En la Ley del Uno, Sesión 4.20, se dice: “ La Ley del Uno, aunque superando las limitaciones del nombre, como llamáis a los complejos vibratorios de sonidos, puede manifestarse de modo aproximado afirmando que todas las cosas son uno, que no existe polaridad, ni correcto ni incorrecto, ni disonancia, sino únicamente identidad. Todo es uno, y ese uno es amor/luz, luz/amor, el Creador Infinito.“ Hoy en nuestro mundo hay un fuerte sesgo hacia la polaridad masculina. En muchas religiones se habla del Creador como hombre, y en el idioma inglés es común usar lo que se llama el “genérico masculino”, que es el uso del lenguaje masculino para referirse tanto a hombres como a mujeres. Hay un sesgo hacia lo masculino, o androcéntrico 1 en una sociedad donde los hombres son vistos como la norma, y las mujeres como lo demás, lo que deriva en discriminación e injusticia. Nuestra pregunta es si, a medida que avanzamos en la cuarta densidad física, cabe esperar el ver cambiar esta situación hacia un uso más equilibrado del lenguaje y de la posición social en una sociedad igualitaria,. ¿Se producirá de un modo natural a medida que cambien los paradigmas, o es algo que precisará de un enfoque más activo?

(Canaliza Jim)

Soy Q’uo, y os saludamos en el amor y en la luz de este día. Queridos amigos, os agradecemos mucho el habernos invitado a estar presentes en vuestro círculo de búsqueda en el que habéis formulado una pregunta importante, porque mucho de vuestra ilusión tiene dificultades con la igualdad.

Haríamos una pausa con objeto de acompañar nuestro favor habitual, que consiste en pediros a cada uno de vosotros que uséis vuestro propio discernimiento para evaluar toda nuestra información. Tomad lo que os sea útil, deja atrás lo que no. Este instrumento tenía, diríamos, prisa por proseguir con el mensaje inicial. Por ese motivo, continuaremos lo que hemos comenzado. Este instrumento tiene dificultades y dudas en su propia mente acerca de su capacidad para transmitir información precisa esta tarde, porque tiene su propia opinión sobre el tema en discusión. Hemos recomendado a este instrumento que, sencillamente, deje a un lado de momento todos los demás pensamientos, y pronuncie lo que le ofrecemos, sin tratar de taparlo de ningún modo.

Como ya sabéis, son muchas las distorsiones dentro de vuestra ilusión, porque no veis con claridad la naturaleza de la Creación. Cuando aquellos de Ra dicen que no hay polaridad, miráis a vuestro alrededor y veis lo que parece ser una gran polaridad y división; numerosas personas unas contra otras acerca de lo que creen que está bien y lo que creen que está mal, dependiendo de su particular punto de vista. De hecho, incluso en la oración con la que invocabais la presencia del Creador, esta presencia era vista como la de un padre. Tenéis que daros cuenta de que existís dentro de una ilusión que, por así decirlo, ha estado influenciada por el hecho de que un velo de olvido os impide ver la naturaleza de la realidad. Por lo tanto, quedáis abandonados a vuestra suerte, digamos, para que os abráis paso a través de las confusiones y dudas sobre cada uno de los episodios de vuestra experiencia.

En este momento de vuestro viaje espiritual, habéis sido capaces de llegar tímidamente a ciertas conclusiones que os sirven de base sobre la cual permanecer, para no tener que enfrentaros a una constante aluvión de incertidumbres en vuestras actividades diarias, y sin embargo la consulta sobre la que habéis preguntado hoy es fundamental en vuestra experiencia. Porque de hecho, en un sentido último no hay polaridad, porque todos son un ser, todos son el Creador. En la ilusión de la separación, toda la Creación puede considerarse como una distorsión de este Único Creador.

