Q’uo: Decíamos que vuestra densidad de existencia es la densidad de una elección -una gran elección sobre la que se basan tantas cosas. Describíamos esta elección como aquella entre el servicio radiante y el servicio aferrado o magnético: servicio a los demás y servicio a uno mismo. Discernir esta elección en cada momento es una parte sustancial de ese aprendizaje que encarnasteis para perseguir. La otra parte de este aprendizaje consiste simplemente en seguir ofreciendo alabanzas y agradecimientos. Esa es la música que alegra tu caminar. La elección hecha una vez en plena conciencia es el comienzo. Cada elección hecha a partir de entonces fortalece y profundiza la energía que puedes aceptar útilmente y permitir que se mueva a través de ti. Como ves, la energía de todas las cosas es amor.

[Esta sesión fue precedida por un periodo de sintonización y meditación.]

Soy Q’uo. Os saludamos en el amor y en la luz del infinito Creador y agradecemos a cada uno la bendición de llamarnos para compartir la mezcla de vibraciones en este círculo de trabajo. Compartimos nuestros pensamientos mientras nosotros también viajamos por el camino siempre desdoblado que es el sendero de la peregrinación espiritual.

Decíamos que vuestra densidad de existencia es la densidad de una elección -una gran elección sobre la que se basan tantas cosas. Describíamos esta elección como aquella entre el servicio radiante y el servicio magnético o de captación: servicio a los demás y servicio a uno mismo. Discernir esta elección en cada momento es una parte sustancial de ese aprendizaje que encarnasteis para perseguir. La otra parte de este aprendizaje consiste simplemente en seguir ofreciendo alabanzas y agradecimientos. Esa es la música que alegra tu caminar. La elección hecha una vez en plena conciencia es el comienzo. Cada elección hecha a partir de entonces fortalece y profundiza la energía que puedes aceptar útilmente y permitir que se mueva a través de ti. Verás, la energía de todas las cosas es amor.

Cuando el Creador eligió manifestar la creación, ese pensamiento que es el Creador era Amor, pero Amor desconocido y sin conocimiento, no potenciado por la elección de libre albedrío de generar manifestaciones de Amor. La primera manifestación que generó este gran Pensamiento original fue el fotón, lo que vuestros científicos denominan unidad de luz. Todas las cosas que pueden ser percibidas son manifestaciones creadas por cuantos sucesivos y rotaciones de luz.

Lo que tratáis de hacer a medida que avanzáis por esta escuela que es vuestra ilusión es aproximaros cada vez más fielmente a la vibración de este gran Pensamiento original, que es Amor. Aquellos que eligen el camino negativo o de servicio al yo también están eligiendo el Amor; sin embargo, es una elección de camino que pasa por alto el corazón abierto, y por lo tanto la energía o el poder que se crea tiende hacia las distinciones y el control. Este camino de separación fluirá finalmente hacia un lugar donde la elección negativa se vuelve obviamente inapropiada; y en ese punto, todas las entidades que han elegido el camino negativo de la búsqueda tienen la oportunidad de invertir la polaridad y convertirse de nuevo en hijos del corazón abierto.

En vuestra densidad, sin embargo, esta elección está fresca y el camino negativo tiene su larga y separada caminata por delante. Nos damos cuenta de que cada uno dentro de este grupo ha elegido el camino del amor y el servicio a los demás, y podemos decir que sentimos que este camino es el que preferimos y nosotros mismos hemos elegido. Sentimos que es más eficiente y que, en su uso del poder, es el deseable; pero deseamos que cada uno comprenda que estas elecciones son libres. No hay condena final para nadie que busque de cualquier manera, porque esa búsqueda se recogerá en cosecha madura a su debido tiempo.

Esto da una base o una continuación de la base, porque ya se ha hecho mucho sobre lo que nosotros, como fuentes que hablan a este grupo, podemos metafóricamente pararnos cuando hablamos del camino espiritual y cómo caminarlo. El contexto es infinito, traído a un solo momento en manifestación en cada consciencia ahora; y ese ahora se convierte en ahora y ahora, una y otra vez.

En este momento transferiríamos la palabra al conocido como Aarón. Somos los de Q’uo.

Buenos días y mi amor para todos. Como espíritu encuentro mucha alegría en cada momento de mi ser. Pero debo decir que una reunión como ésta y la luz que está siendo emitida desde este círculo traen una profunda alegría a mi corazón, porque estoy comprometido como mi valor más fundamental con el alivio del sufrimiento en el universo, con traer luz donde antes ha habido oscuridad; y la luz que ustedes envían efectivamente hace eso. Así que es maravilloso compartir con ustedes y regocijarme en este fuego ardiente, en su calidez y brillantez.

Mi hermano/hermana Q’uo suele ser más poético que yo. Debo decir que este querido amigo me inspira un discurso más poético. Suficiente. Volvamos a lo básico. Q’uo habló de la elección de libre albedrío que cada uno de ustedes tiene. Deseo extenderme brevemente aquí.

No existe el mal absoluto. Hay seres que están polarizados negativamente en el servicio al yo y actúan en amor a ese yo. El egoísmo de esa motivación, digamos el egocentrismo de esa motivación, puede causar un inmenso sufrimiento a los demás, pero aún así hay que reconocer que ese ser está motivado por alguna forma de amor, por muy distorsionado que esté ese amor. Tal ser puede incluso graduarse del plano terrestre, llevando esa distorsión negativa; pero no puede regresar al Uno en última instancia, no puede moverse a través de las densidades superiores más allá de la sexta densidad con esa distorsión negativa. Se convierte en un callejón sin salida. Por lo tanto, puede llevar su distorsión negativa a un nivel muy alto, pero finalmente debe cambiar su polaridad para continuar.

