Nos gustaría analizar el impulso que nos lleva hacia el servicio a los demás. Hemos notado que en muchas situaciones nos vemos incitados al servicio a causa de un sentimiento de inquietud o de incomodidad al presenciar el sufrimiento de otro yo, y realizar un servicio que nos ofrezca alivio ante esta incomodidad. ¿Es ésta la mejor manera de servir, cuando está motivada por tratar de no ser testigo del dolor de otro yo?

(Canaliza Jim)

Soy Q’uo, y estoy con este instrumento, y os saludo hoy a todos vosotros en el amor y en la luz. Estamos muy contentos de estar hoy con vosotros, como siempre, porque cuando nos invitáis nos sentimos muy honrados y tenemos la oportunidad de ser útiles, y hoy vemos que la consulta es esencial. Antes de abordar esa pregunta, os pedimos como siempre que toméis nuestras palabras con la adecuada reserva, por así decirlo, dejad atrás las que no os parezca bien, tomad sólo aquello que pueda nutriros y satisfacer vuestras necesidades. Ahora, vamos a comenzar.

El concepto de servicio es inherente a toda la creación. Porque cada uno de vosotros es una parte del Único Creador como lo es toda la creación. El Creador tiene el deseo de conocerse a sí mismo y ha hecho esta creación como medio por el cual este conocimiento del yo se hace posible a través de las experiencias que cada uno de vosotros tiene a medida que se mueve a través de las diversas densidades de luz en su regreso al Único Creador. Vosotros no podéis no servir, amigos míos. Esto es una predisposición de la naturaleza de una creación unificada. Todo lo que hagáis, no importa cuál sea vuestra intención, es al servicio del Único Creador. Sea cual fuere la manera en que ejercitéis vuestro libre albedrío, proporcionáis al Creador conocimiento de sí mismo.

Ahora, habiendo establecido ese principio general, vamos a avanzar más hacia el significado específico de lo que habéis consultado hoy. Cada uno de vosotros, como buscadores conscientes de la verdad dentro de esta ilusión de tercera densidad, sabe, intelectualmente y, muy probablemente, a nivel del alma y también a nivel emocional, que para vosotros el servicio a los demás es el camino a seguir. Otras entidades pueden elegir la otra vía del servicio al yo; Sin embargo, dentro de este grupo, la elección se hace firmemente para servir a los demás.

Ahora bien, además de haber hecho esa elección porque sabéis que os llevará a donde queréis ir, realmente, ¿por qué servís? ¿Os sometéis vosotros mismos a algún proceso de análisis a medida que tomáis conciencia de la naturaleza de vuestro viaje espiritual? ¿Veis en cada momento una oportunidad que se os presenta para ofrecer algún tipo de servicio a los demás? ¿O, más bien, quizás aprovecháis tal oportunidad e ignoráis aquella otra y, al final, comenzáis a daros cuenta y aprovecháis más oportunidades de las que ignoráis? ¿Pensáis cuidadosamente en esto mientras avanzáis en vuestro camino? Estoy seguro de que muchos de vosotros lo hacéis, porque sois entidades muy reflexivas; Los buscadores conscientes, por definición, son conscientes de mucho de lo que hacen y del por qué. Aquellos buscadores conscientes que son muy exigentes hacen una pregunta como la que habéis hecho hoy. Realmente, ¿por qué empiezo a servir? ¿Por qué continúo sirviendo?

Estas cuestiones son importantes, amigos míos, porque en la medida en que vuestro deseo de servir esté motivado por el corazón de corazones dentro de vuestro ser, vuestro servicio será eficaz. Esto no significa que aquello que mentalmente construyáis como vuestro concepto de servicio deba cumplirse para que el servicio sea completamente efectivo. Lo que esto significa es que debéis poner todo el corazón, quizás sin porfiar en el resultado, dándoos cuenta de que puede haber alguna otra razón para que la situación que deseáis sanar, o integrar, o revitalizar, o hacer comprensible, exista como lo hace. Por lo tanto, cuando servís, lo hacéis con esa visión en mente, que tal vez el pan lanzado sobre las aguas no alcanzará su fuente.