Dentro de muchas de las densidades de la experiencia, partiendo de vuestra segunda densidad, y extendiéndose al menos hasta la quinta densidad, existe la división entre lo que se considera masculino en el sentido biológico, y lo que se considera femenino en el sentido biológico. A menudo estos temas de género se confunden con temas de principio—el principio masculino y el principio femenino—el principio masculino es el que alcanza, es el que es activo, es el que da, es el que hace. Podéis observar vuestro Sol y ver el principio masculino, alcanzando la Tierra con la luz que transmite vida a Gaia, vuestra Madre Tierra, que es un ejemplo del principio femenino, aquel ser que espera ser alcanzado y que engendra vida cuando es alcanzado por el principio masculino.

Entonces, la vida sobre vuestra Tierra es el resultado de los principios masculino y femenino interactuando. Los géneros masculino y femenino dentro de vuestra ilusión de tercera densidad reproducen muchos de estos principios del hombre y de la mujer, de lo positivo y lo negativo, de lo radiante y lo magnético. Sin embargo, debemos sugerir que, dado que gran parte de vuestra ilusión está distorsionada al representar la realidad última, esta distorsión es a menudo inevitable, porque, insistimos, no percibís claramente la realidad que os rodea, y muy a menudo tampoco percibís vuestra realidad interior, así que el hecho de estar representados los principio masculino y femenino en los géneros biológicos se convierte en motivo para la, digamos, discriminación, favoreciendo a uno sobre el otro, de modo que no hay un reparto equitativo de la creación del Único Creador, sino que se hace presente el uso de la fuerza por parte del hombre biológico en sentido físico, que toma lo que quiere, y deja atrás lo que no desea para los demás.

Esto forma parte de la ilusión en la que existís. Forma parte del catalizador con el que deben lidiar todas las entidades, hombres y mujeres. Pues aunque parece de lo más obvio que la mujer biológica es la perdedora en esta ecuación, debemos sugerir que también hay otro perdedor si hablamos en términos de ganadores y perdedores. Porque, por ser dominante en un sentido físico y por tomar más de lo debido, al hombre se le otorga un falso sentido de superioridad que eventualmente lo conducirá hacia un camino que le hará descubrir la humildad. Porque lo que no es auténtico, en última instancia, deberá equilibrarse de una manera que al género masculino puede resultarle algo difícil de aceptar, al ver cómo sus esfuerzos se vuelven cada vez menos eficaces en proporcionar el contexto para una existencia que le resulte ventajosa tanto a él como también a su descendencia y a su propia clase, y que ha producido el mundo en el que ahora vivís, porque hay mucho de arrogancia masculina en las culturas que están usurpando el bienestar del planeta y la unidad de todos los pueblos.

Hay, diríamos, una especie de reflexión formulada por aquellos que tienen una forma de ser, diríamos, más compasiva, de que haya una mejora en la disposición de ofrecer un amor cariñoso y totalmente comprensivo por parte del sexo masculino hacia el femenino de la que se ha tolerado hasta ahora sobre vuestro planeta. Este ascenso en la proporción del amor, como podríamos denominarlo, podría darse no sólo en el género femenino, sino también dentro del género masculino por parte de aquellos hombres que han dedicado mayor reflexión hacia un punto de vista más amplio.

En este momento, quisiéramos transferir este contacto al conocido como Steve. Somos aquellos de Q’uo.

(Canaliza Steve)