Tenemos transcripciones disponibles que detallan este proceso de inversión de polaridad. Si a alguno le interesa, puede encontrarlas y Bárbara puede proporcionárselas, así que no hablaré de ello en profundidad. 1

La diferencia en el camino, entonces, parece ser que el camino del servicio a los demás habla de la conciencia del sufrimiento de todos los seres y del deseo profundamente sincero de aliviar el sufrimiento. La vía del servicio a uno mismo ignora ese sufrimiento porque acentúa el yo separado. En última instancia, no puede llevarnos de vuelta a la unidad plena con el Creador porque sigue existiendo la ilusión de la separación. Por lo tanto, es un camino verdaderamente más difícil. ¿Se puede empezar a sentir compasión por los seres que están en ese camino en lugar de miedo y odio hacia ellos? Su distorsión negativa les causa tanto dolor a ellos como a los demás.

Habiendo tomado la decisión de vivir la vida al servicio de los demás, uno se enfrenta constantemente a ese miedo en uno mismo que lleva al aferramiento y a la aversión al autoservicio. El servicio a los demás y el servicio a uno mismo no se excluyen mutuamente. Se trata de un malentendido. Volvamos a ese ser imaginario con la manzana, que presentamos anoche. Se ofrece la manzana, viendo el hambre del niño. Pero, ¿y si fuera el único alimento que tuviera el que tiene la manzana, y ese que tiene la manzana tampoco hubiera comido en varios días? ¿Es ese pensamiento, “Yo también tengo hambre”, un pensamiento maligno? Cortamos la manzana por la mitad y confiamos en que a cada uno se le ofrezca más sustento.

El yo también es un otro. Tú formas parte de este gran esquema de cosas. Convertirse simplemente en un mártir y ofrecerse sin respeto por las necesidades del yo es hacer un sacrificio innecesario. De hecho, hay que empezar a respetar las necesidades del yo, distinguiendo al mismo tiempo las que nacen del amor y del respeto sano, y las que nacen del miedo. Ese ser que ha tomado un desayuno completo y la promesa de un almuerzo completo no tiene necesidad de tomar la mitad de la manzana. ¿Puedes oír la voz del miedo que dice: “¿Y si lo necesito?” y simplemente observar: “Es la mente vieja la que habla”? “En este momento presente, no tengo hambre y este niño tiene hambre. En este momento presente, no necesito esta comida. Puedo darla libremente”. Pero la mente se remonta a esas experiencias pasadas de hambre o privación de cualquier tipo, y esa conciencia de mente vieja quiere acaparar debido al miedo humano muy básico: “¿Se satisfarán mis necesidades?”.

La persona que vive su vida en conciencia notará el surgimiento de tales pensamientos y será capaz de identificar lo que es la percepción desnuda de este momento y lo que es un viejo hábito mental. Ese mismo ser, al notar que el deseo de aferrarse a la manzana es un viejo hábito mental, que no hay hambre ni necesidad presentes, ese mismo ser no se despreciará a sí mismo porque haya surgido esa reacción habitual. Verá esa reacción no como su propia codicia que debe ser odiada, sino como el miedo humano que debe ser tocado con compasión. Entonces, se da cuenta del hábito de la mente vieja que surge en sí misma. Se da cuenta de su movimiento hacia el desprecio por ese hábito y se pide a sí mismo que también tenga compasión por el ser humano que tiene esos miedos, dejando así espacio para que todo flote. Entonces encuentra la libertad para volver a la percepción desnuda, para reconocer en este momento: “No hay hambre. Puedo dar esto”.

Al traer este nivel de conciencia a cada pensamiento, emoción y sensación que surge, uno comienza a alejarse de los límites del hábito de la mente vieja, para vivir su vida en el presente, en el ahora. Sólo en este momento se puede vivir con amor y sabiduría.

Lo que quiero que veas aquí es que la elección de servicio a uno mismo/servicio a los demás no es tajante: “¡Soy generoso!” o, “¡Soy egoísta!”. Más bien, se basa en permanecer en este momento con un profundo respeto por todos los seres, sabiéndose parte de esta cadena enlazada de seres, con el corazón abierto a las necesidades de todos, viendo el miedo cuando surge y haciendo el esfuerzo consciente de no vivir según los dictados del miedo.

¿Cómo recorrer un camino espiritual? Esta es, para mí, su esencia: darse cuenta de cada diálogo con el miedo y tener el valor de retirarse de ese diálogo, sin odiar el miedo, pero sin poseerlo ni dejarse controlar por él. Se necesita mucho valor. A medida que trabajas con esto, llegas a una intersección. Descubres que existe lo que yo llamo “práctica horizontal de la realidad relativa”, vivir la vida con habilidad y amor, momento a momento, pero que hay un yo ilusorio que está haciendo esa vida con habilidad y amor.

También existe una “práctica vertical” que atraviesa la ilusión del yo. Q’uo acaba de hablarte de esto. La próxima vez que me toque hablar a mí, lo desarrollaré, pero antes me gustaría devolverle el micrófono a Q’uo, a quien le gustaría hablarnos para desarrollar algo de lo que acabo de decir. Eso es todo.

Soy Q’uo, y os saludo de nuevo en amor y luz.

