Dejar de servir a un ser al que quieres; los inconvenientes de la transición del planeta; cómo equilibrar fuerzas de dinámicas opuestas; la naturaleza y el origen del pensamiento.
(Canaliza Trisha)
Q’uo
Soy Q’uo, y ahora estoy con este instrumento. Os saludamos a todos en este círculo con profundo agradecimiento y amor. Estamos rebosantes de alegría al ver semejante reunión de corazones y mentes como las vuestras, que unen sus manos en la tarea de comprenderse más a sí mismos, de comprender más a los demás, de entender mejor lo que es la unidad y, al final de este juego, de conocer mejor al Creador. El ambiente que habéis creado es inspirador, cálido y acogedor en esta pequeña comunidad, un satélite entre los muchos que hay en vuestro planeta. Ver tanto amor, tanta conexión y tanta familiaridad entre el yo y otros yoes nos llega al corazón.
Sabed que os miramos con verdadera admiración, como hermanos y hermanas que se reconocen desde la distancia, que se deleitan evolucionando, que se alegran con los logros que cada cual obtiene y que cada cual supera. Os damos las gracias a todos y cada uno de vosotros por acompañarnos y por invitarnos. Vamos a procurar hablar a través de estos instrumentos.
Hay una petición que debemos formular, y es que de todo lo que pueda provenir a través de estos instrumentos se tome sólo lo que resuene. Os pedimos que las palabras que no resuenen con vosotros sencillamente las dejéis de lado. Si nos concedéis este honor, nos sentiremos con más libertad de hablar. Y con esa petición y con mucha expectación y muchas bendiciones para estos instrumentos, vamos a preguntar si hay alguna pregunta a la que podamos responder.
Consultante 1
Sí, ¿cómo puedo dejar de ayudar a un ser querido sin sentirme apesadumbrada por ello?
Q’uo
Somos los de Q’uo y estamos al tanto de la consulta, que agradecemos, hermana mía. Podemos entender lo difícil que resulta moverse a través de la dinámica interpersonal que mencionas. Como entidad orientada al servicio a los demás en este planeta, que se esfuerza por graduarse en la cuarta densidad, sabemos que, en el fondo, lo que deseas es servir, ser cariñosa, ayudar a los necesitados. Y por eso podemos entender aún más el desafío y el catalizador que conlleva la experiencia de no poder prestar ayuda, de no poder ser de ayuda en la forma que pensabas. Y por eso nos identificamos profundamente con esa experiencia. Esta experiencia es válida. Y entendemos por qué puede producirse dicho sufrimiento. En este sentido, podemos decir que el dolor forma parte de esta experiencia vital. Forma parte de algo que deseas experimentar para comprenderte mejor a ti misma, para que el Creador pueda comprenderse mejor a Sí mismo.
Y por eso nos gustaría hablar de la idea del sendero del mártir, la idea de que uno deba, por así decirlo, emprender un viaje para ayudar y que le hará sufrir, y de cómo sortear esta experiencia para poder alejarse sin experimentar sufrimiento.
El camino del mártir, aunque esté profundamente arraigado en el deseo de servir a los demás y totalmente impregnado de amor por los demás, no es un camino que perdure. Sólo se puede seguir este camino hasta tanto las lecciones con las que pretendes aprender se vuelvan más duras, las encarnaciones se vuelvan más desafiantes, más directas, podría decirse, y aquí entra en juego el equilibrio que proporciona la sabiduría. Eres libre de amar incondicionalmente, y sabemos que tú, aquí en este círculo, eliges esforzarte por hacerlo. Eso, sin embargo, puede lograrse manteniendo el equilibrio de la sabiduría.
La sabiduría puede adoptar muchas formas. La sabiduría puede consistir en el acto mismo de analizar la relación en cuestión. Creemos que la pregunta tiene un componente de sabiduría en el sentido de que quien la formula busca orientación sobre cómo alejarse. Experimentar el dolor es, como hemos dicho, quizá parte de la lección. Sin embargo, alejarse supone una elección que pone el servicio a los demás en el punto de mira. Pedimos a los que están en este círculo reflexionando sobre esta cuestión que consideren que sus habilidades, su energía, están almacenadas en el receptáculo de su alma. Si constantemente estás dando y vertiendo de ese recipiente, ¿qué te queda para ofrecerte a ti misma? ¿Qué te queda para darte si estás continuamente anulando [al yo]?