Soy Q’uo, y estoy con este instrumento. Quisiéramos comenzar nuestra comunicación a través de este instrumento agradeciendo a los aquí presentes, así como a este instrumento y al denominado Jim, por el esfuerzo empleado al invitarnos a hablar y a compartir la energía que hemos de ofrecer y que forma parte de esta búsqueda en la que todos juntos podemos participar. Quisiéramos señalar que son los aquí presentes los que nos llaman, y somos nosotros los que respondemos a esta llamada. Ahora bien, podéis comparar esta llamada a la expresión de una especie de deseo perteneciente al principio femenino, y podéis comparar nuestra respuesta a esta llamada con una especie de deseo que [se] siente solicitado por el deseo de los que aquí buscan la verdad. En nuestra respuesta hay masculinidad, podría decirse, porque nos comunicamos con vosotros desde un lugar que reside en vuestro futuro, como quizás podáis suponer, y en ese sentido, si pudierais por un instante, apartaros de vuestra situación actual encarnada y observaros a vosotros mismos desde todos los ángulos, podríais observar que verdaderamente entre vosotros y nosotros no existe una separación absoluta. Ahora bien, durante el proceso de búsqueda parece haber realmente una separación, y esa separación parece constituir la base de la experiencia que podríamos entender como comunicación. Contactamos con vosotros con este mensaje de amor y de luz, ya que de hecho nos habéis llamado para contactar con vosotros con nuestro mensaje. Vuestro llamamiento está polarizado; Nuestra comunicación está polarizada—de lo femenino a lo masculino, de lo masculino a lo femenino. Y así tenemos que tiene lugar un evento que acontece en vuestras vidas, y que acontece en nuestras vidas, y que acontece en la vida del Creador. Y de este modo tenemos, por así decirlo, un evento que se presenta al mismo tiempo sin polaridad y con cada uno de los dos polos de las polaridades representadas por los principios masculino y femenino

Ahora bien, podríamos sugerir que cada complejo mente/cuerpo/espíritu que ingresa en los mundos de la manifestación es tanto masculino como femenino y, en este sentido, es completo. Pero en ese sentido también tiene, a la vez, una dualidad—una dualidad, una unidad, una unidad en la dualidad. La completitud de la que hablamos no se halla separada de la dualidad que contiene, sino que abarca ambos momentos de esa dualidad. De ello resulta que dicha dualidad es susceptible de ser experimentada en un número infinito de matices—de un modo u otro. A veces lo masculino es lo que se pone en primer término, y a veces es lo femenino lo que sale a escena.

En un complejo mente/cuerpo/espíritu que avanza a través de las densidades, y en particular en la tercera densidad que ahora disfrutáis, es una función necesaria y natural experimentar las polaridades masculina y femenina, haciendo énfasis primero en una y luego en la otra. El modo básico de este énfasis en la experiencia encarnada es hallarse encarnado en un cuerpo, expresando a la mujer o al hombre. Pero incluso cuando eso es así, cada uno de vosotros todavía posee un aspecto que representa el principio de la polaridad que no se ha expresado en su forma física. Cada hombre tiene su lado femenino; cada mujer tiene su lado masculino. A medida que participáis en esa danza que es vuestra experiencia vital y todas sus complejidades, tendréis matices de una polaridad y matices de la otra polaridad, cada una recurriendo a la otra, cada una expresándose en relación con la otra en tal profusión de formas, que cuesta describirlas.

Ahora bien, ocurre que la propia danza puede distorsionarse de una manera que impide, digamos, una expresión más completa de la interacción de polaridades cuando a una de las dos polaridades se le permite que predomine sobre la otra, porque no sólo disminuye el rol de uno de los participantes en el intercambio de energías que se lleva a cabo rutinariamente en vuestro planeta, sino que también bloquea en la polaridad dominante la capacidad de experimentar esa porción de su propio ser que es de la polaridad que está siendo dominada culturalmente.

Y vemos que en la pregunta que habéis hecho hoy, se reconoce una circunstancia que creemos que es cierta—y es que en vuestro planeta, en estos momentos, hay una valoración insuficiente del principio femenino. Ahora bien, sucede que, en lo que son aproximadamente la mitad de los complejos encarnados mente/cuerpo/espíritu que son mujeres, no han carecido de un medio de autoexpresión. Y, de hecho, esta autoexpresión, diríamos desde el punto de vista que ocupamos, cuando se desenvuelve en vuestro planeta es una fuerza tan poderosa como su polaridad complementaria, que es la masculina. Sin embargo, la expresión femenina se inclina a moverse en lo que podríamos llamar “la clandestinidad”. Ha sido propensa a buscar expresarse a través de medios algo sinuosos, porque se le ha negado la posibilidad de un planteamiento más honesto. Ahora bien, esta sinuosidad también se encuentra en la misma medida en el hombre, porque el hombre es simplemente lo mismo que la mujer en su imagen especular. Es tan dependiente de la mujer como la mujer lo es del hombre. Los dos van inextricablemente unidos, como parte de la estructura de la existencia encarnada.