Como nuestro amado hermano Aaron ha señalado tan sabiamente, eres uno de los otros yoes a los que sirves. De hecho, permítenos confundirte completamente y decir que eres el primer otro al que servirás. ¿Y esto por qué? Porque, como ha dicho el maestro conocido como Jesús, toda la ley consiste en amar al Creador con todas las fuerzas, el corazón, la mente y el alma, y en amar al prójimo como a uno mismo. 2 Si no te amas a ti mismo, ¿cómo puedes amar verdaderamente a tu prójimo?

Sí, cada uno de vosotros es demasiado consciente de los pasos perdidos, de las conclusiones erróneas, de los impulsos que no hacen justicia al Amor. Sí, estáis completamente inacabados. ¿Es esta una razón para no estar enamorado de ti mismo? ¿Puede tu yo, en todas sus distorsiones, apartarse un ápice de la verdad del Amor? Sí, puede parecerlo, al igual que todos aquellos con los que entras en contacto. Sin embargo, el corazón que ama sabe que por debajo, por encima y alrededor de toda la confusión, de todos los pasos en falso, de toda la aparente imperfección, yace el Uno: inmaculado, intacto, bello y perfecto. Tu naturaleza es amor.

Recorrer el camino espiritual es una apertura del Ser universal interior, para abrazar más y más sin distorsión el corazón del amor en cada entidad y en cada momento. Tu reto es siempre discernir dónde está el amor en este momento y moverte -ya sea por actitud, pensamiento o acción- para apoyar, alentar y permitir ese amor. Dar a ese intento vuestro mejor esfuerzo os ocupará bien a través de esta ilusión que llamamos tercera densidad y a través de varias densidades por venir, porque somos testigos de nuestro peregrinaje continuo a través de ilusiones más largas y más sutiles en las que la elección que hicimos en tercera densidad se refina, primero por la atención al amor, luego por la atención a la sabiduría, luego por la atención a la fusión de amor y sabiduría.

Estas ilusiones venideras son muy diferentes de vuestro duro y accidentado momento de elección. No existe el sufrimiento, porque no existe el velo del olvido entre el yo consciente encarnado y el Yo profundo que es consciente de que todo armoniza en la unidad. En tu valiente ilusión, te enfrentas a los dragones de la oscuridad, la rabia, el dolor, la guerra, el hambre y todas las formas oscuras y monstruosas del pavor, el miedo y la ignorancia, porque no puedes recordar claramente que estas ilusiones son sólo eso. Se pretende que te confundas. Se supone que debes caer completamente de tu montaña intelectual. Y en esa caída trascendental al abismo, en el aire, arrancas la fe, sin que te atenúe ninguna prueba objetiva de que haya algo a lo que ser fiel. Eliges vivir tu amor.

Esta es tu elección: no sentarte en un trono, ver las pruebas y elegir, sino ser totalmente consciente de que no puedes comprender esta ilusión. Y al soltar ese deseo y abrazar sólo el deseo de amar de tu corazón, arrancas la fe de ese arrojo por el aire del medio.

Esta sabiduría del corazón para permanecer y esperar y tener fe sin pruebas -esta es la gloria de la tercera densidad. Y debemos decir que por mucho que disfrutemos de nuestros viajes continuos, al miraros a cada uno de vosotros y estar con cada uno y ver el valor y el compromiso de cada uno en la búsqueda de la verdad, nuestros corazones atesoran con cariño el recuerdo de ese esfuerzo, sufrimiento y creencia en el Amor contra toda evidencia. Qué parte del viaje en el que estáis ahora. ¡Qué emocionante!

En este momento nos inclinamos ante el conocido como Aarón y le ofrecemos el micrófono. Somos los de Q’uo.

Yo soy Aarón. Así como tú te regocijas en compartir profundamente con tus amigos, así Q’uo y yo nos regocijamos en poder compartir esta enseñanza entre nosotros. Es simplemente un placer sentarse y descansar. No es que necesite descansar; no estoy cansado. Pero cada uno de nosotros amplía lo que el otro puede ofrecer, aporta nuevas perspectivas. Por lo tanto, es una alegría para mí sentir la energía de Q’uo respondiendo a lo que he dicho, entregar el micrófono a mi hermano/hermana para que responda y expanda, y luego tomar esa expansión de vuelta y de nuevo ampliarla.

Q’uo habló de la línea del amor y la sabiduría, que es precisamente esa línea horizontal y vertical que he mencionado, y que finalmente debéis llegar a combinar las dos, viviendo en la intersección de esa línea horizontal y vertical, el centro de la cruz, la Consciencia Crística o Consciencia Búdica o Conciencia Cósmica que es Dios.

Me gustaría definir brevemente mis términos aquí para que cuando use el lenguaje, entiendas completamente mi significado. Dentro de la consciencia todavía hay autoconciencia, todavía hay algún grado de pensamiento personal y memoria. La Conciencia Pura es muy diferente y va más allá de toda consciencia. También hay un terreno intermedio, donde lo que yo llamo consciencia está todavía presente pero no se toma como “yo” sino que se conoce como herramienta de la encarnación.

La Conciencia Pura es la que ve la consciencia y la conoce (Pure Awareness is that which sees consciousness and knows it). Lo que podemos llamar Consciencia Crística o Búdica se encuentra aquí: Conciencia conciente de su naturaleza divina y, sin embargo, también conciente de las herramientas de la encarnación, la mente autoconsciente. La Consciencia Crística no encuentra menos divinidad en la encarnación que en la perfección última.