Con esta acción de alejarte, pones más gotas en ese recipiente para ayudarte a servir mejor a los demás. Decimos todo esto como un recordatorio crítico de que, en el mismo acto de alejarte, estás sirviendo a los demás, no sólo en el futuro, no sólo a ti mismo, sino que en el mismo acto de alejarte, estás proporcionando una lección a ese otro yo.
Las numerosas dinámicas en las que hay que posiblemente haya que realizar esta elección son variadas. Sabemos que todos y cada uno de vosotros probablemente os hayáis enfrentado a este tipo de dificultad, a este desafío. Cuando uno consigue ver esta dinámica y este catalizador con los ojos del amor y con un toque de amabilidad, podrá comprobar que existen situaciones en las que hay que alejarse, y que eso está bien. Cuando la intención, el objetivo, el fundamento mismo de esta elección es el amor, hay belleza; hay crecimiento.
El Creador y la creación ven que esto no puede contemplarse como algo malicioso. No puede verse como algo que se podría considerar incorrecto. Muy al contrario, es un momento hermoso y conmovedor de reconocimiento de la valía de uno mismo, y es una acción amorosa que produce vibraciones positivas hacia el exterior, no sólo desde ti y dentro de ti, sino hacia el universo, para que el Creador se conozca a sí mismo.
El yo debe ponderar las decisiones difíciles. Debe afrontar el tener que hacer elecciones desafiantes, debe perdonarse a sí mismo y debe permitirse a sí mismo el no llegar a ser capaz de hacerlo todo, y [mientras tanto] seguir viéndose a sí mismo como hermoso, como perfecto, como divino, tanto en su toma de decisiones como en su propio ser.
Os recordamos que en este juego cósmico en el que participáis, en este escenario sobre el que danzáis, no hay, en última instancia, decisiones equivocadas. Simplemente hay infinitas avenidas para que exploréis, para que naveguéis y os comprendáis mejor a vosotros mismos. Te decimos esto con la esperanza de infundirte una sensación de paz respecto a tu decisión, sabiendo que, como es comprensible, ese dolor tiene su origen en el amor. Te pedimos que ese mismo amor que extiendes a ese otro yo, también lo extiendas hacia ti misma, y reconozcas que tú también eres digna. Eres merecedora de esa atención; eres merecedora de ese cuidado. Y cuando seas capaz de hacer eso por ti misma, podrás desarrollar más plenamente tu potencial para hacer eso por los demás.
Somos los de Q’uo y valoramos haber podido hablar de esta cuestión. Nos gustaría preguntar si hay otra consulta sobre la que podamos hablar.
Consultante 2
Sí, la humanidad recibe actualmente mucho catalizador colectivo con el que trabajar, que nos permitirá a los seres humanos reconocer, aceptar, amar y luego equilibrar todas las distorsiones colectivas que hasta ahora habían permanecido ocultas en su mayoría a nuestra consideración consciente. Este catalizador colectivo manifestará, de un modo u otro, lo que podríamos denominar inconvenientes. ¿Es correcta esta percepción? Y, si es así, ¿cómo podrán los buscadores orientados positivamente ayudar mejor a la Madre Tierra y a toda la humanidad cuando se produzcan tales inconvenientes?
Q’uo
Somos los de Q’uo, y estamos al tanto y agradecidos por esta pregunta, hermano mío. Apreciamos la toma de consciencia y la intención que subyace en esta pregunta en particular, de que os deis cuenta de que estos catalizadores colectivos se están produciendo entre vosotros; de que deseáis comprender su naturaleza, y de que, en lo más íntimo de vuestra búsqueda os mueve el deseo de servir, no sólo a los demás, sino también al planeta.
El uso deliberado de la palabra “inconveniente” nos parece totalmente conveniente, ya que creemos que hay cierta justificación para llamar así a esta característica en particular. Estos inconvenientes, podéis llamarlos así, se deben en parte a la incomodidad que siente este planeta y sienten los habitantes de este planeta en el que avanzáis, por así decirlo, en diferentes trayectorias. Quizás no en lo que a dirección se refiere, pero quizás sí en la velocidad, dado que la Madre Tierra, vuestro planeta, Gaia, ya se ha trasladado a otra densidad mientras que vosotros, sobre este planeta, todavía camináis penosamente, todavía recorréis el camino para saludarla bajo esa nueva luz.