Sin embargo, sabemos que en vuestras meditaciones, en vuestras contemplaciones, en vuestras oraciones, en vuestras charlas—en todos los intercambios de información con los que veis y con los que no veis a vuestro alrededor—hacéis constantemente preguntas de esta naturaleza, y más concretamente acerca del servicio, porque ése es el medio por el cual todos interactuamos, lo sepamos o no, sirviendo, y siendo; Al ofrecernos a los demás, estamos ofreciendo un servicio más o menos consciente, más o menos eficaz.

En este momento, quisiéramos transferir este contacto al conocido como Steve. Somos aquellos de Qúo.

(Canaliza Steve)

Soy Q’uo, y estoy con este instrumento. Quisiéramos comenzar nuestra comunicación a través de este instrumento agradeciendo a este instrumento, así como al conocido como Jim, por permitirnos participar en un proceso de transformación durante el tiempo de preparación previo al evento de esta comunicación. Como sabéis, estos instrumentos han estado muy ocupados practicando la canalización durante este fin de semana, y se han sintonizado de una forma específica para poder prestar servicio de determinada manera, en una configuración receptiva particular. Sucede que las condiciones en las que se recibe nuestra señal son algo diferentes de las que se han empleado durante la parte previa de las actividades del fin de semana, y el reajuste de los centros y receptores de energía ha precisado de un breve período de incomodidad, que ha sido aminorado por la buena voluntad de ambos instrumentos que han permitido que estos procesos prosiguieran sin impedimentos. Por eso, amigos míos, estamos agradecidos, y creemos que es útil hablar de este tema en este grupo que, incluso mientras hablamos, está entrenándose en la práctica de la apertura del yo para convertirse en un instrumento de información inspiradora proveniente de la Confederación de Planetas al Servicio del Creador Infinito. Damos las gracias a estos dos instrumentos y agradecemos a este grupo por todo lo que se ha hecho durante este fin de semana y esta velada ya que ahora nos permite hablar de esta consulta tan importante e interesante.

Ahora continuaremos nuestras reflexiones sobre la cuestión del servicio, a medida que hace acto de presencia de manera cada vez más consciente por parte de aquellos cuya dedicación al servicio ha ido creciendo constantemente, hasta el punto de haberse convertido en el aspecto central de su experiencia encarnada.

Como bien sabéis, lo que determina el acceso a la cuarta densidad que ahora llama nuestra atención es conseguir lo que podríamos llamar una “aptitud de servicio” de tal manera que el servicio a los demás sobrepase al del servicio al yo. Sin embargo, cada uno de los que estáis aquí es consciente de que esta ecuación es bastante difícil de descifrar mientras estáis tratando de esforzaros para lograr polaridad, que está en correlación con la pureza de intención en vuestro proceso de búsqueda. La cuestión con la que lidiáis aquí es, una y otra vez, la cuestión de la intención misma, y como hemos sugerido, cada uno de los que están en este círculo ha avanzado lo suficientemente en el camino para darse cuenta de que la intención consciente es una cuestión de gran relevancia, pero que no todas las intenciones llegan a hacerse conscientes por completo.

Y así, el interlocutor pregunta si, por ejemplo, cuando uno busca servir de tal manera que alivie el sufrimiento observado, si la intención que hay detrás de ese impulso, o de ese deseo, o de esa voluntad de servir, es sencillamente una cuestión de querer mejorar las condiciones que causan incomodidad a quien se propone servir y quien observa el sufrimiento. Ese puede muy bien ser el caso, amigos míos, y también puede darse el caso de que pueda elegirse servir por otras razones muy diversas, que no sólo tengan que ver con la perspectiva de incomodidad personal, sino también quizás con una especie de auto-engrandecimiento: “dejad que sea generalmente reconocido como una persona de servicio”; Se podría decir, en efecto, y uno podría estar motivado, quizás secretamente, por el deseo de ser considerado así.