Y así, cuando un hombre se acerca a una mujer con deseo varonil, y la mujer requiere este deseo para sí de un modo que no es honesto, de un modo no del todo sincero, de un modo que, como hemos dicho, se halla expuesto a la sinuosidad de las manifestaciones de tercera densidad que aún no han alcanzado el nivel del corazón abierto, es entonces cuando se hacen posibles distorsiones cada vez mayores. Negar a la mujer su propio lugar no es simplemente un acto de altanería por parte del hombre—un acto por parte del hombre mediante el cual, como podría decirse, el hombre trata de acumular para sí más reconocimiento en vuestra cultura del que le corresponde, sino que también constituye por parte del hombre la negación de una parte esencial de sí mismo. Y cuando la mujer requiere al hombre de una manera tal que confina al hombre a esa parte de su ser del que carece la mujer, entonces también a la mujer se le niega esa parte de sí misma, que de por sí es masculina.

El camino de la evolución es un camino de integración. La integración involucra a fragmentos de la personalidad que han crecido y se han desarrollado sobre un patrón que tiene lugar a lo largo de muchas vidas, de tal modo que no todas las partes del ser crecen y evolucionan al mismo ritmo y de la misma manera. Y eso crea una situación en la cual es posible que fragmentos del yo se separen del conjunto mayor, y que se vean forzadas a existir en una especie de existencia de satélite en la periferia, causando perturbaciones, si lo permitís, en el conjunto principal del complejo en desarrollo. Con objeto de reabsorber estos elementos, hay que darse cuenta antes que nada de que se les ha negado el acceso al centro del ser. Y antes que nada hay que hallar el modo de entender cómo ha podido suceder que hayan sido expulsados de ese centro. Y luego, en segundo lugar, deben ser amados como aquello que ha sido apartado, cuando su sitio adecuado está en el centro.

Y así, si nos diésemos cuenta de que una parte significativa del principio femenino ha sido expulsada del centro del modelo de evolución espiritual que tiene lugar a nivel cultural, hay medidas correctoras relevantes de índole equitativa que deben tomarse. Y por ello, estamos de acuerdo en que, con objeto de reanudar nuestra relación con ésta energía femenina desplazada, ésta debe ser restituida a un lugar de honor, y que esta tarea requerirá mucha auto-reflexión, no sólo por parte de los hombres que han participado en su represión, sino también de las mujeres que han aprendido a vivir en el marco de esa represión.

Es normal que aquellas personas que actualmente están encarnadas en un cuerpo femenino, en este intento de obtener reparación a nivel cultural, puedan llegar a expresar ira y traten de reclamar su legítimo y esencial lugar de una modo que pudiera parecer estridente. A veces es necesaria un poco de estridencia para llamar la atención de quienes están, digamos, dormidos ante el problema, de quienes no son conscientes de la naturaleza del problema, de la envergadura del problema, del alcance de ese problema.

Y así, habrá fricción, como podría legítimamente preverse, ya que el principio femenino—en las personas encarnadas como mujeres—desea proclamar que no puede continuar siendo dejado al margen, y que una configuración equilibrada del complejo social requiere de una mayor integración de su parte femenina.

Al considerar este fenómeno, os pedimos que recordéis, una vez más, que cada hombre tiene su lado femenino y cada mujer tiene su lado masculino. Y así, cuando el hombre contempla la pérdida de lo que había creído que eran sus prerrogativas, puede equilibrar ese miedo con el reconocimiento de que lo que tiene que ganar es mucho mayor que lo que tiene que perder. Porque lo que tiene que perder es algo falso, y lo que tiene que ganar es algo auténtico.