Y debido a esto, existe un gran malestar, confusión, caos, y malos entendidos. Estos inconvenientes pueden sentirse y verse de distintas maneras en vuestro planeta. Están aquellos de tipo interpersonal: el conflicto, la guerra, el juzgar, la división. También pueden verse de manera medioambiental. La forma en que este planeta lucha por seguir dando lo que sus habitantes necesitan, la forma en la que el clima responde, la forma en la que los océanos se elevan, la forma en la que la tierra se agita. Estos inconvenientes concretos, aunque provocan mucho sufrimiento y confusión, son poderosas herramientas para el buscador que desea comprender mejor este periplo cósmico, este designio más grande. Entendemos que considerarlos como inconvenientes puede parecer un término, digamos, no totalmente inclusivo de lo que realmente estáis experimentando. Puede pareceros mucho mayor, mucho más expansivo, mucho más difícil.
Sin embargo, la ocurrencia de llamarlos inconvenientes a secas se debe a que no son más que un bache en la línea de tiempo infinita que estáis experimentando. Por eso, contemplar estos momentos, estos acontecimientos importantes que están ocurriendo en el planeta entre vuestra población y en relación con la Madre Tierra con un corazón abierto y con un abrazo cálido y amoroso para darles la bienvenida a vuestra vida, a vuestra experiencia, puede resultar de gran ayuda en términos de cómo moverse y cómo servir a la humanidad y al planeta.
La forma más sencilla y básica de estar disponible es simplemente irradiando el propio ser. Profundizar dentro de uno mismo y encontrar, en lo más hondo, esa verdad infinita, que no tiene límites ni se puede describir. Eso es el amor, ese núcleo abrasador que hay dentro de todos y cada uno de nosotros. Cuando puedas aprovechar plenamente, reconocer, comprender y permitir que ese amor irradie hacia fuera auténticamente, vulnerablemente, puede que no seas consciente de que llegas al corazón de los demás. Cuando puedas actuar de esa manera, con tu timón siempre orientado hacia el amor, descubrirás que tus acciones sirven de inspiración a los demás. Descubrirás que tampoco estás solo, que hay seres en tu planeta que siguen el mismo camino, que sois compañeros de viaje en esta senda para traer amor y luz, comprensión y perdón. Así que, una vez más, la forma más sencilla de servir es simplemente irradiar la verdad de lo que eres.
Por supuesto, hay muchas otras maneras de hacerlo. Hay el servicio afectuoso que alguien puede ofrecer a otro simplemente escuchando lo que tenga que decir, simplemente sonriendo a su paso, o brindándole un hombro sobre el que poder sollozar. Y cuando esas dinámicas se tornen problemáticas y difíciles, entonces el mero hecho de desearles amor y luz es una acción que redunda en beneficio, es una acción que se deja sentir a nivel cósmico.
También se puede recurrir a la meditación, el acto consciente y voluntario del silencio que constituye una invocación para la sanación del planeta en ese espacio sagrado, algo que puede llegar a ser mucho más poderoso de lo que puedas percibir con tu vehículo físico actual. Cuidar la naturaleza de forma respetuosa, ver cómo podemos ser más pacientes y ofrecer más ayuda, ya sea con acciones sencillas, cuidando un jardín, limpiando un arroyo, todas estas sencillas actuaciones puede sentirlas el planeta inmensamente y pueden convertirse en inspiración para otras personas, que viendo el amor y el cuidado que brindáis a este planeta, notarán cómo en ellas prende la chispa del deseo de hacer lo mismo.
Queridos amigos, comprendemos que esas actuaciones os parezcan nimias desde vuestra perspectiva, cuando hay grandes cosas que tienen lugar entre vosotros. Pues bien, queremos recordaros que cada acción positiva, cada acción de servicio a los demás que lleváis a cabo es significativa, y se hace sentir. No hace falta que arregléis todo el planeta. Tan sólo es necesario que seáis el ser puro y amoroso que reside en el corazón de vuestro ser. Caminar hacia adelante con fe, tener un deseo auténtico, mantener siempre vuestro objetivo en el horizonte, contemplar el amor del sol que nos ilumina y sentir su importancia, sabiendo que todo esto es un designio divino. Un hermoso y, aunque pueda verse así, salvaje viaje para que el Creador y todos los hijos del Creador puedan hallar el amor y el perdón, para que tomen consciencia de su condición de Creadores.
