Una evolución planetaria suficiente para el contacto manifiesto y directo con civilizaciones de densidad superior; Efectos espirituales de la luna; Servir sin infringir; Activación de la glándula pineal; Conocer y trabajar con los guías espirituales; Equilibrar las motivaciones egóicas y espirituales; Visualizar una transición planetaria idónea hacia la cuarta densidad.
(Canaliza Jim)
Q’uo
Soy Q’uo y estoy con este instrumento en este momento. Y nos permitimos aprovechar esta oportunidad para agradecer a todas aquellas entidades aquí, dentro de este círculo de búsqueda, por haberse reunido hoy para profundizar en la naturaleza de vuestro viaje espiritual, ese viaje que compartís con toda la gente de vuestro planeta. Sin embargo, vosotros estáis concienciados de que este es vuestro propósito: buscar lo que sois, una búsqueda eterna del Creador Uno e Infinito que ha creado todo lo que hay. Todo en el universo está hecho del Creador, al igual que vosotros. Gracias por estar aquí y por hacernos preguntas que puedan expandir el conocimiento de cada uno acerca de lo que es.
Os queremos pedir nuestro sempiterno favor—y sabemos que ya lo habéis oído antes—, pero a los que sois nuevos os pedimos que consideréis los pensamientos y las palabras que ofrecemos en respuesta a vuestras preguntas como lo que vosotros llamaríais un grano de sal, porque somos viajeros, lo mismo que vosotros, en esta senda de búsqueda del Uno. Tenemos nuestras opiniones, que compartimos encantados. Por favor, tened en cuenta que son nuestras opiniones. Podemos estar equivocados. Así que si nos concedéis este favor, tendremos mejores oportunidades de responder a las preguntas que nos hagáis.
En este momento, quisiéramos preguntar si hay alguna consulta a la que podamos responder.
M1
Tengo una pregunta. Soy M. Mi pregunta es: ¿ha alcanzado la humanidad el número suficiente de personas conscientes como para alcanzar el punto crítico en el cual las civilizaciones desarrolladas superiores, los extraterrestres, empezasen ya a hacer contacto directo y manifiesto con nosotros?
Q’uo
Soy Q’uo, y estoy al tanto de tu pregunta, hermana mía. Haces una pregunta cuya respuesta posee varias facetas. La población en general del planeta que conocéis como vuestra Tierra, vuestra Madre Tierra, no está, en estos momentos, particularmente consciente de la naturaleza de su viaje espiritual con la consciencia suficiente como para ser capaces de dar una respuesta general que todos conozcan, oigan, sientan y a la que todos puedan responder.
Sin embargo, existen grupos como este y muchos otros en todo el planeta que se han sintonizado, mediante la forma en la que viven sus vidas, para recibir algún tipo de contacto por parte de civilizaciones avanzadas que puedan mejorar su propia percepción acerca de su viaje espiritual de la forma en la que estamos intentando hacerlo hoy con cada uno de los presentes.
Muchos de estos contactos se han, digamos, reportado en círculos espirituales. Existen varias civilizaciones y entidades que son las emisoras de estos mensajes de amor, de luz y de la unidad de todo lo que hay. Eso es lo que desearíamos que cada grupo como éste pudiera compartir con los demás, como semillas, podría decirse, que se siembran a quienes encuentran en su ronda diaria de actividades, para que este mensaje de civilizaciones avanzadas pueda difundirse de forma generalizada y cada vez más pronunciada a medida que transcurra el tiempo.
También existen formas de comunicarse por medio de personas que tienen lo que podríais llamar corazonadas, una intuición de que su vida tiene más significado, de que son potencialmente conscientes, pero que precisan de una comunicación que se halle por debajo de la mente consciente, digamos dentro de lo que llamáis el estado de sueño, o el estado meditativo, o los flashes intuitivos de conceptos inspiradores, de sentimientos y de la naturaleza del propio ser. Estos individuos pueden hacer lo mismo que hace este grupo. Pueden compartir esta información con los demás, tal vez de una manera más reservada entre amigos y familiares, y convertirse así en sembradores de las semillas de la verdad; Aquellos, como podríais llamarlos, “Juanito Manzanas” de la toma de consciencia espiritual.
Sin embargo, sentimos decir que el propio planeta tiene algunas dificultades con su población. Vuestra Madre Tierra ya está dentro de la cuarta densidad del amor y la comprensión, y desea que sus hijos se unan a ella allí. De modo que existe un soporte proporcionado por el mismo suelo sobre el que camináis que también puede proporcionar la comprensión subconsciente de que se trata de un viaje mayor.
¿Hay alguna pregunta de seguimiento, hermana mía?
M1
Sí, la siguiente pregunta que tengo es: ¿podría hablar acerca de si nuestra luna es un satélite extraterrestre ubicado ahí, y de qué manera las lunas llenas o las lunas nuevas nos afectan deliberadamente?
Q’uo
Soy Q’uo, y estoy al tanto de tu pregunta, hermana mía. Nos parece que este tipo de pregunta se mueve en el área de lo que podríais llamar conspiraciones, que se han elaborado con el fin de ejercer algún tipo de control sobre la población de vuestra Madre Tierra.
