas purificadas emociones, y con la comprensión de que el amor y la luz componen todo lo que hay, estamos con vosotros esta tarde, agradeciéndoos el habernos llamado. Como siempre, os pedimos que escuchéis lo que digamos como si escuchaseis la opinión de un amigo, dándole la importancia que le daríais a cualquier amigo en espíritu de amor incondicional, ni más ni menos. Siempre queremos decir lo correcto, pero la verdad es subjetiva y personal, y si lo que tenemos que decir no forma parte de lo que tenéis por verdadero en estos momentos, os pedimos el gran favor de que nos dejéis a un lado a nosotros y a nuestros pensamientos, porque no deseamos ser un escollo en el camino de nadie, ya que no somos infalibles y estamos expuestos a cometer errores, como todos aquellos que buscan lo desconocido y todavía no forman parte de lo desconocido.

Estamos experimentando con la combinación de los dos complejos de memoria social involucrados en este contacto, y si se produjeran pausas que se alargasen más de lo normal le pediríamos al conocido como Jim que apriete la mano del instrumento. No queremos que el instrumento caiga en trance. Pero el instrumento pide, como siempre hace, hacerlo mejor que antes, y en este caso particular ello supone profundizar hasta el subconsciente permitiendo un acceso más impersonal y permitiendo una sintonización precisa que se ajuste a la fina sintonía del instrumento. Por ello, le pedimos al conocido como Jim que esté atento.

No nos acercamos a vosotros como aquellos que no han cambiado. Nosotros hemos sido lo que ahora sois vosotros. Nosotros hemos estado donde vosotros estuvisteis. Nosotros hemos tenido que realizar elecciones, y recordamos la densidad en la que vosotros ejecutáis vuestra danza y realizáis vuestras elecciones. Escenario izquierdo, escenario derecho, se encienden las luces, las luces se apagan, ¿qué seréis esta vez? Quizás fuese esta la primera cosa que podríamos preguntaros a cada uno de vosotros. Cuando os encontréis relajados, y de un modo tal que os veáis amándoos y sustentándoos a vosotros mismos, ¿quién y qué desearíais ser? Esta es la densidad de la elección. El no concretar estas elecciones personales es privarse uno mismo de la oportunidad de hacerlas. El no saber quién eres en estos momentos es privarte a ti mismo de la capacidad de elegir ser de otra manera. Esto, que quizás no se contemple como un asunto importante, como un gran reto, es sin embargo el comienzo de toda labor espiritual.

En parte, os vemos a cada uno de vosotros exactamente igual que a cualquier otra persona en la consciencia de tercera densidad sobre la superficie de vuestro planeta. Todos vosotros tenéis un ser Divino en vuestro interior. Dentro de cada uno de vosotros está la joya inestimable, imperecedera del Uno Infinito. Sois hijos del amor, y sois amor. A fin de que fueseis impulsados desde el corazón del Creador, para que pasaseis a través de tantas dimensiones y energías, y de que eligieseis esta experiencia en particular, era necesario añadir la primera alteración, como forma de cambiar ese amor, que es el Creador, y que es exactamente el mismo desde antes de que pudieseis siquiera concebirlo, ahora y para siempre.

Sin embargo, cada uno de vosotros es único, porque cada uno de vosotros también está vinculado por ese amor a una porción de libre albedrío El libre albedrío es tan infinitamente diverso como el amor es absolutamente siempre el mismo, y el libre albedrío se expresa a través de todas las emociones y formas de ser que es posible imaginar, que es posible pensar, que es posible intentar. Tú eres el hombre ebrio y tendido en la cuneta, tú eres el ladrón, tú eres el asesino. Todo cuanto es posible está dentro de ti, como lo está dentro de todos. Esto no se debe a ningún matiz del amor. El amor es fogoso, creativo y absolutamente estable. Tus elecciones se concretan a medida que tu libre albedrío comienza a reconocer por propia elección el papel que desea jugar en tu propia evolución espiritual.