Esperamos que aquellos de vosotros aquí que os sentís tan inspirados, que anheláis ser de ayuda a este planeta y a su población, sepáis que reuniones como ésta y las conexiones que fomentáis entre vosotros y con otros fuera de estos círculos son hermosos testimonios del camino que conduce a la experiencia de cuarta densidad.
Estamos muy agradecidos por haber sido testigos de una reunión tan pura de almas hermosas. Por favor, tened en cuenta que esto marca la diferencia. En este momento, nos despediremos de este instrumento y transferiremos el contacto al que conocemos como Gary. Somos los de Q’uo.
(Canaliza Gary)
Q’uo
Somos los del principio que conocéis como Q’uo y agradecemos al anterior instrumento y a este círculo por dedicar su tiempo y dejar sus ocupaciones a un lado para que vuestra atención, vuestra energía y vuestra presencia corporal nos permitan disponer de un espacio donde ofrecer algunos de nuestros comentarios a vuestras preguntas, con la importante reserva de que no estamos en vuestra densidad. No padecemos los catalizadores, las limitaciones y los sufrimientos que vosotros padecéis. Vemos y sentimos esas sensaciones dentro vuestro, y anhelamos atender esas necesidades, solicitudes y el sufrimiento que lleváis dentro con lo mejor de nuestras limitadas capacidades. Y confiamos en que nuestras palabras, más que resolver necesariamente algún enigma, os ofrezcan un punto de partida hacia lo que, aplicando vuestra propia voluntad y fe, pueda resolver los embrollos, confusiones y malentendidos que habéis acumulado en torno a vuestro corazón.
En este momento, quisiéramos preguntar si hay alguna pregunta a la que podamos responder. Somos los de Q’uo.
Consultante 3
Sí, es acerca de conceptos y creencias jerárquicas. Veo que sirven para realzar ciertas cualidades de mi ser. Pero también noto la antítesis de esas mismas cualidades. Estas dinámicas opuestas parecen poseer características propias, como masculino/femenino, pasivo/activo, fluyente/estancado, equilibrio/ desequilibrio. ¿Podría la Confederación comentar cuál es la mejor manera de trabajar con estas fuerzas y de equilibrarlas adecuadamente?
Q’uo
Somos los de Q’uo, hemos recibido esta pregunta y manifestamos nuestra gratitud por la misma y porque da pie a permitirnos hablar de un aspecto clave e inacabable de vuestro viaje en la tercera densidad que reviste especial dificultad: el equilibrio, equilibrar las energías y fuerzas y los aspectos y facetas de vuestra identidad y vuestra experiencia. Porque vosotros existís como seres aparentemente separados en un universo de multiplicidad.
En esta multiplicidad, hay infinitas e infinitamente singulares relaciones entre los diversos aspectos aparentes del Creador, en su proporción, en su dinámica, en su tira y afloja. Estas relaciones—es decir, las relaciones entre aparentes partes del ser y aspectos de la experiencia diaria—no se te presentan empaquetadas de una manera que pudieras calificar de equitativa. Un impulso puede ser más fuerte que otro, un aspecto de la experiencia puede hablar más alto que otro, y así sucesivamente. Corresponde al buscador encontrar el punto de equilibrio entre estas fuerzas opuestas y complementarias, y frecuentemente opuestas dentro del propio ser.
Así pues, esta experiencia dual lo es de tensión y fricción. El identificar o energizar un solo aspecto de este todo, excluyendo otros aspectos opuestos, o no ser consciente de los aspectos opuestos, equivale a invitar a un desequilibrio potencial, y un punto de vista artificialmente limitado que obscurece la visión del yo y del universo como el Creador, percepción que sólo comienza a hacerse evidente con un enfoque más holístico que ve y, dentro de vuestras limitaciones, comprende que el yo es un ser de trescientos sesenta grados.
El yo, que incluye la luz y la sombra, lo masculino y lo femenino (como lo identificó quien hizo la pregunta), lo dominante y lo sometido, el deseo de hablar, el deseo de escuchar, y así sucesivamente. En primer lugar, como ha dicho la persona que ha hecho la pregunta, conviene identificar que, independientemente de lo que el yo parezca estar manifestando ahora, el yo es un ser completo con aspectos de su ser que pueden que no se estén manifestando con tanta fuerza o aparentemente no se manifiesten en absoluto en este momento. Incluso el más aparentemente hiper-masculino o hiper-femenino entre vuestra población alberga dentro del ser su opuesto complementario que hace al ser completo. Hay proporciones únicas dentro de cada ser.
