Hoy nos gustaría explorar el tema de la autoestima. ¿Podríais explicar cual es la función de la autoestima en el camino del buscador, así como del obstáculo que supone dudar de uno mismo? Por ejemplo, ¿de qué somos dignos? y ¿qué significa para nosotros el tener una valía infinita? Agradeceríamos cualquier orientación sobre esta materia.

(Canaliza Jim)

Soy Q’uo, y estamos con este instrumento. Nos sentimos honrados por haber sido llamados a vuestro grupo hoy. Somos conscientes del trabajo que cada uno ha hecho este fin de semana, ya que vosotros también buscáis convertiros en canales de amor y luz a través de la edición y el habla de las palabras de vuestro lenguaje, pues cada uno de vosotros es un canal en este sentido y en muchos otros. Canalizáis la vida que vivís; Canalizáis el amor que ofrecéis; Canalizáis los pensamientos que tenéis. Muchas bendiciones han recaído sobre vosotros porque las habéis atraído como canales de amor y luz, bendiciones de amigos que ahora se hallan reunidos aquí—de aquellos a quienes nos hemos aproximado a lo largo de los años—en todo momento y lugar, vuestras familias, vuestros afanes y preocupaciones. Todas estas son bendiciones del Padre sobre vosotros.

Estáis aquí, sobre la Tierra, donde residís en este momento. No es una residencia permanente, y vuestra identidad no es vuestra verdadera identidad, no es sino una pequeña porción de lo que está en vuestro corazón y dentro de vuestra alma, eso que apenas podríais comprender si se os mostrara todo simultáneamente. Habéis venido aquí, a esta ilusión de tercera densidad, desde el lugar de la Creación del Padre que es vuestro verdadero hogar—el mundo del espíritu. Allí vuestra verdadera naturaleza es libre de expresarse de infinitas maneras en la búsqueda del servicio al Único Creador tal como lo hacéis aquí y ahora del modo [inaudible] que hayáis elegido para ampliar lo que constituye vuestra misión, vuestro deseo, vuestro servicio en todo momento: buscar a aquel que está dentro de vosotros, buscar lo que habéis sido, lo que seréis siempre. Ya veis, no hay otra opción.

Sois de noble estirpe, ya lleváis sobre vuestra cabeza una corona del Padre. ¿Por qué habríais de nacer en una ilusión tan limitada y con el riesgo de olvidar, y de hecho, haber tenido que olvidar todo lo que sois? De esta manera, como sabéis por vuestros estudios en este círculo de búsqueda, podéis aspirar a una mayor comprensión de una manera, digamos, mucho más intensiva de lo que es posible en vuestra densidad de procedencia, pues aquí cada uno de vosotros es un errante, y lo sabéis muy bien, o no podríamos decíroslo. Habéis venido aquí para descubrir cómo se vive una vida aparentemente limitada, y sin embargo, a causa de diversos tipos de limitaciones que tan reales os parecen, podéis verdaderamente expandir vuestro servicio a todos por el Creador Único, vuestro amor a todos por el Creador Único; porque cuando os olvidáis de que estáis dentro de esta ilusión, entonces, poco a poco, tenéis la oportunidad de descubrir pequeñas porciones de vuestra propia verdad y el misterio comienza a desvelarse.

Y al moveros en sintonía con ese misterio, veis que hay mucho más por descubrir, y para ello hace falta un esfuerzo considerable, y lleva mucho tiempo. Ese esfuerzo mantenido en el tiempo produce una significativa polarización en vuestra consciencia. Esto se consigue en mucho menos tiempo, diríamos, que en densidades más altas. Lo creáis o no, queridos amigos, para aquellos que están en densidades más altas es muy duro progresar con rapidez, porque pueden ver en todo momento la verdad en la Creación que les rodea. Hay pocas dudas acerca de hacia donde avanzar; hasta donde alcanza de la vista poco permanece velado, y por el contrario, aquí hay mucho velado en esta ilusión.