Ahora bien, incluso quien se encuentra en tal disposición habrá de reconocer que a nivel del espíritu, tal impostura no es posible. No podéis engañaros a vosotros mismos en una disposición cosechable de servicio. Por eso, si se diera el caso de que vuestro motivo fuese impuro, precisamente en proporción a su impureza no se caerá en la cuenta de la intención que supuestamente depara el servicio a que da lugar.

Entonces os preguntáis, ¿cómo llega uno a tenerlo claro, en cuanto a los aspectos motivacionales para trabajar en el deseo de servir? Incluso si el deseo de servir se manifiesta en la aspiración de ser apto para la cosecha, podría decirse que se trata de un servicio al yo. Ahora bien, podría ser tentador para quien contempla estas cuestiones, el preocuparse tanto por las perspectivas de motivación impura cuando proyecta actividades de servicio que, por decirlo así, se abstiene de participar en actividades que claramente no podrían ser interpretadas como de servicio al yo; Como ya ha sugerido uno de vosotros, algunas personas bloqueadas por esta preocupación podrían optar por permanecer en un segundo plano sencillamente por el hecho de no estar dispuestas aparentemente a servir al yo más que a los demás.

Ahora bien, es del todo cierto que a menudo hay menos del 100% de intención pura en cualquier ofrecimiento de servicio. Sin embargo, nos gustaría alentaros, amigos míos, a reflexionar sobre una sencilla cuestión, pero que sugerimos que debe considerarse cuidadosamente: en la experiencia de tercera densidad, estáis lidiando inevitablemente con la realidad del velo. El velo es tal que bloquea completamente el acceso de la parte consciente de la mente hasta la parte inconsciente. De hecho, nos atreveríamos a decir que vuestras intenciones muy a menudo se originan en la porción inconsciente de la mente, y que hay un proceso de traducción o interpretación que continúa a medida que estas intenciones bullen hacia un estado de conciencia más consciente.

En cierta medida, el velo puede hacerse más fino. Y siempre vale la pena dedicar cuidadosa reflexión, con frecuencia en el contexto meditativo donde habéis creado para vosotros mismos un lugar seguro para trabajar, donde la mente, en toda su quietud, y con toda seguridad y empleando a fondo prácticas alentadoras, puede comenzar a reflexionar acerca de aquellas sutiles extensiones de la conciencia que pudieran radicar bajo el umbral de la conciencia consciente. Eso, como decimos, es tarea que siempre merece la pena. Pero diríamos además que siempre es una tarea incompleta; Y más específicamente, es cierto que a medida que lleváis a cabo vuestras actividades diarias y descubrís el catalizador que os alcanza con fuerza y rápidamente, no os da tiempo para retroceder y reflexionar con claridad acerca de cuál es la motivación vital que os inspira a fin de ofrecer cualesquier servicio que parezca estar disponible para ofrecerlo en cada ocasión concreta.

Y así, seguís luchando una y otra vez, sencillamente por hacerlo lo mejor que podéis, y esto significa que seguís formulando una intención de servicio sin ser capaces en realidad de profundizar en todas las raíces motivacionales que pudieran hallarse detrás del anuncio de la intención concreta que ahora veis accesible. En ocasiones como esta, que son muchas, y que son la mayoría de las que os encontraréis, quisiéramos sugerir que lo adecuado es tener una cierta dosis fe en el proceso. Cuando encarnáis como entidades de tercera densidad, con el velo en su lugar, hay cierta protección dedicada al proceso, en función del catalizador que se ofrece. Si confiáis en este proceso, podréis descubrir que un intento de servir, emprendido conscientemente, si resultase que hubiera razones para suponer que se ha formulado imperfectamente, podría ajustarse sobre la marcha en respuesta al catalizador adicional.