Este importante paso, que no es sino darse cuenta de estos aspectos del yo, es una parte fundamental del gran trabajo que supone conocerse a sí mismo. Por ejemplo, quien se ve a sí mismo estricta y exclusivamente como lo femenino sin lo masculino—corregimos a este instrumento—sin el contrapeso masculino en su interior, y viceversa, no sólo se aferra y se identifica con la ilusión de un yo separado, sino que no conoce plenamente al yo; y de hecho puede sostener esta creencia limitante porque se reprime o teme lo que no se ve.
También cabe la posibilidad de que el yo se erija como aquel o aquella que es de una manera dada, marcando diferencias con sus hermanos y hermanas que son de otra manera, que son vistos, no como aspectos internos de ese todo-yo que es el yo, sino como algo aborrecible que hay que desechar, que hay que rechazar del ámbito del corazón porque se le etiqueta de incorrecto, de fundamentalmente erróneo.
Esta no es manera de desentenderse del discernimiento, [o de negligir] a la hora de interpretar los propios valores, o de [no] honrar cuál es el camino propio y cuál no lo es. Las elecciones que hay que hacer a lo largo de la ilusión en tu viaje aparente a esa Fuente—que en realidad nunca abandonaste—son necesarias. Son sólo para significar que el corazón, en su verdadero estado, es, podría decirse, el lugar más inclusivo del universo cuando no se ve impedido por creencias que juzgan, separan o rechazan.
Todo el universo tiene allí su hogar—cualesquiera que sean los otros yo, cualesquiera que sean sus acciones, tanto si se muestran como el yo que son como si no—todos los seres, y de hecho el propio yo, hallan su hogar en aquel corazón que ha aprendido a liberarse del juzgar y de imponer sus expectativas sobre los demás. Y la consciencia de este amor sin límites, que se expande a todo, se hace tanto más grande cuanto más pueda el yo trabajar esos desequilibrios en su interior.
Que comienza, como decíamos anteriormente, con la identificación de esos desequilibrios, que pueden manifestarse de las diversas formas en las que el yo recibe el catalizador. Por ejemplo, se da el fenómeno que muchos de vuestros pueblos conocen bien que es la masculinidad tóxica, que consiste en que la masculinidad que se manifiesta dentro del yo no está equilibrada mediante el principio femenino inherente dentro del yo. Es esa masculinidad que se ha distanciado de lo femenino interior debido a cualesquier malinterpretación que pueda haber surgido dentro del individuo o de la sociedad que busca no sólo suprimir ese principio opuesto pero complementario y necesario dentro del yo, sino que después lo proyecta hacia fuera en forma de subyugación y disminución de ese principio en el otro yo, ya sean los compañeros masculinos o, especialmente, en aquellos que manifiestan de forma muy acusada el principio femenino.
Al tomar consciencia de este desequilibrio dentro del yo, el yo, si está en el camino del crecimiento, de la mejora del carácter y, más concretamente, de la evolución espiritual, podrá darse cuenta de que tiene la oportunidad de mirar dentro de sí mismo, de contemplar aquello que ha quedado apartado de su vista, de averiguar en qué medida esas creencias limitantes han contribuido a este desequilibrio dentro del yo, y de permitir que esos aspectos reprimidos del yo, o aspectos en la sombra, hablen y escuchen el dolor que acompaña a esa parte del ser, de modo que, cada vez más, estas energías desequilibradas puedan llevarse al interior del yo; y permitir que esos aspectos reprimidos del yo, o aspectos en la sombra, hablen, y así poder escuchar el dolor que acompaña a esa porción del ser, de modo que cada vez más de esas energías desequilibradas puedan llevarse al corazón, donde, primero y ante todo, puedan ser amadas, incluso sin comprender del todo cuál es la proporción y la relación exactas de un equilibrio dado, sino simplemente llevándolo al corazón para que sean aceptadas tal y como son.
Es decir, aceptar al yo tal como es, como un ser perfecto, como un ser que ha cargado con demasiado lastre debido a que se ha juzgado a sí mismo, se ha negado a sí mismo y se ha rechazado a sí mismo. [Esto] permite que las energías dinámicas dentro del yo tengan la oportunidad de expresarse, de tener su lugar, para que el yo pueda comenzar a celebrar el hecho de conocer que el yo no es tan sólo este aspecto con el que se ha identificado, sino que también es su contraparte y mucho, mucho más. Es un ser con todas las cualidades y con todos los matices. Dentro de uno mismo hay servicio a los demás; dentro de uno mismo hay servicio al yo. Hay impulsos para ir hacia la izquierda e impulsos para ir hacia la derecha. Hay deseos para estar en comunidad y hay deseos para estar a solas con uno mismo. Y todos tienen cabida dentro del yo.