Y por eso os pedimos a cada uno de vosotros que empecéis a conoceros, a conoceros de verdad a vosotros mismos. No juzgues al yo que tan bien conoces. No te juzgues ni te digas cosas negativas acerca de ti mismo. Reconoce cuáles son tus patrones de conducta. Descubre las cosas que deseas potenciar y las que no. Tú mismos eres la herramienta de base, el instrumento básico con el que tienes que trabajar. Esos elementos de vuestro libre albedrío, que este instrumento llama voluntad y fe, crean para ti un lugar—no un lugar geográfico, no un lugar en el espacio o en el tiempo, o en tu imaginación—sino digamos, una morada a la que entras y cierras la puerta tras de ti, y a solas con el Uno Infinito, inmerso en el amor, macerado en la vida, fundido en la luz, te hallas en tierra sagrada. Si este lugar está dentro de tu mente, puedes llevártelo contigo, y dondequiera que estés será terreno sagrado.

Para desarrollar las habilidades de la voluntad y de la fe, hay varias cosas que pueden serte útiles. En primer lugar, una meditación diaria, ya sea larga o corta, momentánea o parte de una oración y de un ayuno deliberados, de esta manera te acostumbrarás a escuchar en tu interior esa pequeña y apacible voz, como la han denominado en vuestras obras santas. Esa intención, esa voluntad de buscar la verdad del Creador, serán tu fortaleza, tu corazón y el factor motivador de lo que te ocurrirá.

La fe es una palabra que utilizamos, quizás no como otros la utilizarían, ya que deseamos distinguir entre fe y creencia. Nos ha parecido, como observadores que somos de vuestros pueblos, que los sistemas de creencias rígidos matan la fe y destruyen el ser, dándole a la persona en su lugar la opción de comportarse en lugar de ser, y manteniendo la dependencia a un conjunto de normas con objeto de que la redención, el perdón y la sanación del yo puedan tener lugar desde fuera hacia dentro. Sugerimos que se examinen todos los sistemas de creencias, y que no se adopte ninguno antes de comprender que en cada sistema de creencias ortodoxo se desvelan y aclaran algunas distorsiones del amor, mientras que otras distorsiones o formas de conocer el amor resultan confusas y difíciles de aceptar.

No somos de los que predican. No somos evangelizadores. Pero diremos lo siguiente: si deseas aumentar o acelerar la intensidad de tu evolución espiritual, es importante que vivas una vida de fe, día tras día, y que utilices las técnicas de disciplina, servicio y conceptualización. Te contamos cómo creemos que funciona el universo. Sólo podemos decirte que estás en el punto crucial de lo que a menudo se conoce como la densidad de la elección, la elección entre amar al Creador sirviendo a los demás, y amar al Creador sirviéndose a uno mismo, estos dos caminos a menudo se conocen como el camino del servicio a los demás y el camino del servicio al yo.

Muchas veces es un escollo en el camino de aquellos que desean servir a los demás el hecho de que necesiten pasar tanto tiempo trabajando sobre sí mismos. Sin embargo, os decimos que si no tenéis vuestras raíces bien extendidas, si no sabéis cuáles son esas raíces, si no vivís según vuestra fe, si no expresáis y manifestáis lo que sabéis, estaréis, como diría este instrumento, estancados en el sumidero gravitacional, desde el punto de vista espiritual, de la indiferencia más absoluta.

Hasta que no hayas encontrado tu pasión, y nos referimos a esto en todos los niveles, sin ignorar los centros de energía inferiores, la pasión sexual, las pasiones de la amistad, el amor por el trabajo que realizas, el amor por la sociedad y por tu mundo y toda su población, estarás reteniendo desde el centro del amor espiritual la energía que ese centro necesita. Hablamos del centro de energía del corazón. No se trata de una tarea que puedas hacer por ti mismo una vez y ya esta hecha. Una y otra vez te apartarás de la verdad, y harás aquellas cosas que no desearías hacer, o te arrepentirás, o no harás algo que desearías haber hecho. ¿Debes castigarte a ti mismo? Por favor, amigos míos, si queréis alcanzar la meta de la que habéis hablado esta tarde, no os castiguéis nunca a vosotros mismos, sino que formulad todo diálogo interno en positivo. En lugar de decir: “Oh, 2 más 2 no es igual a 5”, decid: “Oh, he aprendido algo, 2 más 2 es igual a 4”. Esa es la forma de tratar las equivocaciones, de todos los errores, todo lo que este instrumento llamaría pecado. Es como un error de cálculo aritmético, que simplemente se ve, y lenta y cuidadosamente se sustituye por la verdad, por la suma correcta, por la comprensión correcta de la situación.