Así que vamos a poner un ejemplo: Digamos que encontráis a alguien que percibís que está en una posición comprometida—en una posición en la que está afrontando una circunstancia que preferiría no afrontar, y esto le produce sufrimiento—y descubrís que está dentro de vuestras facultades la de trabajar de alguna manera para arreglar o aliviar esa circunstancia, tal como os lo figuráis, en un esfuerzo por mejorar sus circunstancias y hacer su vida mejor. Sin embargo, no todas estas iniciativas se ven recompensadas por la gratitud de aquellos en cuyo nombre se propusieron. Y si alguien indica que vuestro servicio no es bienvenido, es correcto retroceder, digamos, y retirarse.

Y hay un elemento más en juego aquí, porque desde el momento en que se os da la oportunidad de retiraros, es muy probable que surjan ciertas emociones en vuestro interior. Podríais sentiros dolidos, podríais sentir que, por un momento, vuestro corazón se contrae un poco y se cierra, y podríais deciros a vosotros mismos, si bien sólo en un susurro, “Bueno, pues entonces dejemos que siga su propio destino—que se ocupe él. Ya veo que no soy necesario”. Así, esa misma expresión del yo hacia sí mismo es informativa. Es informativa acerca de la calidad de la pureza del servicio que se está ofreciendo.

Ahora bien, si permitís que a procesos como este se les dé vía libre… y diríamos que también es muy fácil no permitirlo, también es muy fácil bloquear ese momento de auto-reflexión, porque podría parecer inconveniente. Pero si permitís que este proceso tenga lugar, para que sea una parte del catalizador con el que trabajáis a diario, se os dará la oportunidad de veros envueltos en una especie de inquietud reflexiva de purificación de intenciones. Y, diremos que esa experiencia tiende a ser, en el mejor de los casos, incómoda, y quizás en el peor de los casos, muy angustiosa. Trabajar sobre las fuentes de la intención nunca es tarea fácil, porque siempre hay en juego muchos, muchos factores, y hay muchos, muchos peligros a considerar, dificultades a considerar, vulnerabilidades a tener en cuenta que siempre surgen en aquellas circunstancias en las que este trabajo se lleva a cabo.

Nosotros, una vez más, sugerimos que un lugar excelente para la realización de este trabajo es el marco protector del ambiente meditativo, porque allí se invoca ayuda similar a la que atrae la búsqueda, y si se desea, uno puede reclinarse en los brazos de presencias angélicas que están anhelantes, del modo más comprensivo, en la forma más sutil, de sustentar, de dar ánimos, de dar un poco de apoyo, un poco de temple, si queréis, para el esfuerzo que os habéis comprometido a hacer.

Y así, os alentamos a no sentiros demasiado preocupados cuando os planteáis conscientemente la intención de dar un servicio que podría tener una intención menor del 100% de pureza, porque la experiencia de tercera densidad está diseñada específicamente por una serie de intrincados bucles de retroalimentación para daros la oportunidad de llevar a cabo imperfecciones; Y para abordar las imperfecciones, frecuentemente en un nexo experimental directo, y otras veces en el entorno más indirecto que hemos sugerido, correspondiente al contexto meditativo.

Así, el deseo de servir es una planta bastante débil. Es débil en el sentido de que muy a menudo es objeto de dificultades que salen al encuentro, tanto desde fuera como desde dentro. Ahora bien, en la medida en que las dificultades se presentan desde fuera, pueden ser el reflejo de imperfecciones de la intención misma, o pueden no ser reflejo de eso, y puede que las circunstancias de un momento dado no sean suficientes para aclarar ese punto. Si este fuera el caso, una vez más sugerimos que es pertinente una buena dosis de paciencia y confianza en el proceso, porque no todo lo que tiene que ver con vuestra vocación para servir va a quedar claro de inmediato, y a veces veréis la necesidad básicamente de reiterar y regenerar vuestra voluntad de servir en lo que podría parecer un vacío, debido a que no estáis recibiendo el tipo de respuesta que desearías recibir para reforzar vuestra labor, para tener la sensación de que todo es por algo, de que todo importa realmente.