Son las dificultades las que os hacen ir más allá de vuestras aparentes limitaciones, aquellas que os hacen más fuertes en un sentido espiritual, como veis. Eso es por lo que estáis aquí—aumentar vuestra fortaleza espiritual. Una fortaleza que os permitirá adentraros más en la ilusión de tercera densidad que os rodea y compartir lo que hayáis descubierto en el viaje espiritual con aquellos que os encontréis en la calle, en casa de un amigo, cuando os reunáis, en el sitio que sea. Sois seres de luz, sois buscadores conscientes de la verdad. Vuestra luz brilla en todo momento, y podéis dirigirla donde queráis.

Por lo tanto, al observaros a vosotros mismos en el más amplio sentido de vuestros orígenes, de vuestra misión, de vuestra decisión de estar aquí, sois de hecho seres de una valía infinita. Me río por lo obvio que nos resulta, porque nosotros no vemos las limitaciones que a vosotros os resultan útiles, aunque también os resultan difíciles, y lo comprendemos. Os tenemos simpatía; también nosotros hemos recorrido esta senda. No es fácil, pero es meritoria, es conmovedora, está llena de oportunidades para servir, para aprender, para amar, para volverse luz.

En este momento quisiéramos transferir este contacto al conocido como Steve. Somos aquellos de Q’uo.

(Canaliza Steve)

Soy Q’uo y estoy con este instrumento. Como os hemos dicho, sois seres de infinita valía, y sin embargo esto mismo os puede resultar de lo más difícil de comprender en esta densidad de búsqueda. Porque estáis detrás de un velo que, en gran medida, os resguarda de la verdadera comprensión de lo que sois. Y todo el mundo piensa que lo que llegaréis a ser se basa en lo que habéis realizado y, de ese modo, el llegar a ser valorados se basará en hechos que justifiquen vuestra valía; se basará en logros que justifiquen vuestra valía, y se basará en el reconocimiento de que sois considerados de valía a los ojos de vuestros semejantes. Por lo tanto, el que os valoren pasa a ser algo por lo que merece la pena esforzarse. El ser valorado es la denominación por la que todos estos esfuerzos pueden interpretarse en última instancia como sentido de pertenencia a un único grupo. Así, bien sea que os esforcéis por conseguir la excelencia en el trabajo que desarrolláis, bien sea que os esforcéis por la excelencia en las tareas de servicio a los miembros de vuestras familias, de los seres queridos, bien sea que os esforcéis por la excelencia en vuestros logros personales de manera más discreta, diríamos, vosotros en el fondo os estáis esforzando por alcanzar una posición que, según vuestra propia estimación, es lo que cuenta.

Ahora bien, nos gustaría empezar llamando vuestra atención sobre la verdadera naturaleza de tal esfuerzo, porque uno no se esfuerza por aquello que considera que ya posee. Uno se esfuerza por aquello que quizás esté casi a su alcance, aunque no del todo. Y debido a que vuestra vida es un esfuerzo perpetuo—y eso, queridos amigos, os podemos asegurar que es así—parece que aquello por lo que os esforzáis, concretamente el que os valoren, está destinado a permanecer siempre más allá de vuestro alcance.

Bien, la experiencia encarnada que ahora disfrutáis puede hacerse un tanto agobiante, un tanto dura. Depende de que el hecho mismo de que os valoren sea la única cosa importante que queráis conseguir. De hecho, en el ámbito de los objetivos, el ser valorado es muy probablemente lo último que pueda lograrse. Una vez más os esforzáis, a lo mejor lo conseguís, pero una vez conseguido se os ocurre que todavía hay más por conseguir, y así os esforzáis nuevamente en la creencia de que vuestro logro es insuficiente, es imperfecto, y que dicha imperfección pueda cubriros con un manto de vergüenza, que pueda, si lo permitís, manchar toda vuestra encarnación.