Ahora bien, al hablar de esta manera lo hacemos en el entendimiento de que hablamos con aquellos cuya polaridad es positiva, es decir, aquellos que han llegado a la conclusión—en la decisión más profunda a la que han sido capaces de llegar como resultado de su experiencia material—que buscan servir a los demás por encima de todo. Lo que esto significa es que han asumido el camino del corazón abierto y, queridos amigos, es en el corazón abierto donde tiene lugar la integración de hombre y mujer.

Como bien sabéis, en vuestra experiencia en la Tierra en este tiempo hay aquellos que no tienen la intención de evolucionar en el camino de esa polaridad, sino que en su lugar eligen permanecer focalizados exclusivamente en el yo. Eso significa que intentan evolucionar sin abrir el corazón, y para ellos, eso significa que no hay un resquicio o un foro en el que el hombre y la mujer puedan integrarse. De hecho, para aquellos que buscan servir principalmente al yo, puede representar una ventaja mantener este estado no integrado, mantener las diferencias entre hombres y mujeres de tal forma que en lugar de unirse en el abrazo del amor, los dos principios rivalizan interminablemente el uno contra el otro, de tal modo que se puede observar que es la pretensión de cada uno sobre cada otro lo que está en medio mismo de esa contienda perpetua. Y, en ese contexto, la mujer puede adoptar orgullosamente su sinuosa habilidad para manipular al hombre, y el hombre puede, por sí mismo, adoptar orgullosamente su propensión a dominar a la mujer. Cada una de las dos polaridades declarando la victoria a su manera.

Ahora bien, al ocuparnos de dar esta descripción de la polaridad negativa cuando actúa en función de la división de los sexos, llamamos vuestra atención sobre el hecho de que muchos de los elementos que acabamos de describir caracterizan las interacciones entre hombres y mujeres incluso en aquellos casos en que los complejos mente/cuerpo/espíritu en cuestión no hayan elegido la polaridad negativa como la polaridad básica para su ulterior crecimiento y desarrollo. Porque hay, digamos, una especie de persistencia de estas condiciones negativas que luego conforman un contexto en el cual se desarrolla la búsqueda de un método de crecimiento más integrado y más viable desde el punto de vista espiritual. Estas son, podríais denominarlas, heridas que por así decirlo deben curarse, en la medida en que no son bien recibidas como situaciones que quieran mantenerse y agudizarse, sino que más bien son situaciones que los hombres y las mujeres están tratando de superar. Hemos sugerido que el intento puede, de hecho, implicar cierta fricción. El intento puede, de hecho, implicar una expresión exacerbada de la frustración por parte de la mujer, que durante tanto tiempo ha sido marginada en vuestra sociedad. Una manifestación exagerada por parte de esta polaridad puede, de hecho, formar parte legítima de un esfuerzo por lograr el equilibrio, y sería correcto que aquellos que actualmente encarnan como hombres se diesen cuenta del significado de este empeño, y quizás mostraran un poco de comprensión cuando aquellas personas que han encarnado en cuerpos femeninos sientan la necesidad de exteriorizar, por así decirlo, sus frustraciones.

La clave para la sanación, la clave para equilibrar las dos dimensiones que en estos momentos son esenciales para vuestro proceso de evolución, es la aceptación. Esta aceptación debe comenzar precisamente donde se encuentra actualmente, es decir, en primer lugar debéis aceptar que hay un desequilibrio, y debéis permitirle al desequilibrio su influjo durante el tiempo suficiente para comenzar a amar a esa energía que se ha visto relegada de su sitio. Rechazar esa energía en su configuración actual es meramente crear una situación en la cual a la acción le seguirá la reacción y no tendrá lugar una auténtica sanación. Y con todo, podríamos decir que el compromiso con la sanación dará lugar, poco a poco, a una mayor integración, y cuanto mayor sea la integración, tanto menos una de las polaridades se verá relegada a a la periferia, tanto más se la llevará al centro. Y cuanto más suceda, tanto más comenzarán a desaparecer de hecho las distorsiones que han llegado a caracterizar vuestras relaciones entre los sexos.