Os toca a vosotros, queridos amigos, encontrar qué es lo que queréis explorar. Diseñasteis cuidadosamente vuestras encarnaciones para poder representar roles particulares y explorar dinámicas específicas. No es necesario que seáis unos seres aburridos tan equilibrados que sean todas las cosas a la vez en una manifestación donde no haya elecciones—eso le corresponde al ser infinito y a su consciencia infinita, que también es el fundamento de vuestro ser. En [tu] escenario creaste un constructo específico para enseñarte a ti mismo. Este constructo, con todas sus limitaciones y deseos, puede ser honorificado, pero cuanto mayor equilibrio alcances, más libre serás para desempeñar plenamente tu parte con un corazón que no se cierre a causa del miedo—miedo a la pérdida, miedo a la muerte, miedo a ese, digamos, caparazón egóico que proteges a costa de diversos sacrificios para ti mismo.
Hay un ejemplo muy simplista de este equilibrio, conocido como el balancín, que podemos utilizar para ilustrarlo. Una parte del balancín puede tener 40 kilos de peso, y la otra parte tiene 10, de tal manera que el punto sobre el que se equilibra la tabla del balancín no podría estar directamente en el 50% de su longitud, el centro de la tabla, sino que debe ajustarse a la izquierda o a la derecha, de manera que haya un mayor equilibrio, pero sin que potencialmente se modifiquen los pesos. El equilibrio que buscas no siempre va a ser tan sencillo, ya que se trata de un punto de apoyo entre múltiples corrientes de experiencias y energías que convergen y que deben equilibrarse entre sí.
Y antes de pasar a la siguiente cuestión, queremos recordar a los aquí reunidos que hay ejercicios que los de Ra dieron para equilibrar. Sugerimos que estos ejercicios se realicen al final del día, cuando se hayan completado las obligaciones y el yo pueda revisar el microcosmos de vida que acaba de terminar este día, y observar lo que ha conmovido a la entidad, lo que ha destacado y llamado su atención, lo que le ha causado dolor, y buscar las energías que el yo considera que están desequilibradas, aquello que predomina o colma la consciencia. Luego, dentro de un enfoque meditativo y en un espacio protegido, el yo puede acentuar la parte desequilibrada de esa dinámica para que crezca y crezca, inundando el ser hasta el punto de que se sienta tanto mentalmente como en el cuerpo físico.
Mientras tanto el yo, conocedor de que está instigando este proceso, no debe quedarse de nuevo en la inconsciencia y dejar que esta emoción o energía, digamos, se apodere del yo. En lugar de eso, [el yo] presencia y dirige este proceso, hinchándolo e intensificándolo. Y cuando haya llenado al ser, permitir entonces que su antítesis comience a emerger en la consciencia.
Por ejemplo, la paciencia y la impaciencia. La impaciencia puede acentuarse al máximo; y una vez que está en su cenit, permitir que su cualidad opuesta se manifieste en el ser, y al hacerlo así, uno puede comenzar a expandir su consciencia hacia una visión en la que, mientras el yo explora cualidades particulares dentro de esta encarnación, el yo abarca todas las cualidades. El yo está libre de todas las cualidades. El yo es la consciencia que, en sí misma, no tiene ninguna cualidad, pero que ve todos los aspectos de su manifestación dentro de su, llamémosle así, circunferencia de visión.
En este momento, quisiéramos preguntar si hay alguna otra consulta a la que podamos responder. Somos los de Q’uo.
Consultante 4
Gracias Q’uo, ¿puedes hablar de la naturaleza del pensamiento? Algunos pensamientos parece que provienen de nosotros. Otros parecen como si los hubiéramos descubierto nosotros, o como si hubieran surgido de la nada o de fuera de nosotros mismos. Lo que denominamos pensamientos parecen ser la punta de un iceberg mucho más grande, la mayor parte del cual queda oculto a nuestra vista. Por favor, ¿podría explorar este tema?
Q’uo
Somos los de Q’uo, y te agradecemos que hayas hecho que asome, que vibre esta pregunta, hermano mío. Es una pregunta fascinante que nosotros no podemos agotar, o hacerle justicia, como ocurre con la mayoría de las preguntas que se nos plantean; pero tal vez podamos proporcionarte algunas cosas en las que pensar.