El satélite que conocéis como la luna se mueve en ciclos regulares inherentes a su propio ser, y tiene esos efectos de manera natural sobre la población de la Tierra, que es sensible a tales ciclos y ritmos. Esta es una función natural de vuestro satélite denominado la luna. En sus diversas fases de expresión, hace brillar la luz reflejada del sol en varias franjas del periodo de tiempo que llamáis día, para que aquellos que son sensibles a ella puedan recibir más inspiración.
¿Hay alguna otra pregunta, hermana mía?
M1
No, gracias. Está muy bien.
Q’uo
Soy Q’uo, y te damos las gracias, hermana mía. ¿Hay alguna otra pregunta en este momento?
M2
Q’uo, al estar al servicio de los demás, especialmente de aquellas personas que les suceden cosas similares en su vida, o catalizadores, y que parece que quieren tu ayuda, y van por un camino quizás diferente al que tú querrías para poder ayudarles. ¿Cómo hacemos para no involucrarnos demasiado en los resultados que obtengan?
Q’uo
Soy Q’uo y estoy al tanto de tu pregunta, hermana mía. Si hemos entendido correctamente tu pregunta, estás preguntando si hay alguna manera en la que cada uno de vosotros pueda servir a aquellos que están experimentando dificultades en su propia experiencia de vida sin infringir su libre albedrío. ¿Es esto correcto, hermana mía?
M2
Así es, sin que experimentemos demasiado dolor en el alma por ellos.
Q’uo
Soy Q’uo, y apreciamos tu aclaración. Intentas ser de servicio a alguien por quien sientes afecto, porque son amigos, o familiares, o almas a las que has conocido con las que sientes una conexión, y estás deseando ser de servicio. A menudo la persona a la que intentas servir es quien más se da cuenta de que deseas servirle. Y si puedes hacer una afirmación inspiradora que sientas que sale de tu corazón, y del amor del Creador que existe dentro de tu corazón, eso centrará su atención en este concepto o principio. Entonces, también habrás plantado una semilla que puede crecer por sí sola, porque la semilla necesitará que esta persona la riegue prestándole atención, y si no riega esa semilla, entonces no habrá infracción por tu parte. Habrás hecho tu tarea, digamos, habrás sido de servicio ofreciéndole tu opinión, del mismo modo que nosotros ofrecemos nuestras respuestas a vuestras preguntas como opiniones nuestras.
¿Hay alguna otra pregunta, hermana mía?
M2
No, gracias.
Q’uo
Soy Q’uo, y te damos las gracias, hermana mía. En este momento, transferiremos este contacto al que conocemos como Austin. Somos Q’uo.
(Canaliza Austin)
Q’uo
Somos Q’uo, y en este momento vamos ahora a saludar al círculo a través de este instrumento. Este instrumento solicita que le brindemos un poco de benevolencia porque tiene la sensación de que ha pasado mucho tiempo desde la última vez que nos unimos a él en este servicio, y siente como si hubiera quedado algo oxidado por limpiar. Así que nos atendremos a su petición y estableceremos nuestra conexión con él ofreciendo algunas reflexiones a este círculo sobre el intercambio que hemos tenido el honor de presenciar durante lo que llamáis vuestra “Round Robin”.
Durante este intercambio, hemos sido testigos de unos corazones abiertos que expresan su experiencia compartida de concordancia, celebración y entrega de sí mismos, y quisiéramos aplaudir esta percepción de vuestro viaje y vuestra reflexión sobre el mismo. Porque estos regalos que experimentáis denominados catalizadores tienden a regresar a vuestras vidas, y de forma parecida a vuestros cuerpos celestes que giran alrededor de vuestro sol, entran en vuestra vida como un eco, o un reflejo, e incluso como una manera de celebrar ese catalizador que se experimentó previamente y os saluda una vez más para, podría decirse, comprobar cómo os va con el regalo que se os ofreció.
Esto opera de acuerdo con lo que vosotros podríais identificar como coincidencias o sincronicidades. Y a medida que este grupo reflexione sobre las circunstancias que les han traído a este círculo, y también aquí, a este momento de sus vidas, les animamos a que miren hacia el pasado, hacia esas coincidencias, y vean que hay un guion que parecen haber escrito. Parecen estar construidos y escritos creativamente para vosotros, y vosotros simplemente estáis viviendo este guion en el que habéis aceptado entrar.
Al reflexionar sobre esta serie de coincidencias, nos gustaría ofreceros una sugerencia adicional, que consiste en plantearos la siguiente pregunta para que la incorporéis a vuestra meditación dentro de la que vosotros mismos hubierais testimoniado el relato de vuestra vida tal y como se viene desarrollando, y el fluir de vuestra vida hasta este momento: ¿Qué puedes esperarte en tu viaje si te abandonas a ese fluir y dejas que tu vida esté guiada por ese autor invisible que ha escrito tu guion hasta este momento? Si eres capaz de despreocuparte de lo desconocido que tienes ante ti y confiar en que ese autor tiene de hecho un plan, y si pudieras aquietar tu corazón y tu mente y escuchar la voz de ese autor en cada momento, la magia de la que dispondrás en tu vida se haría cada vez más patente.
Esta es una enseñanza que nosotros, los de Q’uo, seguimos perfeccionando en nuestra propia andadura, pues se trata de un enfoque, una aproximación muy refinada a la hora de ofrecer compasión y sabiduría, y de entregarse a los ritmos y los ciclos del Creador.