La mayoría de las entidades tienen muchas dificultades para hacerlo, porque la opinión que tienen sobre sí mismas es muy dura, aunque amen a los demás. Las voces de los padres en la infancia y de otras figuras de autoridad todavía resuenan en el oído del corazón con expresiones negativas, advertencias y juicios. Gran parte de los momentos más difíciles de sus vidas lo son porque todavía están escuchando esas voces. Cuando las oigas, haz en su lugar una afirmación positiva de lo que tan injustamente te criticaron durante tanto tiempo. Cuando eras pequeño, cuando eras niño, no podías defenderte, pero ahora puedes defenderte. Puedes vivir una vida de fe donde aquella antiguas voces no necesiten tener poder sobre ti, es más, donde ninguna voz en la Tierra, sobre o bajo la Tierra, ninguna voz desencarnada, ninguna en absoluto, necesite tener poder sobre ti.

Estás hecho exactamente de la misma inteligencia infinita y del mismo libre albedrío que todos los espíritus del universo infinito y, hablando metafísicamente, eres una porción de la democracia total, completa y definitiva de los espíritus. No hay ninguno mejor que tú, y no hay ninguno peor. Eres una porción del Creador, que lo es todo. Por lo tanto, las elecciones son tuyas. No te las tiene que dar la sociedad, ni los amigos, ni los padres, ni el cónyuge, ni los sempiternos “ellos”. “Ellos” dicen que debes hacer tal o cual cosa. No resulta agradable lidiar con “ellos”. De aquellas voces con las que deseas crecer, a las que deseas atender, con las que deseas identificarte en términos de aspiraciones, elimina a las de “ellos”.

Tu vida de fe es una vida sin palabras, porque no hay palabras para expresar la fe. La fe es una actitud básica que uno descubre, no porque uno así lo quiera o desee, sino porque como resultado de estar dispuesto a conocer la verdad, ésta viene a ti, y el hijo y la hija pródigos vuelven a casa. La fe es simplemente fe en el hecho de que el Creador que hizo todo lo que hay, incluido tú, es un Creador de amor infinito e inteligente, que te amaba como una parte de Sí mismo, como un hijo al que criar, como una personalidad de la que aprender sobre sí misma, al igual que todos los padres aprendieron de sus hijos. Aspirar a vivir una vida en la fe no consiste más que en liberarse del miedo, y permitir que lo que tenga que ser, sea.

A menudo, esa ayuda que te acompaña personalmente en todo momento, llámala espíritu, guía o Yo Superior, te dará pistas y advertencias. No las ignores. Pide ayuda en forma de visiones y sueños, y escúchalos. Entra en meditación, no tan sólo para escuchar, sino para formular una pregunta, sin esperar despertar con una respuesta, sino con la esperanza y la certeza de que con el tiempo sabrás la respuesta por ti mismo y a plena satisfacción. Gran parte de la fe es paciencia. Gran parte de la voluntad es persistencia. Somos muy conscientes de que no se trata de grandes experiencias “en lo alto de las cumbres” que te proponen esos supuestos videntes o profetas que hacen que elegir una vida vivida en el amor parezca muy, muy fácil.

Si fuera fácil, no habría razón para trabajar a través de tanto dolor, limitaciones y cambios, porque, no te equivoques, la elección es cambio. Cada elección que hagas te cambiará, y sentirás dolor y malestar, porque es doloroso cambiar, y a medida que medites, y busques, y vivas una vida en la fe, cambiarás, y cambiarás, y cambiarás de nuevo. Para ti, algunas verdades seguirán siendo las mismas para siempre. Otras verdades se te quedarán pequeñas y deberás abandonarlas.

Sobre este telón de fondo que hemos intentado dibujar, examinemos la manera de alentarnos a nosotros mismos a liberar de nosotros antiguos hábitos, sin duda innecesarios, y ciertamente negativos. Una vez más, lo más importante que tenemos que ofreceros es la herramienta llamada perdón. No preferimos un método u otro para lograr la redención. Todos los mitos contienen en su interior redención y perdón, por grande que sea el error. Puedes elegir tu camino de fe, o puedes crear tu propio mito personal, pero asegúrate de que contenga una base tan sólida como una roca de redención y perdón de uno mismo.