Llevaríamos al buscador conceptualmente hacia atrás, a los comienzos cósmicos de tu universo y del nuestro, tal como tú pudieras verlo, y desde esta posición privilegiada, ver lo que no se puede ver. Este es el misterio fundamental, inefable e incognoscible de la existencia misma—la infinidad indiferenciada, sin límites, sin principio ni fin, sin nacimiento ni muerte, sin forma ni figura, la nada y el todo.
Y de este misterio primigenio emerge un pensamiento, que quiere que esta infinidad pueda conocerse y se conozca a Sí misma a través de un acto de voluntad, distorsionándose a Sí misma e iniciando el gran viaje, en el que vosotros y nosotros participamos, al investirse a Sí misma en la multiplicidad. Vosotros y nosotros y todas las cosas, queridos amigos, somos pensamientos, podría decirse, dentro de la mente del Creador.
Moras en un universo que, aunque a tus instrumentos y sentidos les parezca material y con cierto número de elementos, en su naturaleza más profunda también está construido de y por el pensamiento. Ese pensamiento, en su enfoque fundamental, es amor. Este amor, que actúa a través del libre albedrío aprovechando la infinidad inteligente ahora potenciada, constituye la semilla del pensamiento.
Cada pensamiento que pasa a través de tu consciencia, aparentemente alejado de estos comienzos primordiales, es una distorsión y un fragmento y un reflejo del Pensamiento Original. Es algo derivado, pero también infinitamente novedoso y creativo. Tú participas en este proceso de pensamiento, en su construcción y en su capacidad para construir y dar forma a los mundos; y [tu] planificas tu viaje y reflexionas sobre el Creador y el yo, tal y como puedas considerarlos, a través de tus procesos de pensamiento. A medida que observas estas distorsiones del amor, puedes considerar los pensamientos a pequeña escala como formas-pensamiento, pues aunque dentro del complejo mental de una entidad de tercera densidad el pensamiento parece ser efímero, abstracto y sin forma, en el tiempo/espacio un pensamiento tiene forma, figura y se distingue. Puede decirse que es un fragmento discreto de un todo mayor, pero es en sí mismo, en su realidad holográfica, aquello que paradójicamente también contiene el todo.
El pensamiento es un reflejo. Refleja un aspecto del Creador dentro de un espejo limitado. Lo que crea ese oscuro entorno bañado por la luz lunar en el que te mueves en tercera densidad es el pensamiento, identificarte con el pensamiento y confiar exclusivamente en el pensamiento.
El Logos que tú eres es auto-luminoso, vive y respira en el estado del momento presente, y se mora en él a través de desidentificarse del pensamiento, y entrando y permaneciendo en el silencio.
Pero el yo, que aparentemente no se ha percatado de la consciencia logóica dentro del yo, y que se ha identificado casi exclusivamente con su pensamiento, se siente a la vez dolorido y eufórico por la naturaleza del pensamiento a medida que pasa por su mirada interior. Y es tal la continuidad aparente de la corriente compulsiva del pensamiento, que el yo llega a estar completamente convencido, hipnóticamente convencido, de ser un yo independiente.
El yo, absorto en estos pensamientos, ya sean pensamientos agradables o difíciles, reitera el pensamiento central de “yo”. Es lo que el conocido como Ramana Maharshi describe como el “yo-pensamiento”, que ha dicho “yo” tantas e innumerables veces que el yo está convencido de que existe como yo autónomo. Esto no significa que el pensamiento sea enemigo del auto-descubrimiento, o que deba rechazarse, ignorarse o suprimirse; [Sólo significa que] identificarse con el pensamiento es olvidar, y alejarse aparentemente de la verdadera naturaleza del yo.
[Inaudible] el pensamiento es crítico en vuestra experiencia, para que vosotros, queridos amigos,—examinando vuestra relación con vuestro pensamiento, y cuán a menudo parece haberos apresado, y cuán difícil puede resultaos cambiar la asiduidad de vuestro pensamiento—sepáis cuán compleja es esta relación, y cuán impactantes y significativos son vuestros pensamientos. Porque surgen y son indicaciones de vuestras creencias y de vuestros malos entendidos. Surgen de dichas creencias y mantienen una relación recíproca con ellas, con la emoción, todo en un bucle que mantiene al yo en trance, que lo mantiene en la ilusión de ser un individuo completamente aparte.