Os diremos que no habrá acceso a la cuarta densidad hasta que este trabajo se haya realizado en buena medida; que la realización de este trabajo es esencial para este acceso, que solucionar las disfunciones en las relaciones entre los sexos es fundamental para la integración del complejo energético social que gobierna a vuestro planeta en estos momentos y que, al buscar dicha integración, dais el primer paso hacia una posibilidad todavía no materializada, es decir, que evolucionará hacia lo que hemos llamado un complejo de memoria social.

El desarrollo de ese complejo será el trabajo en la cuarta densidad. En estos momentos estáis en el umbral de esa densidad, pero hay trabajo por hacer, y creemos que con vuestra pregunta de hoy, habéis conseguido poner el dedo en la llaga sobre un elemento esencial de ese trabajo, lo que nos sugiere que os habéis empleado a fondo en ese trabajo en estos momentos. No habríais podido identificar con tanta claridad la naturaleza del problema si no hubierais estado trabajando en ese problema durante algún tiempo y con cierta profundidad. Así que os encomiamos a ese esfuerzo y quisiéramos deciros que hemos visto indicios de una disminución de las distorsiones y el comienzo de una mayor integración, que son prometedores.

Somos aquellos del principio de Q’uo. Somos hombres, somos mujeres, somos ambas cosas, no somos ninguna de las dos. Somos Q’uo y os dejamos y dejamos a este instrumento en el amor y la luz, y en estos momentos, volvemos al conocido como Jim para preguntar si tenéis más preguntas en mente. Adonai, queridos amigos, Adonai.

(Canaliza Jim)

Soy Q’uo y estoy de nuevo con este instrumento. En este momento quisiéramos ofrecernos para intentar responder a cualquier pregunta adicional que los aquí presentes puedan tener para nosotros. ¿Hay alguna otra consulta en este momento?

Sí, tengo una consulta que hacer, que ampliar acerca de lo que nos habéis dicho sobre el camino del corazón abierto que estamos viviendo justo ahora en nuestro planeta, y que la clave de esa evolución en nuestra cultura es la aceptación, y sobre cómo expandir en nuestro pensamiento estas ideas hacia lo que entendemos como otras polaridades en las que estamos trabajando. Además de lo masculino y lo femenino, serían lo que podría describirse como habitantes establecidos versus nuevos inmigrantes, o los de convicciones más conservadoras frente a los más progresistas, y diferencias de otro tipo que pueden observarse, y cómo podemos pensar acerca de ellas en términos de aceptación y de la vía del corazón abierto.

Soy Q’uo y creemos comprender tu consulta, hermana. El camino del corazón abierto está disponible para cada entidad en este planeta. La tercera densidad tiene como único propósito el desarrollo de esa cualidad que podríamos denominar “amor incondicional”. Esta es la cualidad que está asociada con el centro de energía del rayo verde, que es el centro de energía del corazón. Con el fin de poder movernos a este centro energético, es necesario que la entidad sea capaz de contemplar al mundo y ver aquello que motiva esta cualidad de amor, pues no hay nada en la creación, de la naturaleza que sea, que no merezca amor. Incluso las entidades aparentemente más despreciables, cuestionables y perversas son el Creador en otra apariencia, que también merece amor. No es fácil recorrer este camino dentro de vuestra ilusión, porque es más fácil ver razones para la separación de un yo de otro.