Mientras que el humano no puede moverse ordinariamente más allá del pensamiento de sexta densidad (la consciencia del Yo Superior), su meditación puede llevarlo verdaderamente a la experiencia de la séptima e incluso a principios de la octava densidad, esa frontera entre las dos donde todo concepto se disuelve, donde hay una disolución total del cuerpo y del ego, donde ya no hay pensamiento en absoluto, sólo Conciencia Pura, sin consciencia. Por lo tanto, yo diferencio estos términos. No utilizo consciencia y conciencia (consciousness and awareness) como sinónimos. Cuando hablo de Conciencia Pura, es esa conciencia más allá de cualquier pensamiento conceptual o cualquier percepción del yo.

Para vivir hábilmente en este plano humano, necesitas cierto grado de consciencia. Esto no significa identificación con el yo que hace elecciones, sino simple reconocimiento de que el yo es una herramienta y una herramienta necesaria para el trabajo de este plano. Si reniegas de ese yo, el aprendizaje no puede tener lugar. Así que hay una línea muy fina entre permitir la experiencia de lo que parece ser el yo y saber que el yo percibido es ilusión, ilusión útil y herramienta de la encarnación.

Todas las experiencias que le ocurren a ese yo percibido son también herramientas de la encarnación. Tus sensaciones físicas, tus emociones, tus pensamientos, no son cargas que se te pide que lleves, son regalos a través de los cuales puedes aprender. Uno puede aprender a trabajar muy hábil y amorosamente con estos regalos, de modo que uno ya no es reactivo a las emociones, ya no es reactivo a la sensación física. Ese ser comienza a vivir su vida con gran amor, aunque también puede experimentar un profundo dolor si todavía hay identificación con lo que surge. La no reactividad se convierte en una forma de autodisciplina y entrenamiento, pero todavía no hay sabiduría que vea que no hay propiedad de lo que surge.

También se puede avanzar en la dirección vertical de la sabiduría, centrándose en un camino de profundización de la sabiduría a través de la atención plena momento a momento. Esta atención comienza a penetrar en la ilusión de un yo separado. Comienza a conocer todo lo que surge como vacío del yo, como simples patrones recurrentes de la mente condicionada.

La sabiduría se desarrolla para comprender la impermanencia de todo lo que surge. La propiedad de ese surgimiento cesa. Pero sin el amor o la compasión que surgen de la aceptación de la experiencia humana, esa sabiduría se vuelve estéril. Dentro de esa sabiduría puede existir el deseo de desvincularse del catalizador humano. Lo que estás aprendiendo, entonces, es a llegar a este encuentro de lo horizontal y lo vertical, este centro de la cruz, donde la compasión y la sabiduría se encuentran.

Quiero hacer una digresión aquí un momento para hablar de las palabras amor y compasión. Cuando utilizamos el término amor, no estamos hablando de un tipo de amor sensiblero con apego, no de un amor manipulador o de un amor aferrado, sino de un amor puro que se abre a todo lo que es. El amor es un término difícil de definir. En cierto modo, me siento más cómodo con el término compasión, que es una consecuencia de ese amor de corazón abierto, pero se reconoce más fácilmente, se distorsiona con menos facilidad que el término amor. Podemos utilizarlos indistintamente siempre que entendamos lo que queremos decir con cada uno: amor y compasión.

Hay muchas formas de trabajar las prácticas horizontales. De hecho, todos lo estáis haciendo constantemente en vuestras vidas mientras intentáis vivir con más amor y habilidad, mientras intentáis vivir sin dañar a nadie y mientras procesáis las emociones, pensamientos y sensaciones que os atraviesan y trabajáis en la no-reactividad. Hablaremos más específicamente de esa práctica horizontal, ofreciendo herramientas específicas que hablen de tus situaciones personales.

Quiero hablar por un momento de la práctica vertical. En esencia, cuando trabajas con una práctica horizontal, estás utilizando la mente para domar la mente. La mente se mueve en una agitación de miedo y reactividad, y tú utilizas las prácticas relativas de fe, de devoción, de atención plena, para aquietar esa mente tumultuosa. Cuando pasas a la práctica vertical, utilizas la sabiduría para atravesar el engaño del yo y domar la agitación con sabiduría, en cierto modo como cuando se rompe la cáscara de una nuez y se deja que se abra la dura cáscara para que quede expuesto el suave núcleo interior.

Ahora me gustaría hablarte de una práctica que te ayudará a moverte hacia esa sabiduría, y más adelante este fin de semana hablaremos de llegar a ese lugar donde la compasión y la sabiduría se encuentran. Hay dos prácticas específicas que me gustaría ofrecerte, una para hacer con frecuencia, incluso constantemente, y otra que puedes hacer durante unos minutos en tu descanso para comer. En primer lugar, como práctica continua durante el fin de semana, cuando surjan pensamientos, emociones o sensaciones, me gustaría que tomaras nota de su aparición y te hicieras la pregunta que te resulte más útil: “¿De quién es este pensamiento? ¿Es mío? ¿Quién soy yo?” o “¿De dónde surge este pensamiento?”. Cuando te hagas esas preguntas y permitas que surja una respuesta honesta, verás que la respuesta es simplemente: “Surgió del viejo hábito mental. No soy dueño de este surgimiento”.