Alentamos siempre a que se sea consciente de lo que uno piensa, porque uno crea y recrea el yo a través del poder de sus pensamientos. Vosotros creáis y recreáis el mundo. Lo que experimentáis ahora en vuestro planeta es una manifestación del pensamiento colectivo e individual. Debido a la carencia de conocimiento de ello, y a la incapacidad de desidentificarse de los propios pensamientos, se han creado condiciones descontroladas de guerra, de sufrimiento, de degradación de vuestro mundo; y vosotros estáis atrapados en patrones repetitivos de pensamientos formados por traumas, que no han sanado mediante el amor.
Y a medida que te haces consciente y conocedor de tus pensamientos, puedes aprender a cultivar el pensamiento como lo harías cuidadosamente con un jardín, nutriendo, sosteniendo y alentando aquello que te nutre a ti mismo y a la comunidad. Y cuidadosa y respetuosamente protegiéndote o incluso eliminando aquello que no es provechoso, no a través de la represión, el control y a la fuerza, sino a través de la aceptación y encontrando el equilibrio dentro de ti mismo.
Sed conscientes de vuestros pensamientos, amigos míos, y ved si el amor se halla contenido en vuestros pensamientos y de qué manera lo está, o si por el contrario contienen ira, amargura y juicios.
Con vuestros pensamientos podéis crear un cielo o un infierno interior. Podéis ayudar a abrir las puertas internas de ese paraíso que buscáis, o podéis aparentemente cerrar con cerrojo las puertas que se cierran sobre la oscuridad de la miseria y la ofuscación sin que sepáis dónde está la luz que pueda sacaros de vuestros laberintos interiores.
Para concluir, para hablar de la otra parte de tu pregunta, puedo decirte que eres, a la vez, un recipiente para pensamientos que no parecen, hablando en términos relativos, originarse en ti; y que eres alguien que puede generar pensamientos y contribuir con pensamientos aparentemente nuevos a tu comunidad y al interior de tu ser. Una idea o pensamiento puede ser transferido entre vuestro grupo y compartirse. Luego se matiza y moldea de distintas maneras dependiendo de las configuraciones energéticas que hacen único a cada individuo; y ese pensamiento se discute, se expresa y evoluciona y se hace más resplandeciente, más hermoso; al igual que todas las cosas pueden distorsionarse más o menos, bien pueden parecer que contengan un reflejo más claro del Creador o un reflejo más distorsionado del Creador.
Os damos las gracias por permitirnos compartir nuestros pensamientos sobre tan interesantes cuestiones, y ahora transferimos nuestro contacto a la conocida como Trisha. Somos los que conocéis como Q’uo.
(Canaliza Trisha)
Q’uo
Somos los de Q’uo, y estamos de nuevo con este instrumento. Queridos amigos, apreciamos sinceramente esta experiencia y esta oportunidad de conectar con todos y cada uno de vosotros en esta reunión. No podríamos ni empezar a expresar plenamente lo inspirados y agradecidos que estamos por haber podido constatar los vínculos que se han establecido en el transcurso de lo que llamáis días. Lo que habéis generado aquí, en esta pequeña comunidad, es hermoso y divino, y rebosa luz de tal modo que puede contemplarse en todo el universo.
Le agradecemos a este grupo la oportunidad que nos ha brindado de poder hablar de este tema, de formar parte de él, de responder a vuestras preguntas, y esperamos que lo que hemos compartido haya sido de alguna utilidad para vosotros y para vuestra búsqueda. Sabed que tan sólo lo compartimos como compañeros de viaje, y sabed que siempre estaremos a vuestro lado. Imaginadnos mano con mano, paso a paso, mientras camináis por esta senda.
Podéis pedirnos consejo en cualquier momento y sabed que estamos con vosotros. Sabed siempre que el Creador está de vuestro lado, el Creador que lo creó todo, el Creador que sois vosotros. Nunca estáis solos, amigos míos. Podéis evocar experiencias como ésta en cualquier momento dentro de vuestro corazón. Simplemente mirad en lo más profundo de vuestro interior el amor que allí reside, y podréis rememorar esta conexión divina y la verdad de todo cuanto existe.
En este momento, vamos a despedirnos de este grupo con inmensa gratitud y reconocimiento. Os dejamos en el amor y la luz del Creador Uno e Infinito. Adonai, amigos míos, adonai vasu borragus.