La voluntad de servir es una planta muy delicada, porque puede quedar expuesta a los fuertes vientos del azar, y a los fuertes vientos del catalizador, y su fortalecimiento siempre tiene que venir, en última instancia, de dentro. Nadie puede querer servir por vosotros. Vosotros debéis quererlo vosotros mismos. Y, muy a menudo, y pese a todo, que pueda ser aceptada por todo el mundo, en lugar de que sea calurosamente acogida o no lo sea.

Amigos míos, sois buscadores valientes, y os encomiamos, no sólo por la fortaleza y persistencia de vuestra búsqueda, sino por el esmero que demuestra el plantear tan importante pregunta, porque es una pregunta que no se harían los buscadores que no han logrado un cierto avance en el proceso. Os agradecemos vuestra pregunta, y os agradecemos vuestra presencia aquí, por solicitarnos esta forma de servicio que nos anima más de lo que podemos expresar. Estamos muy agradecidos, amigos míos. De este modo, quisiéramos volver al conocido como Jim para ver si podríamos profundizar en nuestra respuesta convenientemente, a la luz de preguntas adicionales que pudieran tener en mente los aquí presentes. Soy Q’uo. Adonai, amigos míos.

(Canaliza Jim)

Soy Q’uo, y estoy de nuevo con este instrumento. En primer lugar, ¿podríamos consultaros si hay alguna pregunta de seguimiento a la pregunta principal de esta tarde?

Sí, Q’uo, tengo una, y pido disculpas si esto reitera la información, pero es algo que estoy tratando de entender en profundidad. ¿Hasta qué punto el identificarse con el dolor y el sufrimiento de la persona que procuramos servir desempeña un papel en la pureza del servicio? ¿Afecta eso al servicio—cuando uno se arredra al ser testigo de ese dolor?

Soy Q’uo, y estoy al tanto de tu consulta, hermano. Cuando el dolor de ser testigo de otro que está en necesidad de servicio se nota en el interior del buscador de la verdad, creemos que este motivo es lo bastante serio como para acudir en ayuda de aquel que necesita el servicio, porque ésta es la forma básica por la cual la mayoría de las entidades sobre vuestro planeta se dan cuenta de la necesidad de multiplicar sus voluntades, sus esfuerzos y sus energías en servicio a los demás.

Cuando uno observa el dolor, el malestar, la confusión o cualquier clase de carencia de aquello que ayudaría a dignificar la vida de otro, entonces, para ser útil, hay que sentir ese dolor de alguna manera tanto dentro de las emociones, como de la mente, quizás incluso del alma, de modo que haya una identificación a nivel personal con el otro yo que está en necesidad de servicio. Esta identificación es muy útil, ya que es, digamos, un paso intermedio que permite que aquel que observa la necesidad de servicio comience a abrirse de una manera que le haga sentir y tener empatía con los sentimientos del otro, y de este modo, sentir unidad con ese otro ser a un nivel muy sencillo de experiencia compartida, compartida por el que experimenta el dolor y por el testigo del dolor, digamos de una manera más o menos representativa.

Pocas entidades pueden sentir realmente el auténtico dolor del otro al que desean servir, pero si pueden imaginar ese dolor y pensar en cómo se sentiría su propio yo con ese dolor en su lugar, entonces se activa el deseo de servir. Ahora bien, cuando este tipo de experiencia se ha repetido varias veces para una entidad, tal vez llegue el momento en que se dé cuenta de la necesidad de servir simplemente observando, sin empatizar. A efectos de polarización, no creemos que haya una diferencia significativa para el buscador de la verdad que sirve, bien sea porque el buscador siente el dolor, se imagina el dolor, o simplemente observa el dolor, u observa la necesidad de servicio, haya dolor o no. El servicio que se ofrece tiene como resultado la polarización del que ofrece el servicio, el aumento de esa polarización.