Permíteme darte un ejemplo. Esta mañana, aproximadamente a las 7:12, Barbara estaba sentada meditando y tuvo un pensamiento: “No hay mucha gente aquí todavía. No hemos empezado. Vamos a llegar tarde” -una pequeña contracción y sensación de miedo. Se preguntó: “¿De dónde ha surgido este pensamiento?”. Y pudo ver claramente que era sólo el viejo patrón que marcaba su necesidad de tener el control como una forma de protegerse a sí misma; necesidad de permitir que las cosas estén bien para los demás, no como una forma de ganar aprobación para sí misma sino debido a querer crear comodidad para los demás. Y vio que era una respuesta de miedo, sólo un patrón condicionado. Así que volvió a este momento y se preguntó: “En este momento, ¿hay alguna necesidad de que ocurra algo más que lo que está ocurriendo ahora mismo, a las 7:13, sentada y meditando?” con la conciencia de cómo había surgido ese miedo, de que ella no era la dueña de ese miedo. Es como una burbuja que se pincha con un dardo afilado… ¡puf! El miedo desaparece. En ese momento, uno vuelve a descansar en la Conciencia Pura, no en la consciencia, sino en la conciencia . Sólo por ese momento, no hay “alguien” haciendo nada. El ego está totalmente disuelto. Sólo hay descanso en el Ser Puro. Puede que sólo dure un segundo hasta que surja el siguiente pensamiento. Cada pensamiento se convierte en una oportunidad para reventar esa burbuja de nuevo y volver a la Conciencia Pura.

A medida que uno hace esto persistentemente, uno deja de lado el hábito de pensar en sí mismo como alguien que hace, da forma, arregla, y se mueve más hacia la verdadera comprensión de que lo que uno es, es esta Pura Conciencia conectada con todo lo que es. Uno encuentra la capacidad de descansar en ese espacio. Uno deja de identificarse con lo horizontal.

Sólo voy a llegar hasta aquí. Como he dicho, esta tarde hablaré de las formas en que se puede combinar este corte de la ilusión con las prácticas horizontales que se relacionan con la realidad relativa de la vida cotidiana y que requieren la participación del yo.

La segunda práctica que me gustaría ofrecerte es una que te pido que hagas como deberes durante la pausa para comer. Hazla conmigo ahora, pero deprisa, y luego repítela en tu tiempo libre. Quiero que te sientes, preferiblemente al aire libre. Mira el lago, los árboles o el cielo. Medita con los ojos abiertos, envía tu conciencia hacia fuera. Exhala y sigue esa respiración hasta donde llegue. ¿Qué le ocurre a tu respiración cuando la exhalas? ¿Hay algún límite ahí fuera? ¿Qué ocurre cuando llega al final de la atmósfera? ¿Se detiene?

Siéntate y sigue tu respiración. Mirar al cielo puede ser muy útil. Deja que se expanda hacia fuera y hacia fuera y hacia fuera hasta el infinito, más allá de los confines del universo… nada que la detenga. Ahora inspira. ¿Qué estás inspirando? ¿Hay algún límite más allá del cual no respires esa sustancia? Visualiza la inhalación también viniendo de más allá del infinito moviéndose dentro de ti, atrayendo con cada inhalación el núcleo de todo lo que es y exhalándolo de vuelta al universo, cada exhalación una liberación gigante… ahhh… liberando con un ahhh todos los límites del yo… inhalando … Abre los ojos y haz esto conmigo y con Barbara … in … ahhh … enviándolo hacia fuera … in … ahhh … enviándolo hacia fuera … Puedes cerrar los ojos de nuevo si lo deseas, cada ahhh soltando los límites del yo, sintiendo la propia fusión con el universo.

Aquí estamos hablando de atraer el plano físico hacia uno mismo. Después de haber hecho eso durante unos minutos y sentir realmente que te mueves hacia el universo y que el universo se mueve hacia ti físicamente, haz lo mismo con la conciencia. ¿Dónde ha recogido la conciencia fronteras falsas, fronteras inexistentes, digamos, que tú reclamas como “mías”? Envía tu conciencia junto con tu respiración hacia el universo e inspira de nuevo conciencia, conciencia universal, el contacto más profundo con todo lo que es.

Si al hacer este ejercicio los pensamientos dejan de surgir, como puede ser, y empiezas a moverte hacia un nivel de conciencia de profunda conexión, simplemente descansa en esa conexión. Si los pensamientos vuelven a surgir, pregúntate: “¿De dónde ha surgido? ¿De quién es el pensamiento?”. Y a medida que se autodestruye, se autolibera, ¡puf! se va el globo del pensamiento. Descansa de nuevo en esa Conciencia Pura, liberando una vez más los límites y expandiéndote hacia el universo físicamente y en conciencia, y permitiendo que el universo se mueva hacia ti. Por favor, dedica diez o quince minutos a esto -más si quieres- durante la hora de la comida, y te agradecería mucho que me contaras los resultados de este ejercicio.

Puede que Q’uo tenga algo que desee añadir aquí. Si no es así, me gustaría abrir el turno de preguntas y respuestas. Eso es todo.

¿Cuántas densidades hay?

Aaron habla de [ocho] densidades, cada una de las cuales tiene siete subdivisiones, cada una de las cuales tiene siete subsubdivisiones y así sucesivamente. Lo define vagamente como ocho densidades y dice que a algunas personas les puede parecer diferente. Por ejemplo, divide la cuarta y la quinta densidad. Algunas personas pueden agruparlas.