Pasamos ahora, con el permiso de este instrumento, permiso que nos gustaría decir que nos ha concedido con reticencia, al ejemplo de la vida de este instrumento, porque verdaderamente este instrumento ha luchado incansablemente con la cuestión de la propia valía. Ha sido una lucha larga y dura, emprendida con bravura, y debemos mencionar, realizada con lo que este instrumento sólo con reticencia podría calificar como determinación y un poquito de indulgencia. Y sin embargo, este instrumento ha perdido una cantidad de tiempo extraordinaria mirando a una especie de abismo, al experimentar cómo todo lo que ha pasado por sus manos, cada meta, cada proyecto, cada esfuerzo por ayudar a los que ama, con un amor que sobrepasa al que el tiene por sí mismo, todo esto parece haberse convertido en polvo. Todo esto parece haberse quedado en nada, parece haber sido un vasto plan anodino y decepcionante. Y así, ¿para qué se ha empleado tanto esfuerzo? Y así, ¿porqué situar la valía sobre el altar de las aspiraciones solo para ver cruelmente frustrados una y otra vez los más hondos anhelos, la más íntima expectativa de que en alguna ocasión pudiera adoptarse la acción adecuada, que alguna vez pudiera atenuarse la desesperación que puede recaer en aquel cuyos intentos de servir parecen haberse quedado en nada?

Queridos amigos, os vamos a decir lo que ahora intentamos decirle a este instrumento—que conviene no mirar los resultados de vuestras acciones para descubrir la verdadera medida de vuestra valía. En cambio, conviene darse cuenta de que una vida bien empleada no escatima esfuerzos para servir, pero no se juzga a sí misma con dureza por aquel servicio que parezca haber salido mal. Porque el verdadero servicio se encuentra en la apertura del corazón y en la entrega de los más preciados recursos que podáis traer desde lo más profundo y ofrecerlos.

Aquellos que viven en la condición del velo, que son la mayoría de los que viven en la tercera densidad, no son quienes para juzgar acerca de la valía o no de cualquier esfuerzo realizado para servir. Es cierto que el servicio ante una solicitud, ante una necesidad, ante una petición, no llega a terminarse y, por lo tanto, siempre habrá más servicio que se pueda ofrecer. Uno nunca termina de trabajar o de completar un llamamiento para servir. El efecto que produce el auténtico servicio, sinceramente ofrecido, es que vacía completamente el ser del buscador poco a poco, de tal modo que aquello que porta de naturaleza superflua, al final no resulta necesario llevarlo por más tiempo. Cuando lo habéis dado todo, cuando habéis abierto vuestro corazón en amor y sin reservas, no hay nada más que se os pueda pedir, y no hace falta llevar consigo la pesada carga del juicio si, en vuestra apreciación, las ofrendas que hayáis podido ofrecer no han surtido efecto. Eso es algo que está más allá de vuestra capacidad de controlar. Vuestro amor puede tener repercusiones mucho más allá del campo de aplicación al que se destina. Vuestros amores siempre están bien empleados, precisamente por ser amores.

Y así, la valía que podríamos sugeriros que busquéis no consiste en la consecución de los efectos que pensabais conseguir a través de vuestro servicio y a través de vuestra búsqueda, sino más bien en la naturaleza del servicio y en la naturaleza de la búsqueda mismas. Vuestra valía no depende de comentario alguno que el mundo pudiera daros acerca de cualquier distinción a la que podáis aspirar. Vosotros descubrís vuestra valía al abrir vuestro corazón en el servicio y al abrir vuestro corazón en el amor, y al permitir que la gran energía cósmica que es el regalo de todos los que han encarnado, fluya a través vuestro y, al hacerlo, alcance su destino donde quiera.