Toda vez que este instrumento se ha librado de las telarañas, por así decirlo, preguntaremos si hay alguna cuestión sobre la que podamos responder.
Consultante
Sí, tengo una pregunta. Q’uo, ¿cuál es la mejor manera de activar completamente la glándula pineal y, una vez activada, cuál es la mejor manera de utilizarla para un mayor bien?
Q’uo
Soy Q’uo, y estoy al tanto de tu pregunta, hermana mía. Apreciamos la oportunidad de hablar sobre este enriquecedor concepto, porque lo que identificáis como la glándula pineal es, en cierto modo, una manifestación biológica de lo que denominamos el centro de energía del rayo índigo, y lo que otros dentro de vuestras diversas culturas han identificado como el tercer ojo: la percepción que puede hacerse consciente en el camino del buscador espiritual que le permite, en cierto sentido, traspasar el velo y percibir de manera significativa los ritmos del Creador de los que acabamos de hablar a través de este instrumento.
Para el buscador, ésta representa una evolución poderosa. Y el ángulo bajo el que se percibe este centro energético y su análogo biológico resulta útil, porque refleja el hecho de que tú, como complejo mente/cuerpo/espíritu, tienes aspectos de tu ser que parecen diferir, como la glándula pineal biológica y el centro energético metafísico del rayo índigo. Pero una vez eliminada toda ilusión de complejidad, en realidad son la misma cosa. Y así, cuando desbloqueas, abres y activas la glándula pineal, también abres el centro de energía del rayo índigo.
Puesto que la pregunta se enmarca en el sentido de explorar el aspecto biológico de este mecanismo, nos gustaría abordarla animándoos a sentar primero las bases para que os familiaricéis con vuestra manifestación biológica, que es vuestro complejo corporal vivo, en movimiento y activo dentro de la tercera densidad. Porque al hablar de activar el centro de energía del rayo índigo, hablamos de las circunstancias metafísicas o espirituales que pueden conducir a dicha activación. Esto podría consistir en procesar el catalizador, un catalizador que cuando sobreviene ocasiona bloqueos dentro de los centros energéticos.
Esto también podría aplicarse a tu cuerpo físico y a cómo te relacionas con él, así como a su evolución a lo largo de tu viaje espiritual, de qué manera tu cuerpo se expresa de formas nuevas y únicas a medida que te familiarizas con él más y más en tu viaje. La activación de la glándula pineal, tal como la has llamado, es el resultado de lo que podríamos definir como una disciplina rutinaria de reconocimiento del cuerpo, de comprender sus sensaciones, sus sentimientos, sus dolores y las cosas que lo estimulan a medida que realizas tus actividades cotidianas.
Entiende en qué parte del cuerpo parecen anidar las diversas emociones y experiencias, y al hacerlo, puedes llegar a descubrir que tu cuerpo, de hecho, manifiesta la vida espiritual [que hay] en tu interior en lo físico; que tu cuerpo es una expresión de tu ser espiritual; y que puedes influir en tu cuerpo desde una aproximación espiritual. Pero también puedes utilizar tu cuerpo para influir aún más en tu viaje espiritual, cuidando, honrando y respetando sus necesidades y deseos, y ofreciéndole pautas para que pueda actuar de un modo que apoye tu viaje espiritual y tus objetivos a largo plazo, incluido el objetivo de activar la glándula pineal.
Esta es la base para esta activación: ser constante en la disciplina de familiarizarse con el cuerpo. Y de una manera similar a la apertura de ese centro de energía, descubriremos que se produce una progresión natural en la que, a medida que te familiarizas con tu cuerpo, te vuelves cada vez más receptiva a aquellas cosas que influyen en la glándula pineal y en sus funciones biológicas asociadas. Y a medida que aprendes cada vez más sobre las cosas que experimentas en tu vida, puedes afinarlas, llevarlas a un patrón más habitual dentro de tu vida, de modo que la activación de tu glándula pineal también se vuelva más habitual.
No podemos prescribir un método específico, pero sí sugerir que esa comprensión del cuerpo puede hallarse con mayor facilidad en aspectos tales como la dieta, la buena forma física, amar y aceptar el cuerpo, y mantener una relación paciente y amable con él.
Cada persona presentará una configuración única de dichas relaciones dinámicas con su cuerpo que, si así lo quiere, conducirá eventualmente a una activación cada vez mayor de la glándula pineal. Y, según nuestra experiencia y percepción, todo esto ocurre paralelamente al crecimiento espiritual, que quizá pueda verse como más abstracto o emocional o basado en los sentimientos, en lugar de como algo físico dentro del cuerpo. Pero como ya hemos comentado, ambas cosas están estrechamente relacionadas, hasta el punto de poder considerarse lo mismo una vez que se traspasa la naturaleza ilusoria del complejo mente/cuerpo/espíritu y de la creación que lo rodea.
¿Hay alguna pregunta de seguimiento, hermana mía?
Consultante
No, gracias.
Q’uo
Somos Q’uo, y te damos las gracias, hermana mía. ¿Hay alguna otra pregunta a la que podamos responder?
H
Hola, Q’uo. ¿Qué tipo de práctica espiritual podríamos realizar que nos ayude a descubrir y conocer a nuestros guías espirituales, saber quiénes son y así poder avanzar con ellos?