Así, este camino del corazón abierto es aquel camino que debe recorrerse conscientemente. El buscador de la verdad debe comprender lo que él o ella está haciendo, porque esta comprensión dará lugar a futuros desafíos. Para poder utilizar el catalizador durante las actividades diarias de una manera útil, hay que indagar en estado meditativo y ver dónde hay carencia de amor que necesita equilibrarse con amor, dónde hay carencia de sabiduría que necesita equilibrarse tanto con sabiduría como con amor, porque cada día se os presentará un catalizador que estará encubierto de algún modo, para daros la oportunidad de amar. Algunas oportunidades son más fáciles que otras. Los que pertenecen a una misma familia suelen ser, no siempre, pero normalmente lo son, más fáciles de amar que aquellos que no pertenecen a la propia familia cercana. Aquellos que parecen tener el mismo modo de pensar, la misma religión, cultura o color de la piel, también son aparentemente más fáciles de amar que aquellos que son de distinta procedencia, cultura, religión o color de la piel. Sin embargo, todos proporcionan catalizador al buscador para que ame. Cuando uno recorre este camino de búsqueda a nivel consciente, es necesario contemplar a todos aquellos a vuestro alrededor, definitivamente como hermanos y hermanas.

Sin embargo, para la mayoría, es un viaje lento. Es un viaje que se aprende durante muchas vidas, quizás [incluso como resultado de] experiencias anteriores de tercera densidad que no han producido la polaridad y la capacidad adecuadas para ver a todos como el Creador y como otro yo, y por lo tanto, amar a todos los demás como tales. Por lo tanto, para algunos es un largo camino, o, de hecho, para vuestro planeta, y sin embargo, para aquellos que son capaces de hacer este viaje dentro de sus propios corazones, la cualidad de amar a los demás incondicionalmente es inconfundible en su apariencia y en su efecto, no sólo en el propio buscador de la verdad, sino en aquellos con quienes este buscador entra en contacto en sus actividades de cada día.

Así, hay, diríamos, muchas semillas de amor esparcidas por cada país y región de este planeta que serán capaces de mostrar, por ejemplo, las cualidades de amor que son indicativas de un corazón abierto. Por lo tanto, es de esperar que así como la levadura hace posible que el pan crezca, la levadura de estos corazones que aman haga su efecto sobre el pan de la humanidad, haga que la humanidad se eleve a un nivel mayor, hasta ser capaces de abarcar a todas las entidades y todas las vivencias en el corazón.

Esto es lo que necesita cada entidad que vaya a graduarse en la cuarta densidad del amor y de la comprensión. Es posible, como han dicho los de Ra, que la población de este planeta fije el rumbo y apunte en una dirección, para polarizarse positivamente en un hermoso y profundo momento de inspiración. Aunque no es probable, siempre es posible. Y estaría bien recordar esta posibilidad a medida que os movéis a lo largo de vuestras actividades del día a día, porque si el corazón es capaz de abrirse en un sentido cada vez más amplio entre las gentes de este planeta, entonces muchos de los problemas de esta Tierra atormentada puedan empezar a resolverse a través de la compasión, dando y recibiendo lo que conocemos como amor.

Aquí podrán ser bienvenidos aquellos de otra cultura, de otra religión, de otro color de la piel, aquellos que de una u otra forma sean diferentes podrán ser diferentes porque, aunque cada uno parezca ser diferente en muchos sentidos, en lo esencial cada uno es el mismo, porque ¿no somos todos uno? ¿No es cada entidad el Único Creador? La entidad que ha abierto su corazón en amor, ¿acaso no puede percibir esta verdad?

¿Hay alguna otra consulta en este momento, hermana?

No, gracias.

Soy Q’uo. Te damos las gracias, hermana. ¿Hay alguna otra consulta en estos momentos?

Q’uo, acabáis de decir que parecería más fácil amar a aquellos que son más parecidos a nosotros, o que parezcan pertenecer a la misma tribu, y en la comunidad científica hay quienes creen que el fundamento para esto es biológico, como resultado de la trayectoria evolutiva que hemos tomado como criaturas de segunda densidad dentro de la tercera densidad. ¿Es este el plan del Logos, el que pudiéramos evolucionar de esa manera y luego afrontar este reto como una manera de polarizar? ¿O más bien esto sería una consecuencia inesperada del experimento de nuestro Logos?