Una vez que superamos la necesidad de encarnar y pasamos a la cuarta densidad, entramos en una experiencia de aprendizaje en grupo, y no se refiere a un grupo fijo. Hay un ir y venir, sigue habiendo libre albedrío. No somos arrastrados a algo de lo que no podamos salir. Pero una vez que dejamos de ser reactivos a nuestras emociones y pensamientos, estamos listos para la experiencia grupal de cuarta densidad. En este grupo todos somos telepáticos, así que la ecuanimidad con nuestras emociones y pensamientos, que marca el final de la tercera densidad, es una necesidad para la cuarta. Utiliza el ejemplo: Si ahora mismo todos fuéramos completamente telepáticos, de modo que todos supiéramos todo lo que piensan los demás, ¿estaría bien? ¿Has tenido algunos pensamientos esta mañana que realmente no quieres compartir? Una vez que llegamos al punto en el que tenemos tal compasión por nosotros mismos y tal no-juicio de nuestros pensamientos y no-propiedad de nuestros pensamientos, también tenemos esa compasión hacia los demás y no juzgamos los pensamientos de los demás. Entonces estamos listos para estar en una energía de cuarta densidad donde hay un compartir telepático total. No hay vergüenza ni juicio. Aprendemos, entonces, no sólo de nuestra propia experiencia, sino de la experiencia de los demás, porque la experiencia puede compartirse totalmente.

A medida que avanzamos en el proceso de ese grupo de energía de cuarta densidad, empezamos a salir más por nuestra cuenta, yendo y viniendo del grupo. La sexta densidad se mueve más allá de las capacidades de las que vinieron antes… sabiduría y compasión más profundas, y amor incondicional. Séptima y octava densidad: de nuevo, algunas tradiciones las agrupan en una y otras las dividen en séptima y octava densidades.

¿Cuántos de los aquí presentes, por haber leído a Aarón u otro material, están familiarizados con todo este esquema de las densidades? Levanten las manos. ¿Cuántos de ustedes no saben nada de esto? Bien, entonces no vamos a entrar en detalles. Hay un capítulo en el libro 3 de Aarón que podrían leer a la hora del almuerzo que delinea cada una de esas densidades y de qué se trata cada una.

Brevemente, la primera densidad son los elementos. Segunda densidad: las cosas que aún no pueden moverse, como las plantas y los animales que aún no tienen autoconciencia. Se vuelven hacia la luz. El animal conoce a su amo y quiere amarlo un poco, pero aún no es conciente de sí mismo. Tercera densidad: la autoconciencia. Cuarta densidad: la conciencia del amor. Quinta densidad: la conciencia de la sabiduría. Sexta densidad: la conciencia de la sabia compasión, la sabiduría compasiva, la fusión de ambas. Séptima densidad: Ra la llama la densidad de la eternidad, donde finalmente echas una última mirada atrás, le das la espalda a todo eso y empiezas a ganar masa espiritual, volviendo a la fuente. La octava densidad es la octava, y se disuelve en la atemporalidad y se convierte en la primera densidad de la próxima creación. Y esa es su cosmología. Así, todos los miles de millones y miles de millones de años hasta la gran explosión central del sol central es sólo una creación, sólo un pequeño latido.

Los extraterrestres, como en la película Cocoon, tienen estos cuerpos de luz. ¿Dónde encaja lo físico en estas densidades?

Supuestamente, por lo que obtuvimos de Ra, cada uno de nuestros chakras o centros de energía tiene un cuerpo con una naturaleza física que corresponde a ese centro. El rayo amarillo que estamos habitando ahora tiene este cuerpo bioquímico. Otro cuerpo corresponde al centro del corazón. Si has asistido a una sesión de espiritismo en la que el médium produce ectoplasma, se ve como una especie de sustancia humeante que las entidades utilizan para formar el cuerpo astral, que está asociado con el corazón o el rayo verde. Y cada centro de energía sucesivo tiene un cuerpo cada vez más fino en cuanto a la masa física que podemos ver, pero está cada vez más densamente lleno de luz. Por lo tanto, son más densos en cuanto a la luz, pero menos densos en cuanto a nuestra materia física. Pero cada uno de los centros tiene un cuerpo.

¿No es la materia física sólo una vibración ralentizada de luz? Entonces, ¿cómo puede ser? ¿No estás diciendo que cada cuerpo es una vibración más rápida?

Sí, eso es básicamente correcto, pero tiene más luz en él, más brillo vibratorio, más velocidad de rotación, más luz activa.

Es un cuerpo químico pesado. Y una de las cosas en las que hay que pensar es que si sanas el cuerpo de luz, el cuerpo físico también se sanará porque es una vibración de octava inferior. “Como es arriba, es abajo”. 3

Soy Aaron. Tienes muchos, muchos aspectos. El uso repetido de la única palabra cuerpo lo hace difícil. Tu lenguaje no ofrece una elección adecuada de palabras. Conoces los cuerpos físico, emocional, mental y espiritual. También tienes lo que llamamos cuerpo de luz, que es el cuerpo emocional, mental y espiritual separado del cuerpo físico. El cuerpo físico es, en cierto sentido, un reflejo del cuerpo de luz, o podríamos decir una manifestación del cuerpo de luz.

Para definir mejor el cuerpo de luz… hay un cuerpo de luz superior, que, en esencia, es lo que conocéis como el alma, el Cuerpo Espiritual Puro. El cuerpo de luz inferior es una manifestación del cuerpo de luz superior e incluye el cuerpo mental. A veces se le llama el Yo Superior. Hay gradaciones intermedias y más allá. Los que están más allá incluyen el cuerpo emocional. Podrías visualizar, entonces, la luz más pura, que es la luz simplemente del cuerpo espiritual en su interconexión con todo lo que es. Esta luz es absolutamente pura, totalmente desbloqueada.

Un poquito por debajo de ella es lo que yo llamaría la luz de Cristo, Buda o la Conciencia Cósmica. Tiene sólo el tinte más desnudo, muy desnudo, totalmente transparente, no bloquea la luz pura de ninguna manera, pero está sombreada sólo con ese tinte más pequeño de autoconciencia.