Q’uo
Somos Q’uo, y estamos al tanto de la pregunta, hermana mía. También agradecemos, como siempre, la oportunidad de hablar sobre esta pregunta, ya que es una [pregunta] común entre vuestras gentes —particularmente aquellas que despiertan a su naturaleza espiritual pero no experimentan regularmente la percepción de aquellos guías y seres más allá de la percepción que pueda influir en ellos y ayudarlos en este viaje.
Algunos de vosotros tenéis una percepción innata de estos guías, pero para la mayoría, las circunstancias de la encarnación están diseñadas para que la mayor parte de su influencia permanezca fuera de su capacidad de percibirla directamente. En parte, esto se debe a que el esfuerzo realizado para llegar y conectar de una forma más directa es en sí mismo una práctica muy significativa. Es un acto de fe. Es parte importante del viaje del buscador espiritual reconocer que existen influencias más allá de lo que uno pueda percibir y comprender de manera directa, y que estas influencias pueden ser realmente afectuosas, consoladoras y de apoyo, y que permanecerán fuera de su percepción hasta que el buscador, como ser soberano, las solicite y las acepte en su vida.
Mencionamos esto porque es un aspecto importante de esta dinámica: que el deseo mismo y la intención de acercarse y de conectar es una práctica espiritual significativa que no debe desestimarse como [un mero] paso en el camino, sino más bien [debe considerarse como] un aspecto integrador de todo el camino en sí.
Para responder de forma más directa, podemos sugerir varias prácticas teniendo en cuenta que, al igual que con la consulta anterior, cada individuo es único. Cada individuo ha establecido instrucciones y directrices específicas, por así decirlo, sobre cómo puede (o tiene la oportunidad de) interactuar con los guías. Así que el proceso es uno de experimentar, de ensayo y error, por así decirlo, con estas prácticas.
El aspecto más fundamental es establecer la intención, expresarlo interna y externamente a través de la meditación y la oración para conectar con estas influencias e invitarlas a entrar en tu vida. Creemos que una práctica regular diaria de esta petición y la apertura a estas influencias es lo más conducente a la práctica de esta conexión con tus guías, o a que ésta se manifieste.
Una vez que esta práctica diaria se ha asentado, puede darse una interacción más directa, o intentarla, como por ejemplo en el estado de sueño. Si el buscador descubre que durante el sueño lleva una vida vívida que le transmite mensajes divinos, entonces estos mensajes pueden ser un medio para que los guías se comuniquen de forma muy directa con el buscador durante el estado de sueño. Además, uno puede practicar actos de creatividad y abrir el manantial de la inspiración durante la vida despierta, y descubrir que se puede entrar en un estado muy similar al estado que utilizamos para la canalización vocal, en el que hay un flujo de información e inspiración que llega a través de la entidad y se manifiestan de alguna manera. Pero debe haber alguna práctica que permita que se manifieste, alguna habilidad para traerla a la existencia dentro de vuestra realidad, como el arte, la escritura, el canto. Creemos que este tipo de expresiones creativas son las más poderosas para aprovechar este manantial de inspiración a través del cual tus guías pueden comunicarse contigo.
Además de esto, podemos decir que hemos comprobado que, a medida que la práctica de establecer y abrirse a esa intención a diario, y el paso adicional de manifestar esa guía en forma física o de un modo que pueda percibirse, las barreras que separan el espacio/tiempo del tiempo/espacio, o los reinos de lo visible y lo invisible, pueden volverse más finas y empezar a disolverse progresivamente. Tu percepción habitual comienza a incluir la orientación de tus guías y de aquellas entidades que desean ayudarte. La intuición que nutre cada momento de tu experiencia pasa a contener cualidades muy perceptibles de la orientación que procede de fuera de ti, por lo que puedes acceder a ella con más facilidad y utilizarla en tu vida diaria, momento a momento.
Esto a veces puede producirse espontáneamente y sin ninguna disciplina, pero nos parece que el beneficio de esas aperturas espontáneas es mucho menor en comparación con la entidad que es capaz de asumir la práctica regular de aceptar esas influencias e intentar percibir esas influencias para así poder recibirlas en un estado arraigado que le resulte más habitual al buscador, y dejar que esas influencias hablen por sí solas de los milagros que ocurren en el día a día y que así no parezcan tan extravagantes.
Una vez que el buscador desarrolla esta familiaridad con lo milagroso, las percepciones de vuestros guías pueden llegar a ser mucho más intensas y directas, como podéis aprender de los relatos de vuestros diversos místicos y buscadores disciplinados que han ofrecido información sobre estas percepciones y guías a vuestros pueblos a lo largo de vuestras épocas.
¿Hay alguna pregunta de seguimiento, hermana mía?
J
No, gracias.
Q’uo
Somos Q’uo, y te damos las gracias, hermana mía. En este momento, nos despediremos de este instrumento y pasaremos el contacto al conocido como Gary. Somos Q’uo.
(Canaliza Gary)
Somos los que conocéis como el principio de Q’uo. Unimos nuestras energías con este instrumento al percibir en vuestros corazones, con gratitud, lo que acarreáis en vuestras singladuras: el estrés y la duda, el miedo y la preocupación por las que navegáis, pero que os traen aquí, a este momento, en un afán, como puede que lo veáis, de encontrar esa paz interior que os exhorta a que descubráis y abracéis con más intensidad el servicio que habéis de ofrecer.