Una entidad puede llegar a ser cada vez más eficaz como servidor de los demás simplemente deseando servir, y ofreciéndose con un estilo de vida orientado al servicio, digamos, para que el servicio se convierta en lo más importante de lo que llamaríamos su “agenda”, o lista de esas cosas que son importantes para el buscador de la verdad. Porque cada uno de vosotros lleva consigo una especie de listado de cualidades, de actividades o de creencias que cada cual percibe como lo más importante a fin de ser lo que llamaríais un servidor del Único Creador. Y luego, estas cualidades son los estándares que el buscador trata de conseguir, o vivir de acuerdo con ellos, digamos. No es una elección fácil, no muchos hacen una elección para vivir una vida dedicada al servicio.

Para la mayoría de los buscadores de la verdad, el propósito principal de la experiencia de vida es participar en el concepto cultural que involucra actividades del rayo amarillo, y actividades del rayo naranja, de aquellas entidades que, en vez de ser capaces de ponerse al servicio de los demás como objetivo principal de su vida, se entregan a una forma de actividad para ganarse la vida, digamos, de ganar dinero, de lograr una posición de poder para tener mayor repercusión en la esfera de actividad elegida.

Es necesario quizás, dar varios pasos a lo largo del camino en los que se observe la necesidad de servicio e identificarse con el dolor, y ofrecer servicio cuando sea necesario. Cuando esto ocurre con la frecuencia suficiente, y hay una sensación de satisfacción de que no solamente se ha sido útil, sino que se ha vivido de acuerdo con los propios ideales, mediante los más elevados de los cuales se pueden medir las propias acciones, entonces este sería el punto de partida, digamos, en el que el buscador se convierte en servidor, y entrega toda su vida al Único Creador en servicio a los demás, y permite que el Creador dirija las actividades de acuerdo con las necesidades de cada día tal como las percibe el buscador a nivel del alma, diríamos.

¿Hay alguna pregunta más, hermano?

No, gracias por tu generosidad, Q’uo.

Soy Q’uo. Gracias por tu consulta, hermano.

¿Hay alguna otra consulta de otro tipo en estos momentos?

Tengo alguna que continúa lo que acabáis de decir. Tal como lo interpreto, indicáis que la identificación con el dolor y el sufrimiento del otro supone a menudo un impulso inicial para que una entidad que pudiera no haber hecho todavía la elección, comience a servir. Hay un concepto en neurobiología llamado “neuronas espejo”, que en esencia significa que al contemplar a otra entidad, especialmente en una configuración de sufrimiento, hay neuronas dentro de nuestro propio cerebro que responden de un modo similar a lo que experimentaríamos si estuviéramos experimentando el sufrimiento nosotros mismos, creando un sentido de identificación y cercanía con esa entidad. Dentro de la comunidad científica, muchos dirían que este es el resultado de la evolución a través de la segunda densidad. Esto, ¿fue algo planeado por nuestro sub-Logos? Y si lo fue, ¿forma parte del aspecto de nuestro sub-Logos que se inclina hacia la bondad en el servicio a los demás, o bien es un aspecto de nuestra evolución que intentó predisponernos hacia el servicio a los demás?

Soy Q’uo, y estoy al tanto de tu consulta, hermano. Y creemos que has expuesto claramente mucho de lo que hemos intentado revelar esta tarde. Pues, tal como has dicho, es de hecho una consecuencia de la predilección del sub-Logos y del Logos hacia la bondad la que ha permitido que este tipo de efecto espejo se haya dispuesto dentro del complejo mente/cuerpo/espíritu humano, muy especialmente cuando atraviesa por la ilusión de tercera densidad. Sin embargo este efecto no siempre tiene éxito, hermano, ya que hay algunas entidades que son capaces de ignorar este efecto de identificación del dolor y del sufrimiento de otros dentro de sí mismos, porque estas entidades aún no son totalmente conscientes del motivo de su encarnación y del método por el cual habían esperado dirigir la encarnación antes de encarnar.