Un paso abajo, un gran paso abajo (hay gradaciones) viene el cuerpo de luz inferior. A efectos de visualización, me gustaría que te imaginaras el corazón, que es el centro de luz del cuerpo físico. Imagínatelo como una bola, radiante de luz. Dentro de esa bola, agrega puntos negros de las diferentes emociones, pensamientos y sensaciones físicas. Dejemos de lado ahora las sensaciones físicas. Estamos hablando del cuerpo de luz inferior y no del cuerpo humano completo, pensamientos y emociones. Todavía hay un cuerpo mental y emocional.

En el cuerpo de luz más elevado, no hay nada que desvíe la luz que brilla fuera de ti o la luz que entra… Un momento por favor. Deseo que Barbara dibuje algo aquí.

Estoy dibujando un círculo con las motas descritas en él, demostrando cómo esas motas bloquean la luz para que no salga del centro y entre en el centro. Nuestro trabajo en la conciencia permite lentamente que esta sombra se disuelva para que nos movamos más y más (estoy parafraseando a Aaron aquí), nos movemos más y más en la experiencia viva de este círculo, libre de esas motas de sombra. Ahora, volviendo a Aaron directamente …

El cuerpo humano lleva esto un paso más abajo porque añade los catalizadores físicos también, y eso que crea más sombra. Si tomáis a un ser como vosotros y lo ponéis delante de esa luz perfecta, que yo llamaría Dios, veis una aguda sensación de sombra. Si toman a un ser como yo, un ser de sexta densidad, y lo ponen frente a esa luz perfecta, todavía habrá una distinción entre esa energía que soy y esa luz perfecta. No estoy totalmente fusionado con esa luz perfecta. Si tomas a un ser como el Cristo o el Buda y pones la energía de esos seres frente a esa luz perfecta, serán casi invisibles, casi sólo porque eligen retener algún grado de conciencia y aún no se han movido completamente a la séptima densidad. No estoy especificando, ahora, dónde se encuentran estos seres en su evolución. Un ser que ha pasado a la séptima u octava densidad no es mejor que un ser que elige permanecer en el límite de la séptima densidad para permitirse estar disponible para los de las densidades inferiores, para permitir que su energía personal esté disponible. Eso es realmente un don y un sacrificio por parte de ese ser, que retiene su propia fusión plena con la luz por servicio a todos los seres y por el deseo de ofrecerse como servidor.

Las distorsiones del cuerpo físico son reflejos de las distorsiones de los cuerpos de luz superiores. Por lo tanto, como señaló Carla, cuando se aclaran las distorsiones de los cuerpos de luz superiores, a menudo se produce la curación física.

Hay disparidad entre la claridad de los cuerpos de luz superiores y la del cuerpo físico. Ustedes están aquí en forma física. A veces os creáis distorsiones porque aspiráis a ser algo para lo que no estáis totalmente preparados. Aquí es donde empiezan a querer deshacerse de la pesadez de los cuerpos físicos o emocionales. Queréis aferraros a ser el Yo Superior sin haber hecho el trabajo de conciencia para disolver la sombra de los cuerpos emocional y físico. Debe haber armonía o te fragmentas. No te deshaces de las emociones ni de las sensaciones físicas molestas. Pero a medida que encuentras espacio para ellas y ecuanimidad, no reactividad a ellas, entonces te vuelves capaz de trabajar en los niveles superiores de luz.

La frecuencia de vibración de estos cuerpos es diferente. También deben estar en armonía, como las cuerdas de un instrumento musical. Si las cuerdas del nivel superior están perfectamente afinadas, pero las cuerdas más pesadas y gruesas están desafinadas, el instrumento tocará de forma desarmónica.

El cuerpo físico estará en una frecuencia más baja que los cuerpos de luz superiores. Lo afinas, no para llevarlo a ese tono alto, sino para hacerlo armonioso a ese tono alto, no deshaciéndote de las sensaciones físicas, sino soltando el miedo a las sensaciones físicas; y lo mismo para el cuerpo emocional. Entonces te conviertes en un todo armonioso, y como ese todo armonioso, la vibración de frecuencia del cuerpo conectado comienza a elevar la vibración de frecuencia del todo. Esto sólo puede ser tan claro como la vibración de frecuencia del aspecto más bajo del mismo. Si un aspecto es discordante, el todo es discordante.

Muchos de ustedes han trabajado para aclarar la energía de los cuerpos mental y espiritual, pero tienden a querer repudiar los cuerpos emocional y físico. Trabajáis con los chakras superiores y dejáis de lado el trabajo con los chakras inferiores, pero deben unirse.

Se podría decir mucho más al respecto. ¿Desea que hable más o es suficiente? Eso es todo.

Hoy, mientras meditaba y mientras Aarón y Q’uo hablaban, muy a menudo llegaba a un punto en el que conscientemente no recordaba mucho de lo que Q’uo y Aarón decían. ¿Qué puedo hacer para evitar que eso suceda, o se supone que eso suceda?

Yo diría que lo dejes estar. Si quieres oír, oirás, pero lo estás recibiendo a un nivel más profundo.

Sí, siento que lo he entendido. Pero no podría decirle a alguien que Q’uo dijo esto, esto y esto.

Creo que a veces llegas a un punto en el que te proteges de soportarlo todo de golpe, y tu corazón es sabio y te pone en un lugar en el que lo alimentarás para que surja poco a poco y puedas afrontarlo mejor. Se dicen muchas cosas, se señalan muchos puntos y se trabaja mucho. Algunos no podemos soportarlo.