En este momento, nos gustaría preguntar si hay alguna consulta a la que podamos responder. Somos los de Q’uo.
Trisha
Tengo una pregunta, Q’uo. En nuestra configuración actual de tercera densidad, asignamos al ego muchísimo poder, y con ello acaece la responsabilidad. Y el ego puede ser a menudo un gran catalizador para nuestra evolución espiritual, lo que parece en parte contraproducente si el objetivo final consiste en liberar la autoconsciencia individualizada.
Así que me gustaría preguntarle a Q’uo si existe un medio por el cual podamos equilibrar los impulsos egóicos y espirituales y hallarnos más arraigados en nuestra presencia sin que ello nos deje menos motivados en nuestra búsqueda espiritual, si es que ello tiene sentido. ¿Existe un equilibrio entre la consciencia del momento presente y el afán egóico que permita una expresión más plena y vibrante en esta encarnación? ¿Que permita la evolución espiritual sin por ello estar más separados?
Q’uo
Hemos recibido tu consulta, hermana, y apreciamos la naturaleza equilibradora de la misma y su amplitud, que incluye tanto el arte de vivir una vida en un planeta como un individuo aparente que se mueve y se ve atraído e impulsado por los deseos propios de un individuo—de ser uno entre muchos y estar separado de ellos—y al mismo tiempo sentir la atracción y la llamada de esa luz interior que se ha despertado dentro del ser y que le llama a uno a una búsqueda más elevada [para] traspasar la ilusión de la separación y buscar, una vez más, la unidad de todas las cosas.
Existe dentro de esta persona una gama o espectro completo de experiencia y deseo que recorre los centros de energía de arriba abajo. Comenzaríamos aclarando y recordando que no hay error ni se juzgan los deseos que se manifiesten en cualquier etapa a lo largo de este espectro de energía, percepción y experiencia. No se juzga nada, ni siquiera y especialmente a aquellas entidades de vuestros pueblos que se hallan totalmente dormidas, por así decirlo, dentro de la ilusión—es decir, plenamente identificadas con los pensamientos, con el cuerpo, con los aspectos finitos de una encarnación limitada y con las costumbres de un mundo que también, en su mayoría, olvida la naturaleza divina del ser y de la realidad. Se podría decir que está bien encontrarse en este estado. Está bien ser humano. Está bien, si queréis utilizar el concepto de ego, dejarse llevar por el ego y los deseos egóicos.
De hecho, es una respuesta natural y lógica a la condición velada que se repite planeta tras planeta. No es, per se, un subproducto desafortunado de una ilusión, sino una construcción cuidadosamente diseñada para ayudar a facilitar el viaje de separación, de tal modo que, a través de las facultades de la voluntad y de la fe, la Elección pueda llevarse a cabo para el viaje de retorno.
El momento en que el buscador despierte y comience este viaje es personal. Algunos pueden tomarlo rápidamente. Otros pueden tardar muchas, muchas encarnaciones en despertar. Pero una vez que este viaje se inicia, el ser se plantea preguntas sobre sí mismo y sobre su mundo que no están tan enfocadas en las cuestiones de supervivencia e identidad personal y social, sino preguntas centradas en el amor, la verdad, la percepción clara y, eventualmente, en abarcar y dar espacio a la dimensión sagrada y esencial de la vida. Entonces el viaje se acelerará, y cuestiones como ésta relativa a equilibrar, que se hallan contenidas en tu consulta, se volverán cada vez más importantes para el buscador.
Debemos aclarar que el viaje espiritual no busca eliminar u obliterar ese yo que podríamos llamar egóico. Para el buscador espiritual que se consume radiantemente, que recorre el camino con constancia a través de los valles de la encarnación, a través de las noches oscuras y de las innumerables muertes, pérdidas y sacrificios que a menudo se producen a lo largo del camino, el buscador que persiste incluso cuando parezca estar rodeado de tinieblas, confiando en que hay una luz, que el proceso, si se tiene confianza en él, conducirá a lo que se busca—que es siempre y para siempre el momento presente—puede que esa comprensión llegue gradual, o tal vez incluso dramáticamente, la comprensión de la naturaleza ilusoria del ego o, sinónimamente, del yo individual ilusorio, de tal forma que el propio velo pueda desmantelarse con el tiempo. La ilusión podrá disolverse, y mientras está dentro del estado humano de tercera densidad, todo podrá verse de nuevo como uno.
Aunque haya riqueza metafórica que extraer en el marco de la batalla, en última instancia no se trata de una aventura de confrontación. El ego no es un antagonista, ni un villano, ni un defecto del sistema, ni algo de lo que haya que deshacerse. Es un constructo que se forma a partir de muchos factores, incluyendo el impacto del entorno, de otros yoes y de los catalizadores que se experimentan a lo largo del viaje encarnacional; y, lo que es aún más importante, la programación intencionada del alma preencarnacional en concierto con su yo superior para crear este marco o constructo del ego.
El propio individuo es un receptáculo de aprendizaje, diseñado para el desequilibrio y la imperfección, con el fin de facilitar ciertas lecciones. Y buscar el equilibrio al tratar de ver a través de la ilusión del yo individual, mientras que simultáneamente aparenta ser un yo individual manifiesto dentro de su plano, no es buscar escapar de este último, sino amar a este último incondicionalmente, y aceptar al yo como el yo.