Donde quiera, puede ser tan descabellado e impredecible como el viento. Podéis alabar al viento, podéis alabar el misterio de la Creación, y en esa alabanza, que es también una oración, descubriréis el susurro que regresa para envolveros en la sensación de participar en la valía de toda la Creación. Es vuestro derecho de nacimiento. Como hemos dicho a través del conocido como Jim, la corona está, de hecho, sobre la cabeza del digno buscador.

Somos aquellos de Q’uo y en este momento querríamos volver al conocido como Jim, para poder responder a aquellas preguntas que los presentes todavía puedan tener en mente. Adonai, queridos amigos, Adonai.

(Canaliza Jim)

Soy Q’uo y estamos de nuevo con este instrumento. Quisiéramos preguntar si hubiera alguna consulta de la que podamos hablar.

Q’uo, en el proceso preparatorio del que canaliza, ¿cuáles son las principales actuaciones que deben realizarse hasta el momento de recibir el contacto?

Soy Q’uo y estoy al tanto de tu consulta, hermano. Este fin de semana has estudiado a fondo el listado de estas actuaciones elaboradas por la conocida como Carla. La más importante de las que están en la lista, digamos, es refinar el deseo de servir, y usar ese deseo como motivador para llevar a cabo las técnicas, diríamos. Es decir, afinar el propio instrumento para que llegue a ser capaz de recibir información de naturaleza espiritual, tan elevada, digamos, que posee un efecto esclarecedor.

También es necesario llegar a las zonas más profundas de la propia mente en estado meditativo, para así poder ofrecer esta sintonización de una manera tal que tenga significado para vosotros. Existen oraciones, hay canciones, hay invocaciones y diversos rituales que podéis utilizar para, digamos, alinear la mente en dirección al corazón. Las oraciones que habéis utilizado son, de hecho, las más eficaces para muchas de las entidades aquí reunidas. De todos modos, cada cual puede buscar cualquier otra clase de oración o literatura inspiradora para asimismo facilitar esta transferencia de la energía del corazón al interior de la mente.

Es necesario realizar un contacto que sea, digamos, útil y alentador, ya sea con alguien que nos guíe, con nuestro yo superior, con una presencia angélica con quien hayáis tenido contacto y aprecio mutuo previamente, con aquellas entidades desencarnadas que llevan dentro de sí una gran vibración de amor y que pueden transmitiros esa misma vibración iluminadora.

Habéis aprendido a moveros en niveles profundos de vuestra mente en estado meditativo por medio de técnicas que podrían mencionarse que son de las del tipo del trance inducido, las de la repetición hipnótica de palabras o frases, las de descender por grados o niveles a las partes más profundas dentro de vuestro propio ser, vuestra propia mente subconsciente; Y, dentro de las partes más profundas de vuestra mente, hay recursos a los que podéis apelar, conexiones del universo con vosotros que os hacen posible abriros a energías como las que en este momento estamos haciendo fluir a través de este instrumento, y que cada uno de vosotros ya ha probado al menos un poco.

Esta apertura del yo a los los niveles más profundos de la mente se programa mejor, digamos, de una manera ritualista de tal modo que veáis desbloquearse y manifestarse las energías universales, no solamente desde fuera vuestro, desde el cosmos mismo, sino desde vuestro interior, desde donde podéis tomar contacto con la energía inteligente a través del rayo índigo dentro del rayo violeta. Cuando rezáis determinadas oraciones, éstas se convierten en vehículos ritualizados que dirigen vuestra mente, realzada por el corazón, de una manera tal que hace posible este contacto con la infinidad inteligente. Por este método, también completáis vuestra sintonización y así sois capaces no tan sólo de recibir esas impresiones conceptuales de entidades tales como la que nosotros somos, sino que sois capaces de debatir con las entidades que desean hablar a través vuestro.