Es fácil perdonar a los demás, ¿verdad? Porque los amas de todos modos, y estás seguro de que lo que sea que hayan dicho de malo, no lo dijeron con intención. Pero amar al enemigo que uno lleva dentro de sí mismo, o fuera de sí mismo, ¡ah!, amigos míos, eso es más difícil, y os aseguramos que cada uno de vosotros ve alguna parte de sí mismo como su propio enemigo. Ésta actitud es la que os sugerimos que abordéis en primer lugar, porque vosotros no sois vuestro propio enemigo, simplemente se os está ofreciendo hacer elecciones. Cada vez que eliges servir a otro yo, regeneras la fuerza de tu polaridad.

Pero permitid que os recordemos una enseñanza especialmente apta del conocido como Jesús. En dos frases, se deshizo de los diez mandamientos, con todo el daño que han hecho, y ofreció un nuevo pacto, o promesa, tal como él utilizaba el lenguaje. “Ama al Señor tu Dios”, dijo, “y a tu prójimo como a ti mismo”. Por eso debéis empezar por perdonaros a vosotros mismos. ¿Cómo podríais amar a vuestro prójimo con un perdón total y sin reservas si no os habéis perdonado a vosotros mismos? No vamos a negar que sois imperfectos de una manera que tiene validez a nivel personal. Tan sólo os recordamos que se trata de una ilusión, y que todas las cosas, incluidos vuestro cuerpo, vuestro intelecto y los artilugios que fabricáis, forman parte de una ilusión, un hábitat local para el espíritu que lleváis dentro.

Esta ilusión no fue creada para promover la felicidad, aunque al que escribió vuestra Constitución le pareciera que sí, para gran confusión de aquellos que buscan lo espiritual, porque vosotros no buscáis la felicidad, buscáis la verdad, buscáis estar ya maduros y listos para la cosecha, y ello implica una gran dosis de elección. En primer lugar, la elección de perdonarte a ti mismo, primero por todas aquellas cosas que puedas pensar que has hecho mal en el pasado. A veces es útil, como recurso, hablar con una persona con la que tengas un nivel elevado de confianza, lo suficientemente alto como para que no haya dudas sobre la confidencialidad, y contarle, simple, directa y minuciosamente, todos y cada uno de los errores que crees haber cometido. Habla de esto a otra entidad, porque esta entidad es también el Creador, y el perdón de esta entidad será tan verdadero, real y honesto como verdadera, real y honesta sea esa entidad.

Lo que intentamos es que la mente pase del comportamiento al ser. No es el comportamiento lo que deseas corregir, porque el comportamiento es la manifestación de tu ser. Aquello sobre lo que deseas trabajar es lo que se conserva en tu interior como una parte de ti mismo y de tu identidad. Hay maestros por todas partes. La creación del Padre enseña mil lecciones en un minuto, con tan sólo permanecer hablando con ellos. Cada uno de tus camaradas es un ser Crístico, inconsciente hasta cierto punto de su verdadera naturaleza. Pero cuando te tienden la mano, es el Creador quien te la está tendiendo. Cuando expresan amistad y amor, también lo hace el Creador. Mira más allá del comportamiento para liberarte de aquellas cosas que te han hecho daño en el pasado y que ahora ves como inútiles.

La física de este proceso es fácilmente comparable a la llamada física de la inercia. Muchos, muchos años antes de ahora pusiste en movimiento, por elección, patrones de comportamiento y pensamiento que no te eran útiles, y que ahora ves no sólo como innecesarios, o improductivos, sino perjudiciales y dañinos, y que deseas sanar. El perdón es lo que detiene lo que este instrumento llama la rueda del karma. En este sentido, el karma puede definirse como inercia, una acción llevada a cabo y nunca perdonada.

Ahora bien, ¿puedes perdonar a otro y tener ese poder de cesar la inercia del karma por otro? No, en absoluto. Cuando perdonas a otro, tú no le afectas, a menos que él elija observar la diferencia en tu actitud. Estás trabajando sobre lo único que hay en este universo sobre lo que puedes trabajar: sobre ti mismo. Una parte del perdón consiste en perdonar a los demás. La otra parte es perdonar todas las situaciones que crearon este patrón. Algunos de vosotros sois más conscientes de vidas pasadas que otros, y para aquellos de vosotros que rastreáis un patrón que no es útil para lo que llamaríais el karma de una vida pasada, sabed que no hay karma o inercia que no se frene por completo y se detenga para siempre mediante el perdón incondicional del otro, de las situaciones y de uno mismo.