Esta aceptación puede ser vista en dos niveles; para una comprensión conceptual, podría decirse, en una forma dual de expresión. Y consiste [antes que nada], en la aceptación del yo imperfecto y de la biografía del yo, y de las muchas elecciones y los aparentes pasos en falso que se han dado; de los seres queridos a los que se ha hecho daño; de los malos entendidos; de las oportunidades perdidas; del olvido; de haberse extraviado del propio camino; especialmente, del daño que uno se ha hecho a sí mismo. Los muchos y a menudo ocultos lugares dentro de uno mismo donde se encuentran mecanismos de juzgar, juzgarse a uno mismo, juzgar el momento, juzgar a los demás.
Estos aspectos revelados del yo pueden ser, con el tiempo y con trabajo, aceptados y, con misericordiosa dulzura, perdonados, para que estos lastres puedan dejarse en el camino, para que el yo pueda aligerar su corazón y su ser. Y a través de ese trabajo, este yo individual o ego no tiene necesariamente que desvanecerse, pero se vuelve menos opaco; se convierte en una entidad menos separada y amurallada; con una menor necesidad compulsiva de defender su existencia de amenazas percibidas tales como su menoscabo, o de espejos que percibe y que le recuerdan su esencia, su miedo oculto a ser inadecuado, a ser insuficiente e insubstancial.
Desde esta perspectiva, resignarse es una tarea difícil de lograr porque, tal como puede verse, supone renunciar al control que ejerce el ego sobre tu existencia independiente e ilusoria.
Las formas en las que el yo ha elaborado una identidad separada dependen también de construcciones ilusorias, construcciones de comparación, construcciones que alimentan la identidad mediante la adquisición de cosas, ya sean conocimientos, dinero, estatus, propiedades, logros personales, percibiendo el yo en alguna virtud que le resulte atractiva. Estos trajes externos que el yo pueda vestir, incluso aquellos que están diseñados en un sentido positivo, continúan creando la envoltura de la identidad externa que pudiera oscurecer la identidad interna de la naturaleza del alma, y más aún, oscurecer la identidad interna del yo que no es otra sino la del Creador.
Y a través del trabajo de reconocer este caparazón exterior imperfecto, perdonar este caparazón exterior imperfecto, renunciar a este caparazón exterior imperfecto, ese caparazón se vuelve, por así decirlo, transparente para el Uno. Esa transparencia, de manera necesaria y sin esfuerzo por parte del buscador, brilla hacia afuera de manera radiante para aquellos que lo rodean y para el mundo que lo rodea. Pero esa transparencia, antes que nada, la conoce el yo interior, la consciencia.
En este viaje ascendente, uno se puede volver más consciente del Creador que hay dentro de uno mismo; el ser ilimitado e infinito, o el fundamento del ser, que constituye la verdadera naturaleza del yo. No huyendo de este caparazón exterior imperfecto de la personalidad, sino dándose cuenta de que, aunque incluya el caparazón de la personalidad, la verdadera esencia no reside en esta entidad exterior. La verdadera esencia está representando un rol, un rol que puede amarse incondicionalmente y sin resistencia. Un rol que puede abrazarse.
Pero al expandirse la conciencia del yo hacia niveles interiores profundos, su ámbito se amplía y se expande hacia afuera, hacia el exterior para darse cuenta de que el yo, el verdadero yo, no tiene límites. El verdadero yo no nace. El verdadero yo no muere. Tu cuerpo puede sufrir enfermedades. Tus extremidades pueden sufrir mutilaciones. En este escenario que es la encarnación, puedes ser atacado o acusado. Puedes sufrir pérdidas devastadoras. Puedes experimentar todo tipo de limitaciones y sufrimientos.
Estas cosas te suceden a ti y a tu cuerpo emocional como respuestas. Y ese catalizador se procesa a través de un marco que se diseñó cuando encarnaste, que se modificó aún más a medida que pasabas por un proceso de encarnación que lleva consigo tiempo, las etapas de tus propios hábitos y prejuicios pasados y tu karma. Ese catalizador parece que te sucede a tí, y lo procesas a través de los circuitos de centros de energía que has diseñado y desarrollado.
Pero tú, en tu consciencia, lo sabes; no a nivel intelectual, lo sabes a nivel fundacional; lo sabes desde tu corazón, desde ese corazón que habitas, que todo esto tan solo son olas en la superficie, y que tú eres el océano, y en ese océano hay estabilidad, permanencia y paz.
Puedes presenciar estas olas. Puedes reaccionar con lucidez ante ellas para navegar por las circunstancias según sea necesario, de una manera que te permita encontrar formas creativas de servir y de irradiar amor. Pero al ser consciente de ello, no te sentirás esclavizado ni encadenado por las tormentas que se produzcan en la superficie del océano; las experimentarás, con la certeza de que están en tu campo de consciencia. Podrán afectarte, podrán impactarte, pero tu consciencia ha profundizado y se ha expandido hacia el océano, hacia sus profundidades, de manera que te sentirás menos empujado y arrastrado. Te apegarás menos a lo que esté sucediendo en la superficie y a cualquier intento de defender lo que es insubstancial.
Puedes permanecer en reposo con calma, con una ecuanimidad que no se aferra ni evade, sino que es capaz de aceptar el momento tal y como es, como si el yo hubiera elegido que se desarrollase exactamente esta circunstancia, porque este yo está en sintonía y armonía con el universo y comprende que el yo no es una víctima de las circunstancias, sino que es el libre albedrío el que se desarrolla siempre a la perfección.