Soy Q’uo y estoy al tanto de tu consulta, hermano. Apreciamos la reflexión que se ha destinado a esta consulta, ya que de hecho, es un tema muy interesante.

Hasta donde nosotros sabemos, lo cual, por supuesto, es limitado, vemos que los orígenes de todas las entidades que han comenzado dentro de la segunda densidad—y que son enviados a la tercera densidad en calidad de especie animal de segunda densidad investida con la cualidades de la mente, del cuerpo y del espíritu—son aquellas que se han manifestado de un modo que tal vez haya sido una sorpresa para el Logos, y sin embargo, como este Logos ha operado sobre la base del libre albedrío, siempre existe la oportunidad y la posibilidad de que dichas sorpresas puedan eventualmente producir resultados positivos, con alguna dificultad, digamos, dificultad que se presenta por lo que podría parecer un inhibidor o un impedimento a la eventual consecución de la unidad de todos los seres. Sin embargo, la otra cara de la moneda es que cuando se supera tal dificultad, el proceso de polarización se acelera en gran medida, debido a que la dificultad que hay que encarar para resolver un problema, para hacer frente al desafío, para hacer un todo de aquello que parece roto, aumenta notablemente y hace que la polarización se incremente mucho más que si el problema no fuese tan difícil.

¿Hay alguna otra pregunta, hermano?

No, gracias.

Soy Q’uo y te damos las gracias, hermano. ¿Hay alguna otra consulta en este momento?

Sí, yo tengo una pregunta, Q’uo. ¿Sería correcto afirmar que la unidad misma puede ser afianzada por la división? ¿Es ese el punto de partida de la división en polaridades?

Soy Q’uo, y estoy al tanto de tu consulta, hermano.

Nuestra breve respuesta es sí, de hecho, es así como sucede. Utilizaremos la experiencia de la semana pasada de este instrumento, con su permiso. El instrumento se encontró en una situación difícil con alguien con quien había experimentado unidad. Se había producido una división. Existía la posibilidad de una separación. Se hacía necesaria la comunicación. Se hacía necesario admitir las deficiencias de cada parte. Se hacía necesario comunicar este reconocimiento. Se hacía necesario el perdón de uno mismo y de otro yo. Eventualmente, tuvo lugar la reunificación de dos entidades que, al principio de la semana parecían ir por caminos separados, y sin embargo, a través del proceso de transformación de un catalizador difícil, se produjo la reunificación de una manera más profunda, que ha demostrado ser totalmente satisfactoria para cada entidad. Así, este es un ejemplo que simplifica lo que decimos. Cuando se produce una división en aquello que es un todo, el grado de división determina el grado de esfuerzo necesario para sanar lo que se ha roto, y el grado de dificultad para conseguirlo se convierte en el grado de polaridad que se ha logrado cuando se ha conseguido.

En este momento, vamos a despedirnos de este instrumento con reluctancia. Decimos con reluctancia porque disfrutamos mucho hablando con este grupo y tratando de responder a vuestras preguntas, pero vemos que nuestra charla ha fatigado un poco a este instrumento. Así pues, os agradecemos una vez más por vuestra amable invitación a unirnos a vuestro círculo de búsqueda y mezclar nuestras vibraciones con las vuestras mientras tratamos de responder a las preguntas que lleváis en mente y en vuestro corazón. Os agradecemos a todos y cada uno de vosotros, queridos amigos. Os bendecimos a todos y cada uno de vosotros en vuestro viaje. Avanzad en el amor y la luz. En la duda, amad. Somos aquellos de Q’uo. Adonai, vasu borragus.


  1. Androcéntrico [adj.]: focalizado o centrado en los hombres.