Tú no puedes obligarte a cambiar. Sólo puedes entrar en el tabernáculo de lo más sagrado, y ponerte en sintonía en silencio con el estado más amoroso, pacífico y lleno de luz que seas capaz de mantener de forma estable. No quieras hacer estas cosas sin haber tenido un cuidado extremo en abrir tus centros energéticos inferiores, permitiendo así que el prana, o amor/luz que fortalece a cada uno y le da vida, se mueva hacia el chakra del corazón, donde pueda ser utilizado por aquellos que trabajan en la consciencia, que está principalmente en el chakra del entrecejo, aunque instrumentos como éste utilizarán el centro energético de la garganta, a menudo llamado el chakra azul, para poder comunicarse. Otros pueden elegir quedarse en el centro energético verde, el del corazón abierto, para poder sanar a los demás de esa manera.

Pero para trabajar sobre ti mismo, debes moverte a través del verde y el azul, hacia el chakra del entrecejo, el centro índigo en el que se realiza todo el trabajo de la consciencia. En tus sesiones, prepárate para ellas, y cuando terminen, entrega el poder que has adquirido con este trabajo, porque al tratar con tu ser metafísico, tratas con una magia, si se nos permite usar esa palabra tan usada, que es muy peligrosa si se intenta mantener en un estado permanente.

Así pues, te instamos a que reconozcas y respetes los cambios que has provocado en ti mismo durante cada meditación, y de alguna manera devuelvas al Creador esa gloria, esa energía, esa paz, ese amor, o esa sensación de disgusto porque la meditación te haya parecido subjetivamente poco buena. Durante el resto del día, entra en contacto con la consciencia de la eternidad. Vive en la eternidad. Entonces la ilusión se torna cada vez más evidente.

Si tienes personas con las que estás en contacto permanente—cónyuges, parejas, amigos—, informales de lo que deseas realizar y pídeles que sean tus espejos. Si son buenas personas contigo, no tratarán de complacerte haciendo caso omiso de aquello en lo que les has pedido que te ayuden. En su lugar elegirán parecer rudos porque tú se lo has pedido, has pedido un espejo con el que puedas contar, que sea tan objetivo como pueda serlo la otra entidad, y ese espejo te dará su punto de vista sobre lo que considera que estás haciendo, para alentar o disuadir maneras de ser indeseadas.

Tú eres un recurso maravilloso para ti mismo, pero también lo son aquellos con los que recorres este camino. En verdad, rico es el peregrino que tiene muchos compañeros a lo largo del camino. Os encontráis juntos en el amor y en el servicio, no para ser dulces, amables y afectuosos unos con otros, sino para servir. A veces, lo más difícil para un amigo es elegir servir en lugar de agradar. Considérate, por lo tanto, como un recurso para los demás, y ten especial cuidado en tus comunicaciones espirituales con ellos, respetándolos como a iguales. No hay maestros, no hay alumnos. Hay puntos de vista, hay quienes tienen más experiencia que otros, pero nosotros no estamos más iluminados que tú, pues en lo más profundo de nuestro ser somos uno contigo.

Os hemos hablado ahora, tanto como podemos dentro de este período de tiempo, de la sanación del yo por el perdón y por la elección de la senda del servicio. Para resumir, el camino del servicio consiste en hacer lo que está ante tu vista en ese momento con todo el amor que puedas. La mayoría de los caminos del servicio son cualquier cosa menos dramáticos, y todos los caminos de servicio son equivalentes. Calmar a un niño que llora, sonreír a un desconocido en la calle, compartir el yo, la comida, el refugio, el escuchar, hacer un trabajo que no parece ofrecer la posibilidad de servir teniendo fe en que, efectivamente, se trate de un servicio que aún no se ha hecho patente, estas actitudes te mantendrán en una relación positiva y amorosa contigo mismo. Todo el mundo necesita un camino de servicio. Todos necesitan tener buena conciencia de sí mismos. Estos son dones que te ofreces a ti mismo en la voluntad, en la fe y en el constante perdón de ti mismo.