Y dentro de este equilibrio describíamos las dos capas o naturalezas de la aceptación. Está la aceptación del yo imperfecto y, más en profundidad, está la aceptación, la concesión y el permiso del yo perfecto. Ahí reside la comprensión que llega a vuestros corazones porque forma parte de vuestra naturaleza. No es algo en lo que os convirtáis, no es algo que os ganéis; ya es vuestro derecho de nacimiento y es vuestra naturaleza saber que sois seres verdaderamente perfectos. Encarnar esto, permitirlo, confiar en ello y aceptarlo en vuestra consciencia, es algo que emana, y se irradia también en aceptación de las distorsiones aparentes, incluidas las del ego.
No es “o lo uno o lo otro”. Es una coexistencia. Es un “ambas cosas a la vez”. El yo permanece en equilibrio entre las distorsiones aparentes y la perfección total del ser. El yo se encuentra en equilibrio entre tratar de llegar a ser y saber que ya se es.
Descansa en este equilibrio entre un ego que se siente incompleto y sin plenitud, y una conciencia que sabe que pase lo que pase, sea cual sea la elección que se haga, el yo ya es pleno, ya está completo. Y en esa consciencia equilibrada, el yo sirve de faro a otros yoes que disfrutan de este mismo derecho de nacimiento, de esta misma consciencia, pero que, al igual que muchos de vosotros, lo han olvidado, deliberadamente, para poder jugar a un juego.
La cuestión es que, como podría decirse, el juego incluye sufrimiento. Y es de ese sufrimiento al que tú, como buscador orientado positivamente deseas hablar, para ayudar a aliviarlo, no necesariamente haciendo el trabajo por nadie, sino recordándoles que a través del perdón—el perdón de la propia naturaleza que ya ha sido perdonada—pueden soltar lastre; pueden elegir, con el paso del tiempo y a través del trabajo en la consciencia, liberarse y sanar, y usar ese sufrimiento de una manera instructiva.
Quisiéramos concluir hablando acerca de esta percepción de la naturaleza ilusoria del yo individual. Esto constituye—aunque mucho más aproximado, por así decirlo, a la verdad última, a una representación mucho menos distorsionada del ser—una especie de labor cimera, podría decirse, una labor culminante.
A este instrumento le ofrecemos la imagen de la punta de una pirámide o de la cima de una montaña. Se trata, aunque somos reticentes a hablar en términos de secuencia linear o causalidad en el sentido temporal, del trabajo que constituye la piedra angular que descansa sobre una ingente cantidad, calidad e intensidad de trabajo que lo precede: el trabajo de todo equilibrio, de todo conocimiento, de toda aceptación; el trabajo del catalizador diario de sanación de las relaciones, de sanación del yo, de exploración tras exploración del amor y de descubrimiento de dónde el yo ha abusado de él, y lo ha malinterpretado, y lo ha ocultado incluso al yo y a los demás; de aprender a hablar y a ver con verdad, honestidad y claridad; de equilibrar lo imperfecto y lo perfecto, y así sucesivamente.
Apoyándose en este trabajo e impulsándose a avanzar gracias a él, el yo puede, de hecho, moverse hacia el rayo índigo, y puede situarse ante el precipicio del infinito, situarse ante ese portal que no tiene puertas y asomarse, y poder ver, o más bien poder abrirse [para] permitir que la sagrada verdad del yo [verdadero] entre en contacto con el yo individual, con lo terrenal, para que la dimensión sagrada dentro del yo pueda transmutar el cuerpo químico y la mente y los pensamientos del yo y el entorno que le rodea para que todo vuelva a ser sagrado.
En este lugar existe la posibilidad de que el yo ilusorio se desvanezca, por así decirlo. Esto no quiere decir que el pasado se borre, que todas las inclinaciones pasadas dentro de la corriente de la encarnación se erradiquen, o que el yo no tenga un matiz personal o un aroma personal que le sea propio y único en su viaje, ya que el yo es una representación única del Creador que ha pasado por una experiencia como ninguna otra a lo largo de la creación infinita.
Es suficiente saber que este yo, este yo individual, no era más que una ola, y el ser es un océano. El yo [individual], siendo la gota o el río, se ha sumergido de nuevo en el océano. El yo sabe, no a nivel intelectual, que jamás hubo separación, ni tan siquiera ha ignorado que el yo ha sido el ser desde siempre, y que el yo es el ser total, que es uno con todas las cosas.
Es por eso que las motivaciones del yo no surgen del ser egoico, porque no tiene sentido que haya un yo separado. El yo separado no consiste en la existencia de un cuerpo, ni en la existencia de pensamientos dentro de la mente, ni en los recuerdos acumulados de experiencias aparentemente pasadas. El yo ilusorio consiste en la convicción de que existe un yo separado. Es una programación principal, una estructura básica. Es aquello que se disuelve al reconocer al yo como el Creador.
Habiendo canalizado durante bastante tiempo a través de este instrumento, ahora quisiéramos transferir nuestro contacto al que conocemos como Jim. Somos los de Q’uo.
(Canaliza Jim)
Q’uo
Soy Q’uo y estoy de nuevo con este instrumento. En estos momentos, ¿habría alguna pregunta final?