Una de las cosas que sugerimos a la gente es que reconozca algo de este “cribado”. A veces Aaron duerme a la gente. Parte de esto es resistencia. En lugar de decir: “Tengo que deshacerme de esta resistencia”, ¿puedes simplemente reconocerla? “Aquí hay resistencia. ¿Puedo ser amable conmigo mismo sobre esta resistencia?” Deja que surja. “¿De qué se trata la resistencia?” Ya sabes. No pienses en ello. Simplemente reconócelo y deja que surja. Quiero poner un ejemplo.

Hace un par de años, mi hijo llegó a casa de la universidad con un montón de literatura sobre reciclaje; y yo ya reciclo papel y botellas, pero él quería que reciclara todo. No era una pila muy grande de literatura, pero yo seguía posponiéndolo y diciendo: “No puedo leerlo ahora”. Finalmente, me di cuenta de que si lo leía, iba a tener que responsabilizarme de ello y no estaba preparada para asumir esa responsabilidad. Sentía que iba a ser una gran carga, mucho trabajo. “No sé si podré con esto. Mantenlo a distancia. No quiero saberlo todavía. No estoy segura de estar preparada para ser tan responsable”.

Cada uno de nosotros tiene que trabajar en ello. Si realmente escuchamos lo que dicen e intentamos vivir nuestras vidas de esa manera, nos están pidiendo que seamos muy responsables, y hay cierto temor: “¿Estoy preparado para ser tan responsable? ¿En qué me estoy metiendo?”.

Tenemos que ser muy amables con nosotros mismos, no presionarnos más allá de donde estamos, porque aprendemos a medida que crecemos. No tenemos que estar más allá de donde estamos ahora, sólo movernos a nuestro propio ritmo. No hay velocidad con la que lo hagamos. La gente se mete en problemas cuando no es honesta consigo misma. Algunos dicen: “Vale, voy a asimilar todo esto y voy a hacerlo”. Y entonces, en lugar de convertirse en una obra de amor y bondad y amabilidad hacia nosotros mismos, se convierte en otro tipo de miedo: “Voy a deshacerme de eso y voy a ser esto”. Pero eso no es honesto.

Entonces, ¿cómo aclaramos los chakras inferiores?

Creo que Aaron y Q’uo hablarán de eso largo y tendido, pero permíteme decir que, al trabajar con este “filtrarlo”, el primer paso es simplemente ser consciente de que hay resistencia: “¿Estoy juzgando esa resistencia o tratando de deshacerme de esa resistencia, o me estoy permitiendo llevar mi corazón a esa resistencia?”. ¿Entiendes lo que quiero decir? La otra cosa que me gustaría sugerir es que, tanto Aaron como Q’uo, su energía está en una vibración de frecuencia muy alta que no está completamente en armonía con donde estamos muchos de nosotros. Es muy agotador experimentar esa energía. A veces tenemos la sensación de tener que filtrarla porque entra mucha energía. Tenemos que ser muy amables con nosotros mismos. A lo largo del fin de semana, tu capacidad para escuchar esto y asimilarlo más plenamente aumentará. Algo específico que Aaron ha sugerido a veces a las personas es simplemente abrir los ojos, no para mirarnos mientras canalizamos, sino una especie de mirada desenfocada que ayuda a permitir una mayor conciencia.

Sí. Lo hice hoy. Me ha ayudado.

Sobre la pregunta de cómo aclarar los chakras inferiores, Aaron dice que es un tema demasiado importante para hacerlo antes de comer.

Quería daros las gracias por una de las cosas que me habéis ayudado a hacer: Al escuchar y estar en círculos, recibo tanta energía. Me siento mejor cuando canalizo que en cualquier otro momento, y realmente os doy las gracias por el hermoso intercambio de esta increíble energía que recorre el círculo. ¡Qué rico! Y, como dijo hace poco alguien que vino a un taller: “¡Está riquísimo!”.

Nota aclaratoria de traducción:

Según el Diccionario panhispánico de dudas, de la Real Academia Española y la Asociación de Academias de la Lengua Española (Bogotá: Santillana, 2005), conciencia significa ‘reconocimientos en ámbitos de ética y moral’: conciencia del bien y el mal. Mientras que consciencia alude al ‘reconocimiento de la realidad, en un sentido metafísico más general’, ya no sólo relacionado con la ética y moral. Aunque las dos voces son válidas, el diccionario citado indica que conciencia, sin s, expresa ambos sentidos; por lo que es más recomendable emplear ésta en todos los casos *. Fuera de estos conceptos en la lengua Española, en esta sesión Aaron establece una diferencia entre las palabras en inglés “awareness y “consciousness”. En consecuencia, por simple convención se ha traducido aqui “awareness” como conciencia y “consciousness” como consciencia. Se deja al lector la interpretación de esta diferencia. Sin embargo, el traductor sugiere el siguiente entendimiento: Aaron, al parecer, se refiere a que “consciousness” es un processo cognitivo dualístico, mientras que “awareness” es no dual, no local y más allá de lo cerebral. *https://www.academia.org.mx/consultas/consultas-frecuentes/item/conciencia-y-consciencia


  1. Para más información, póngase en contacto con el Deep Spring Center for Meditation and Spiritual Inquiry, 3003 Washtenaw Ave., Suite 2, Ann Arbor, MI, 48104, www.deepspring.org

  2. Santa Biblia, Mateo 22:37 

  3. El Kybalion, Anónimo.