Así, vais equipados, digamos, con un sentido de vosotros mismos que es infinito, que es fuerte, que es amable, que está deseoso de servir. Éstas son las cualidades que buscáis acrecentar dentro de vuestro propio ser cuando adoptáis el rol de un instrumento—un instrumento que es utilizado por otros, como los que nosotros somos, que tienen el mismo deseo que vosotros, servir al Único Creador en cualesquiera forma, manera o actuación que sea. Hemos descubierto que hay muchas maneras de servir y que la manera en la cual nos ofrecemos ahora en servicio es una de las más gratificantes, porque sabemos que lo que tenemos que ofrecer no sólo lo vais a usar vosotros, sino que lo compartiréis con los demás en vuestros medios de comunicación a aquellos que esperan de vosotros con regularidad tal inspiración e información.

¿Tienes alguna otra pregunta, hermano?

El nuevo canalizador, ¿cómo se desarrolla, evoluciona y se convierte en un mejor instrumento?

Soy Q’uo y estoy al tanto de tu consulta, hermano. Te responderemos con tres palabras: práctica, práctica, práctica. ¿No ocurre con todas las habilidades, que la repetición de dicha habilidad es la que desarrolla dentro de vosotros una especie de, diríamos, memoria muscular? ¿Lo llamaríamos configuración mental de cualidades inefables? ¿Lo llamaríamos la habilidad de renovar y revitalizar vuestro deseo permanente de estar al servicio de los demás? Este deseo es el que origina la intención de servir. Este deseo es el de ofreceros plenamente al Único Creador, para cumplir la voluntad del Único Creador en cada oportunidad que podáis percibir.

Esta intensificación del deseo y de la intención es tan importante como la práctica, porque es la que potencia la práctica. Cuando el corazón llega a infundir en la mente el amor ilimitado a toda la Creación, ese regalo del Padre, entonces se consigue acceder al espíritu de tal manera que podría compararse a una lanzadera que hace que os resulte posible la entrada de la infinidad inteligente en vuestro proceso de canalización. Porque eso es lo que hacéis cuando canalizáis. Vosotros preparáis el contacto. Este contacto es santo. Este contacto es sagrado. No sólo porque sea un contacto que aporta las palabras de aquellos como nosotros, sino porque permite también que otras energías se trasladen a través de esta apertura, en este contacto—las energías del Único Creador, las energías del amor, de la luz, de la unidad, del ímpetu, del servicio, de la búsqueda, de la compasión, de la curiosidad, de la investigación. Todas esas son facetas de una misma joya, el Creador que habita dentro de vosotros.

¿Hay alguna otra pregunta, hermano?

Gracias Q’uo. La Confederación ha tenido una política que ha evolucionado con respecto a cómo ofrecer servicio a los del Planeta Tierra, y se ha interpretado desde los primeros años de este experimento particular que la canalización ha sido el más relevante de esos medios. En el espacio/tiempo actual, la opinión de la Confederación ¿es la misma con respecto a la canalización?, y, ¿habría ahora otros medios igualmente eficaces, disponibles para la Confederación?

Soy Q’uo y estoy al tanto de tu consulta, hermano. Consideramos el tesoro de un contacto como este como sumamente útil, no sólo por la información que podemos transmitir a través de instrumentos como los que se hallan aquí reunidos, sino porque, dada la naturaleza de este grupo en especial y su organización, existe la posibilidad de difundir esta información por todo el orbe a través de los medios electrónicos de transferencia de información por medio de vuestro sistema de Internet. Buscamos comunicarnos por cualesquier medio que sea de la mayor utilidad para ayudar a la población de vuestro planeta en su progresión hacia la cosecha. Bien sea que la información se canalice, se ofrezca, o de dondequiera que venga, si habla del amor y la luz contenidos dentro de cada ser, si habla de compartir las cualidades del amor y de la luz con todos los demás para que el centro del corazón pueda abrirse, creemos que esta información es de la mayor utilidad.