Gary
Sí, Quo. Esta consulta viene de E. Ella nos escribe: “Me interesaba el aspecto de preparar el terreno para una transición más suave que la descrita, y puesto que Ra sólo habló de la transición que es probable que tengamos en este planeta, estoy deseando averiguar cómo sería una transición ideal para poder actualizarla, materializarla y prepararme para ello”. Esa es la pregunta.
Q’uo
Soy Q’uo y creemos entender que la consulta se refiere a una transición individual, más que a una transición planetaria. ¿Es esto correcto?
Gary
Muchas gracias por solicitar una aclaración. Debería haberlo aclarado. Definitivamente, se trata de una transición planetaria. Ra describe que la nuestra no va muy bien, con gran desarmonía y otras cosas. Así que la persona que pregunta quisiera saber: en un planeta que tuviera mayor armonía, ¿cómo sería una transición más idónea entre la tercera y la cuarta densidad?
Q’uo
Gracias por aclarar la pregunta. Muchas veces a lo largo de la experiencia del Creador Infinito, ha sido posible, en su infinita creación, que una población planetaria alcanzase una cohesión de sus cualidades de búsqueda que la ha unido en lo que podríais llamar un complejo de memoria social. Esta es una manera general de describir cómo cientos, miles, millones de complejos mente/cuerpo/espíritu individuales pueden utilizar sus elecciones preencarnacionales y utilizarlas dentro de la encarnación, procesando el catalizador que constituye su alimento para el crecimiento.
El catalizador puede consistir en muchas clases de dificultades, en expandir la percepción que uno tiene de sí mismo, de otros yoes, del mundo que le rodea, como si cada vez más fuese el Creador Único que vive y alienta en cada uno de ellos. Este es un proceso que lleva, en la mayoría de los casos, muchas, muchas vidas y tal vez incluso más de un ciclo mayor sobre un planeta para lograrlo. Porque se trata de un viaje, un viaje incipiente hacia el concepto de infinitud y el concepto de finitud que cada buscador espiritual experimenta antes de ser totalmente consciente de la naturaleza de la combinación de energías que lo hace posible, de tal modo que se produzca un movimiento de avance de más y más espiritualidad del ser en cada buscador espiritual.
Ese ser espiritual es el Creador Único. Cuando la cualidad del prana, la energía inteligente del Creador Único, es capaz de moverse a través de los centros de energía rojo, naranja y amarillo de cada entidad, y luego abrirse hacia el corazón del centro de energía del rayo verde, el amor del Creador Único, entonces se presenta la posibilidad para cada entidad que experimenta el amor del Creador y lo ve dentro de los demás, así como dentro de sí misma, de avanzar hacia ese complejo de memoria social.
Ésta es la gran obra. Esto es en lo que cada uno aquí está trabajando asiduamente. Esto es lo que todos los buscadores de la verdad desean. Aquellos que sean capaces de lograr esto deben ser capaces de programar preencarnacionalmente este viaje, que está basado en encarnaciones previas y en los caminos que se recorrieron allí, para abrirse a este corazón, para abrirse al amor del Creador Uno e Infinito, para verlo dentro de todo, para sentirlo dentro de su propio ser. Este es un proceso que idealmente ocurriría dentro de un ciclo mayor de 25.000 años. Sin embargo, en muchos casos, es necesario avanzar hacia otro ciclo de 25.000 años cuando haya un número adicional, digamos, de buscadores que sean capaces de hacer este movimiento hacia el rayo verde del amor.
En muchos casos, se hace necesario el tercer ciclo para que esto ocurra. Así que lo ideal, en un sentido general, es que esto ocurra para toda la población del planeta en tres ciclos de 25.000 años. Si esto ocurre dentro de un ciclo de 25.000 años, entonces tendremos un planeta mayoritariamente poblado por aquellos que son, lo que podríamos llamar, más adeptos a trabajar con su catalizador mirando lo difícil y creciendo a partir de ello, y viendo todo a su alrededor como lo mismo que el yo, el Creador Uno e Infinito.
Por lo tanto, el ideal más elevado es ver al yo como el Creador Único, y ver al otro-yo como el Creador Único, y ver todas las cosas como el Creador Único, para luego avanzar como un complejo de memoria social. Y el viaje continúa hacia la cuarta densidad del amor y la comprensión, el viaje que buscan todos los que están en la tercera densidad.
En estos momentos, quisiéramos agradecer a cada entidad aquí presente que está en este viaje de búsqueda por abrir el corazón, por continuar en ese viaje, porque sentimos su corazón abierto moviéndose a través de todas las porciones de la experiencia de esta tarde, haciendo del corazón el foco central de las experiencias de cada entidad, viendo el corazón de cada otra entidad, abriéndose en amor y en luz.
Os agradecemos que hayáis solicitado nuestra ayuda en este viaje, ya que nosotros, del mismo modo que vosotros, todavía estamos realizando este viaje a través de las densidades de la creación hacia la octava de la completitud, cuando todos nosotros no sólo parezcamos ser el Creador, sino que seamos de hecho el Creador Uno e Infinito.
Somos los de Q’uo, y en este momento vamos a despedirnos de este grupo y de este instrumento, agradeciendo de nuevo a cada uno vuestro amor, vuestra luz, la alegría de vuestro ser. Adonai vasu borragus.