Ojalá que puedas amarte a ti mismo infinitamente, porque eres hijo de Dios. Tu madre, tu padre, es el universo, el amor mismo. Descansa, y ten paz y confianza en quien realmente eres. Ve la ilusión como lo que es, tanto como puedas. Y cuando falles, y falles y vuelvas a fallar, como inevitablemente pensarás que haces, nunca te reprendas a ti mismo, sino que con paciencia, cuidado y amor empuña una vez más tu deseo, tu esperanza, tus sueños y tus ideales, y sigue adelante en este camino de misterio.

En este momento vamos a transferir este contacto al conocido como Jim. Nos complacen los ajustes más recientes que hemos hecho en nuestra combinación de energías a este canal, y agradecemos a este canal por estar dispuesto a los ajustes que hemos hecho. Se nos conoce como Q’uo, y en amor y la luz nos trasladamos al conocido como Jim.

(Canaliza Jim)

Soy Q’uo, y os saludo de nuevo en el amor y la luz a través de este instrumento. Nos damos cuenta de que, una vez más, esta noche hemos hablado demasiado tiempo, y os pedimos disculpas por habernos extendido tanto, pero las preguntas y preocupaciones que nos habéis planteado son de un nivel de contenido tan profundo para cada uno de vosotros que nos ha parecido apropiado hablar con cierto detalle. En este momento nos ofrecemos a cualquier otra pregunta que pueda quedar en la mente de cualquiera de los presentes. ¿Hay alguna pregunta en estos momentos?

Bueno, antes (inaudible) tengo una pregunta que me rondaba por la cabeza desde (inaudible) también, ya que nos enfrentamos al coste de una nueva publicación, un nuevo editor que parece ser mucho más (inaudible) de nosotros. Sin embargo, haremos un producto de calidad y pagaremos por él, un coste tan alto que nosotros mismos tendremos que cambiar nuestra política. El cambio que hemos ideado parece preservar la libertad de la gente para adquirir nuestro trabajo con el coste que les resulte cómodo. El suplemento es sólo informativo, es decir, el coste que nos supone cada ítem. En ningún caso queremos sugerir que la gente pague por ello, es simplemente información. ¿Hay algún defecto en esta actitud al invocar la Ley de la Abundancia espiritual?

Soy Q’uo, y estoy al tanto de tu pregunta, hermana mía. Nos gustaría sugerir que el curso de acción que habéis establecido para vosotros mismos es el que habéis adoptado con vuestro deseo de estar al servicio de una manera que os permita continuar con ese servicio en el marco del comercio y el intercambio que utilizan casi todas las entidades dentro de vuestra cultura. El hecho de que en vuestra experiencia previa hayáis considerado importante desviaros de manera significativa de este medio de intercambio establecido que establece unos precios fijos para todos los bienes y servicios, ilustra vuestro deseo de ofrecer vuestro servicio de la manera más libre posible dentro de este marco. Vuestra decisión actual y el refinamiento de esta decisión también están dentro de los límites que habéis establecido anteriormente, es decir, ofrecer información de forma gratuita al tiempo que intentáis preservar la continuidad de este servicio.

Quisiéramos sugerir que la intención que impulsa cualquier decisión sobre esta política es el factor rector, digamos, que determina la pureza del principio que uno honra. Somos conscientes de que vuestros deseos se hallan dentro del grado apropiado de pureza, y no recomendaríamos añadir nada más a esta decisión en estos momentos.

¿Hay alguna otra pregunta, hermana mía?

No, gracias.

Soy Q’uo, y te damos las gracias, hermana mía. ¿Hay alguna otra pregunta?

[Pausa]

Soy Q’uo, y creemos que, en este momento, hemos hablado lo suficiente para esta reunión en particular, y nos gustaría dar las gracias de todo corazón a cada uno por invitarnos a hacerlo y compartir nuestra opinión sobre este tema que es de gran interés para cada uno de vosotros, ya que seguís de manera diligente el camino del peregrino, la búsqueda, el aprendizaje, el servicio. Os encomendamos a cada uno de vosotros a que sigáis este camino, y os damos las gracias por ofrecernos un lugar en vuestro viaje para poder caminar con vosotros. Nos sentimos muy honrados por haber sido invitados a estar presentes.

En este momento nos despediremos de este grupo, dejando a cada uno como siempre en el amor y en la luz del Creador Infinito. Se nos conoce como los de Q’uo. Adonai, amigos míos. Adonai.