Todos estos indicios y facultades del ser de tercera densidad pueden ignorarse, pueden reconocerse, pueden acentuarse, pueden añadirse. Hay libre albedrío total de la entidad dentro de la encarnación sobre cómo utilizar el catalizador que se le presenta durante las actividades diarias y para sus propias elecciones previas a encarnar. Sin embargo, por lo general la mayoría de los buscadores de la verdad son capaces, cuando se convierten en buscadores conscientes de la verdad, de estar al tanto de dicha facultad espejo dentro de su propio ser, y de verlo como una indicación de la acción que debe tomarse, estar al servicio de los demás.

Como también mencionamos en nuestra respuesta anterior, existe luego la posibilidad, después de un período en el que esta facultad espejo haga su efecto, de que el buscador se convierta en aquel que aspira a la unidad con el Único Creador a través de todo lo que encuentra dentro de su experiencia de vida, si pudiéramos decirlo así.

¿Hay alguna pregunta más, hermano?

No, gracias.

Soy Q’uo, y te damos las gracias, hermano.

¿Hay alguna consulta final en estos momentos?

Q’uo, tengo una pregunta acerca del proceso de investidura. ¿Qué puede decirnos acerca de la investidura de cuarta densidad y tercera densidad? Y la investidura, ¿no ocurre nunca entre densidades no adyacentes, tal como de quinta o sexta a tercera densidad?

Soy Q’uo, y creo captar tu consulta, hermano. El vocablo “investidura” es un término que, cuando se usa en sentido evolutivo, tiene aquella calidad de expresión que se manifiesta al compartir ciertos aspectos de la conciencia consciente con aquellos que pueden no estar tan lejos en el camino evolutivo como el investido lo está de sí mismo. Así, las entidades en las densidades más altas que son capaces de hacer cualquier tipo de contacto a nivel de la mente, del cuerpo o del espíritu con una entidad de tercera densidad, pueden investir a esa entidad, en cierta medida, con una percepción ampliada de posibilidades, digamos.

Así, vemos que este grupo conoce muy bien el contacto que se experimentó durante varios años con aquellos de Ra, y que ha proporcionado información a partir de la sexta densidad que, de hecho, está siendo utilizada por muchas entidades en el nivel de tercera densidad. La investidura a la cuarta densidad desde la tercera densidad se realiza generalmente en una de estas dos maneras—el modo más común es la inspiración que puede venir en el estado de sueño, en el estado meditativo, en aquellos momentos en los que el mecanismo receptor en la mente está abierto a la inspiración. Este es el medio por el cual las entidades de cuarta densidad son capaces de transmitir conceptos de amor y aceptación, de comprensión y perdón, a entidades dentro de la tercera densidad.

Otro método que también es utilizado por la cuarta densidad, como bien sabéis, es el proceso de canalización que ahora lleva a cabo la Confederación con muchas entidades y grupos alrededor del planeta, y que ha tenido lugar por un período de tiempo de una década, digamos, si no más en algunos casos. Esto no se utiliza con tanta frecuencia, ya que es un tipo de comunicación más especializado, pero, de hecho, es una investidura, pues ofrece información de una naturaleza que aumenta la capacidad del receptor para observar la creación que le rodea desde una perspectiva más amplia, con un compromiso más profundo, digamos, de participar en el servicio, en el entendimiento, en el perdón, en el amor (palabra inaudible). Esperamos haber sido capaces de responder, en cierta medida, a la inquietud que tenías por esta consulta.

Vemos que este instrumento se está agotando rápidamente, y para mantener el nivel de pureza que esperamos mantener con nuestros contactos, en este momento quisiéramos sugerir que nos despidamos de este instrumento. Agradecemos a todos, una vez más, el gran honor que nos conferís al invitarnos a estar presentes en vuestro círculo de búsqueda. Siempre os estamos muy agradecidos de estar aquí con vosotros. Nos inspira vuestra dedicación, vuestro amor, y vuestra luz.

Se nos conoce como aquellos de Q’uo. Ahora os dejamos, amigos míos, en el amor y en la luz del Creador Uno Infinito. Adonai vasu borragus.