En estas fechas de vuestra evolución tan cercanas al final de vuestra tercera densidad, existen también medios para proporcionar sanación. Hay muchas, muchísimas entidades que tienen la habilidad de ofrecer prácticas de sanación y enseñárselas a los demás, sanación no sólo del cuerpo, sino también de la mente y quizás incluso del espíritu, y pueden servir a los demás como ejemplo o símbolo de las cualidades del amor y de la luz, porque el verdadero sanador trabaja con aquel que va a ser sanado de una manera afectuosa y compasiva; y ayuda a la entidad que ha de ser sanada ayudándose a sí mismo como el sanador que es capaz de ofrecer su contacto con la infinidad inteligente para interrumpir el rayo rojo/violeta que mantiene el grado de bienestar o de enfermedad en aquel que ha de ser sanado.

Cualquier tipo de entrega de amor a otra entidad en la forma que sea, sea por la palabra hablada, sea por la palabra escrita, sea por la sanación, sea por una sonrisa en la calle, por cualquier medio que haga posible compartir el amor y la luz, es aquello que percibimos como lo más importante en estos momentos. No existe ninguna forma de compartir el amor y la luz que no sea importante. Y la intención con la que se comparte es de la mayor importancia. Observamos que aquí, la intención dentro de este grupo es muy pura y muy fuerte, y nos produce una enorme satisfacción observar la luz que emana de este grupo. Os estamos muy agradecidos por habernos llamado hoy para ponernos a vuestro servicio.

Quisiéramos preguntar si hubiera alguna consulta final en estos momentos.

Tengo una, pero me dirijo primero al grupo para asegurarme. ¿J?

Q’uo, a menudo, cuando accedo a la mente profunda, y especialmente cuando intento aceptar el contacto, como hoy, experimento mucha ansiedad. ¿Podéis hablar de esto?

Soy Q’uo y estoy al tanto de tu consulta, hermano. Sí, eres el corredor antes de que empiece la carrera y estás ansioso de hacerlo bien, de hacer el recorrido inmediatamente, de ser el más rápido, de alcanzar la meta, de cruzar la línea final, de terminar lo que has empezado. Al principio esos nervios, esos temblores, diríamos, se notan porque se trata de una tarea nueva la que emprendes. No te preocupes demasiado por ello en un primer momento, porque de algún modo te harán avanzar. De algún modo harán que concentres tu atención para que seas consciente de un modo más concreto y minucioso de lo que estás haciendo, de lo que deseas hacer. Ello te proporcionará una consciencia aumentada. A lo largo del tiempo y con la práctica tu experiencia quedará firmemente asentada dentro de ti y esas ansiosas energías ya no tendrán cabida para actuar dentro de ti, porque para ti serán, diríamos, “agua pasada”. Ello te llegará a resultar cómodo.

¿Quieres que hablemos de cualquier otro aspecto de esa pregunta, hermano?

No, estoy muy agradecido, Q’uo.

Somos aquellos de Q’uo y también te estamos agradecidos, hermano, porque cuando nos hacéis una pregunta, nos dais la oportunidad de servir. Conforme avanzáis más y más a lo largo de vuestro propio viaje de búsqueda, descubriréis que servir a los demás es la forma más rápida de polarizar vuestro propio yo, y la más grande sensación de dicha puede darse al conocer que habéis ofrecido lo mejor y más elevado de vosotros a cada persona con la que os encontráis. Podéis servir a todas las entidades con las que os encontréis, en todo momento, ya sea con algo tan sencillo como una sonrisa, echando una mano, conversando, o compartiendo vuestro bocadillo. No hay manera en la que no podáis servir si vuestro deseo es servir, así que seguid adelante, queridos amigos. Seguid adelante en el amor y la luz del Único Creador, que es para lo que ahora nos estamos preparando. Os agradecemos tanto el que nos hayáis llamado hoy. Os dejamos en el amor y la luz en la que os hemos encontrado, en ese amor y esa luz. Os dejamos en el amor y la luz del Creador Uno Infinito. Adonai vasu borragus.